Imperio de traición (Daemyra)

Capítulo I: Coronación

Hola a todos! Como saben no hay primera sin segunda, así que acá el primer o segundo capítulo de esta historia.

Aquí veremos a Viserys coronarse como villano, y hasta acá todo lo que sucede es totalmente fiel a la película.

Es un angst, así que quedan advertidos.

Besos y abrazos. 

No olviden comentar. 

Viserys Targaryen escuchaba a Otto Hightower hablar de conspiraciones.

- Su majestad, si Daemon Targaryen planea tomar su lugar, su hija correrá peligro- dijo Otto y Viserys lo miró indicándole que se fuera.

Viserys no sabía que pensar. 

¿Daemon queriendo usurpar el trono que le correspondía a él por decreto del consejo?

No, no podía ser posible.

Lo habían elegido, él había sido elegido.

Pero Daemon peleaba la guerra, cuando Jaehaerys y él volvieron, era a Daemon a quién el pueblo aclamaba.

Si era cierto lo que Otto decía, su hija correría peligro.

Tenía que hacer algo, si su hermano quería traicionarlo, él tomaría medidas primero. Las que fueran necesarias.

Estaba planeando que hacer, cuando fue mandado a llamar por Jaehaerys.

Entró a los aposentos del rey e hizo una reverencia.

- ¿Estás listo para cumplir con tú deber con el reino, Viserys?- preguntó Jaehaerys mirando a su nieto.

Viserys, sonrió internamente. Entonces lo que decía Otto eran mentiras. Daemon no quería quitarle su derecho como heredero. Se paró con orgullo frente al rey y dio su respuesta.

- Si su majestad, estoy listo- dijo él sabiendo que Viserys lo nombraría rey muy pronto.

- No serás el rey- dijo Jaehaerys rotundamente y Viserys sintió como su mundo se derrumbaba.

Entonces Otto tenía razón. Aún así, sentía un poco de esperanza, tenía que preguntar.

- ¿Qué hombre será el que tomará mi lugar? ¿Hay alguien mayor y más sabio que me reemplace?- preguntó Viserys intentando que su voz no sonara tan molesta como debería sonar.

- Dejaré este reino en manos de Daemon, para que lo proteja, hasta que la paz definitiva llegue a este reino- dijo Jaehaerys rápidamente notando como los ojos de Viserys se llenaban de lágrimas.

Jaehaerys no daría marcha atrás en su decisión. Así era como debía ser.

Daemon era el único facultado para proteger al reino, Viserys sería un rey manipulable, Daemon no.

- ¿Daemon?- preguntó Viserys intentando que su voz no temblara.

- ¿Te decepciona mi decisión?- preguntó Jaehaerys y Viserys lo miró fijamente.

- Desde que el concilio me eligió tú heredero, he tratado de hacerte sentir orgulloso, lo único que deseaba era servirte- dijo Viserys mirándolo fijamente.

- Mi nieto, tus defectos como herederos, son mis fracasos como abuelo- dijo él tocando el hombro de Viserys que se apartó.

- No soy un guerrero, no lucho batallas, pero tengo otras virtudes, mantendría este reino en paz- gruñó Viserys y Jaehaerys negó.

- El concilio no ha gobernado, no se ha sentado en el trono, el reino necesita un rey que luche sus propias batallas- dijo el rey y Viserys lo miró dolido.