Enséñame

Amigos + El peor novio

Disclaimer: Hetalia y sus derivados pertenecen a Hidekaz Himaruya.

Advertencias: Temática slash (hombre/hombre). Diferencia de edad (6 años).

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El abuelo terminó castigándome de todas formas, con algo así como un toque de queda, si salía de casa debía volver antes de las seis, lo que no era tan malo... Mentira, acababa perdiendo más de la mitad del día por esa estúpida regla, aunque no es como que saliera mucho a fin de cuentas.

Las visitas de Antonio comenzaron a hacerse habituales, cosa que espero no haya extrañado al abuelo, puesto que ambos estamos de vacaciones y, por lo tanto, nada que revisar o reforzar con respecto a la escuela. A pesar de lo anterior, debo admitir que no veía tan seguido a Antonio, ya que cuando escuchaba a mi abuelo o hermano recibirlo, corría a mi habitación y me encerraba. Me avergonzaba demasiado estar en la misma habitación que él.

La verdad es que nunca antes había salido con nadie, así que tampoco tenía idea de que debía o no debía hacer o decir.

A comienzos de febrero Kiku nos invitó a Feliciano y a mí a la celebración de su cumpleaños. No sería una gran fiesta pero estaría la familia y amigos más cercanos.

Hablando con Alfred a través del chat, sin querer, terminé contándole sobre el cumpleaños de mi amigo. Me rogó durante cerca de dos días enteros que lograra convencer a Kiku de que lo invitara también. Finalmente accedí y terminé siendo el intermediario entre los dos.

Llegado el día del cumpleaños de Kiku, quedé de juntarme con Alfred en la estación de metro ya que el no tenía idea de donde vivía mi amigo. Cuando llegué a la estación junto a Feliciano, me extrañó ver que Alfred nos estaba esperando ya. Suele ser puntual, pero nunca tanto.

Me fijé en que iba mucho más arreglado de lo normal, vistiendo una camisa de mangas cortas, jeans y unas zapatillas que jamás había visto. También parecía muy nervioso, se llevaba las manos a la nuca cada ciertos segundos. De pronto se volteó hacia nosotros, nos miró con sorpresa para luego venir rápidamente.

—¡Lovino, al fin llegas! —Se aferró a mí por los brazos, con bastante fuerza, debo decir— Pensé que me había equivocado de estación, o de línea. —Hizo una pausa, en la cual bajó los hombros y suspiró. Se veía más relajado ahora— Que bueno que llegas.

—¿Hace cuánto que estas esperando?

Desvió su mirada hacia arriba, luego sacó su celular de un bolsillo y lo miró, contó algunas cosas con los dedos, finalmente afirmó con la cabeza— Poco más de una hora.

—¿Eres idiota?

—¡No digas eso! Es que estoy nervioso...

—Cálmate. Sólo es Kiku.

—¡Precisamente por eso!

—Hermano... —dijo en voz baja Feliciano, escondiéndose detrás de mí. Se veía algo incómodo.

Entonces Alfred se fijó en él y lo miró con curiosidad.

—No sabía que tenías un hermano.

—Su nombre es Feliciano.

—Hola —dijo Feli asomándose tímidamente— ¿Eres amigo de mi hermano?

—Sí.

—¡Es bueno conocer a los amigos de mi hermano! —dijo esta vez más confiado. Se colocó entre Alfred y yo, le tomó las manos y comenzó a agitarlas con mucho ánimo— ¡Es un gusto! ¿Cuál es tu nombre?

—Alfred —dijo casi en un susurro. Sus mejillas estaban más rojas de lo normal.

—¡Es un bonito nombre! —Alfred dibujó una idiota sonrisa en su rostro.