Cercanía + Alcohol

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Disclaimer: Hetalia y sus derivados pertenecen a Hidekaz Himaruya.

Advertencias: Temática slash (hombre/hombre). Diferencia de edad (6 años).


La fiesta de Gilbert estaba a la vuelta de la esquina. Todos los años la hacía y ya se había vuelto en algo así como una tradición. Cabe destacar que Gilbert se la pasaba organizando fiestas, pero esta era la más importante del año, puesto que era única y exclusivamente para celebrar su cumpleaños.

Cuando le pregunté a mi amigo si podía llevar a Lovino, en un principio estuvo un poco reticente ante la idea, pero gracias a la intervención de Francis finalmente me dijo que si.

Luego de plantearle la idea a Lovi y lograr que aceptara, me comprometí con el abuelo Rómulo que lo protegería de todo y lo llevaría de vuelta a casa a penas terminara la fiesta. De esa manera, logré obtener su permiso.

-No es justo, yo también quiero ir -dijo el pequeño Feli cuando había ido a buscar a Lovino.

No pude evitar compadecerme de él. Era casi tan encantador como Lovi y siempre tenía buen humor.

Pasé una mano por su cabello en un gesto fraternal y lleno de cariño.

-Cuando estés más grande te llevaré a una fiesta.

-¿Lo prometes?

-Lo prometo.

En una inesperada muestra de afecto, me abrazó para luego decirme que era el mejor tío que había tenido. Luego me soltó y se fue muy animado hasta la sala.

Quedé un poco sorprendido ya que no me esperaba algo así. De todas formas se sintió bastante bien.

-¿Por qué sonríes tanto, idiota?

No me había dado cuenta de que Lovi ya había llegado hasta la entrada y estaba parado frente a mi esperando. Tenía el ceño fruncido, como de costumbre.

-Ah, Lovi, hola -dije despreocupado-. Es que Feli me acaba de llamar tío y me he sentido bastante bien.

No pude hacer más que seguir con una sonrisa en el rostro.

Lovi me observó un momento, para luego empujarme y obligarme a salir de la casa.

-¿Lovi?

-¿No vamos tarde? -dijo aún empujándome.

Miré mi celular, este indicaba que eran las nueve de la noche.

-No realmente.

Lovi cerró la puerta de la reja tras de sí. Tenía las mejillas levemente rosadas y seguía con un rostro de pocos amigos.

-¿Estás enojado? -Me atreví a preguntar.

-¡Claro que no! -contestó violentamente - Es solo que tú no dejabas de hablar con Feliciano y la hora pasaba y pensaba que no saldríamos nunca.

Abrí los ojos sorprendido.

¿Era mi idea o parecía un poco celoso? Si se seguía comportando así solo conseguiría hacerle mal a mi corazón.

-Bueno, pues ya estamos afuera. Así que vamos -dije comenzando a caminar. Pronto Lovino me siguió.

-¿Habías dicho que el idiota de cabello gris estaba de cumpleaños?

-Sí, aunque en realidad su cumpleaños fue hace dos días. Siempre lo deja para el fin de semana siguiente para que todos los invitados puedan ir.

-Es inesperadamente organizado.

-Realmente lo es -dije divertido.

Para no retrasarnos más decidimos que tomaríamos el metro. Pensamos que iría relativamente vacío. Que manera tan espectacular de equivocarnos.

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