"AMIGO" style

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Kyle miró el cúter que descansaba sobre su mesa con una mezcla de curiosidad y angustia. Lo tomó en sus manos y lo examinó detenidamente antes de ponerlo sobre su muñeca. Su mirada se volvió sombría mientras contemplaba el filo del cúter.

Con un gesto suave pero firme, comenzó a presionar el cuchillo afilado contra su piel pálida. Sintió la presión mientras la hoja se deslizaba, y en ese momento, la sangre comenzó a brotar de la herida recién hecha. El adolescente permaneció en silencio mientras observaba el líquido rojo correr por su piel.

Sin embargo, antes de que pudiera continuar, Kyle se despertó de golpe en su cama, empapado en sudor y con el corazón latiendo con fuerza. Rápidamente, se subió la manga de su remera para examinar su muñeca. Dio un suspiro de alivio al comprobar que no había marcas ni heridas en su piel. La sensación de alivio lo invadió, pero la inquietud persistió en su mente mientras reflexionaba sobre el sueño perturbador que acababa de experimentar.

Kyle se acarició el cabello con lágrimas en sus ojos, sintiéndose completamente agotado por la serie de emociones que lo habían invadido en los últimos días. Su rostro reflejaba el cansancio y la tristeza que lo habían abrumado, y las ojeras bajo sus ojos eran evidencia de las noches sin dormir.

"No estoy bien", murmuró para sí mismo en voz baja, como si al decirlo en voz alta pudiera darle un poco de alivio a su corazón atormentado.

En ese momento, su madre abrió la puerta de su habitación y lo encontró en ese estado desolador. Su hijo parecía haber perdido toda la vitalidad y la alegría que solía caracterizarlo. Con ternura, su madre se acercó y colocó sus manos en los hombros de Kyle, guiándolo de regreso a la cama.

"Hijo, será mejor que te quedes en cama esta vez, ¿de acuerdo?", le sugirió con preocupación en sus ojos.

Kyle vaciló por un momento, luchando con sus deseos de seguir adelante a pesar de su agotamiento físico y emocional. Suspiró y finalmente cedió ante la insistencia de su madre.

"No quiero atrasarme", susurró, expresando su preocupación por su rendimiento académico.

Su madre asintió comprensivamente y lo arropó con una manta, asegurándose de que estuviera cómodo. Sabía que su hijo necesitaba tiempo para recuperarse y enfrentar todo lo que lo estaba afectando, y estar en casa sería un buen comienzo.

"No te atrasarás, ahora duerme, te hace falta", dijo la madre de Kyle con voz suave y comprensiva mientras lo arropaba cuidadosamente con la manta. Sabía que su hijo necesitaba un descanso desesperadamente, no solo para recuperarse físicamente, sino también para lidiar con las complejas emociones que lo habían estado afectando.

Después de asegurarse de que Kyle estuviera cómodo y bien cubierto, su madre se inclinó y le dio un beso cariñoso en la frente. Era un gesto que transmitía amor y preocupación, un recordatorio de que siempre estaría allí para él en los momentos difíciles. Luego, con una sonrisa reconfortante, se retiró de la habitación, dejando a su hijo descansar y procesar todo lo que estaba ocurriendo en su vida.

Kyle cerró los ojos lentamente, sintiendo el agotamiento físico y emocional pesar sobre él. Aunque tenía preocupaciones y dudas que lo atormentaban, al menos por ahora podía encontrar un refugio temporal en el sueño, un respiro necesario para su mente y su corazón atribulado. Con un suspiro, se dejó llevar por la oscuridad reconfortante de los sueños, deseando que al despertar las cosas pudieran empezar a mejorar.

En otro lugar, Stan se encontraba en el autobús escolar cuando notó que este pasó de largo por la casa de Kyle. Frunció el ceño y se dirigió al conductor del autobús, preocupado por la situación.

"¿Hey, no vamos a recoger a Kyle?" preguntó Stan al conductor, mostrando su inquietud.

"Su madre llamó para decir que está enfermo. Ahora, siéntate y mantén la calma", respondió el conductor del autobús con un tono brusco.