Castigos + Juegos

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Disclaimer: Hetalia Axis Powers y sus derivados pertenecen a Hidekaz Himaruya.

Advertencias: Temática slash (hombre/hombre). Diferencia de edad (6 años).

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A la siguiente semana comenzaron las clases de repostería. Éstas se impartirían los días miércoles después de las clases normales.

La profesora encargada de las clases es bastante alta y tenía un porte bien rígido, provocando que varios alumnos al momento de entrar al salón creyeran que se habían equivocado de clase, incluso nosotros también lo pensamos. Se presentó como Monika y estaría durante todo el primer semestre con nosotros, y dependiendo de los resultados, existía la posibilidad de que el curso siguiera por el resto del año.

Comenzó explicando las cosas básicas, como utensilios, medidas, ingredientes, entre otras cosas. En esa parte de la clase junto con Lukas nos aburrimos un tanto, ya que los dos lo sabíamos al revés y al derecho. Luego de que a todos les quedara claro, inició la parte divertida, la parte práctica, y puesto que era la primera clase y nadie había llevado ingredientes especiales, se nos encargó a todos que preparáramos panqueques. Algunos recibieron ayuda de la profesora, otros, simplemente no la necesitamos ya que conocíamos la manera de hacerlos.

Al final de la clase algunos estudiantes intercambiaron panqueques entre ellos, yo me limité a Lukas, al igual que él a mí.

La profesora nos habló superficialmente sobre lo que haríamos la semana siguiente y si es que creíamos necesario, traer uno que otro ingrediente que no se encontrara dentro de los que el instituto proporcionara.

Cuando ya habíamos salido de la sala e íbamos caminando por el pasillo, escuchamos unos pasos acercarse rápidamente, al girarnos vimos que era el chico alto con el que hablamos el primer día. Pareció reconocerme y al estar frente a nosotros se me acercó y me tomó por los hombros. A pesar de que me sentí un poco invadido no me alejé de él.

—¿Tú eres amigo de Alfred no?

—S-sí...

—¡Ayúdame por favor!

Con Lukas nos miramos extrañados, luego le preguntamos qué ocurría pero no quiso explicar, sólo nos pidió que lo escondiésemos por un rato.

Puesto que no había muchos lugares para ocultar a alguien tan grande como él, optamos por entrar en la primera sala que encontramos abierta. A mi amigo toda la situación le pareció divertida, así que se ofreció para distraer a Alfred por si este pasaba por fuera del salón.

Dentro de la sala estábamos sólo aquel chico y yo, y aparentemente yo cumplía el papel de cojín o algo parecido, puesto que, sentados en el suelo, me envolvía con sus brazos y temblaba de vez en cuando cual niño pequeño asustado por la oscuridad.

—Podrías soltarme...

Al parecer no me escuchó, puesto que ni siquiera se movió un milímetro. No pude hacer nada más que seguir sentado allí.

Luego de unos segundos se escucharon estruendosos pasos acercarse por el pasillo, el chico grande me apretó aún más. La voz de Alfred se escuchó desde el otro lado de la puerta, preguntando por él, Lukas le distrajo y luego de hablar un momento terminaron por irse del lugar.

—¿Se fueron?

—Creo que sí —dije dudoso. Pronto sonó el timbre de mensajes de mi celular. Al verlo tenía uno de Lukas, indicando que ya habían salido del instituto—. Sí, ya se han ido —confirmé.

El otro chico suspiró aliviado. Cuando le pregunté si me dejaba ir, esta vez sí lo hizo. Me senté frente a él y le pregunté por qué estaba huyendo de Alfred.

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