Muy buenas, cualquier aportación es bienvenida y tal vez me podría replantear hacer pedidos en algún momento.
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■COSAS QUE QUIERO RECALCAR:
Si no te gusta este tipo de contenido no lo leas, es simple, no estás obligado a hacerlo.
Se van...
Eran alrededor de las 7 pm y Mizuki había ido a la sala de reuniones para una después de que el Sombrerero la regañara por estar durmiendo a esas horas una siesta. A decir verdad el Sombrerero se comportaba muchas veces como una figura paterna con ella y eso hacía que le tuviera mucho aprecio. Incluso habían tenido pequeños momentos tiernos antes de llegar a las tierras fronterizas, pues ella trabajaba con él en una tienda de sombreros, de allí su apodo.
Llevaba puesto un vestido celeste con un mandil blanco, sí, igual que el de Alicia en la película de Alicia en el País de las Maravillas, junto a unos zapatos de muñeca en color negro al igual que la gargantilla que llevaba. Lucía muy bonita, sin embargo lo que más destacaba eran sus uñas, se las acababa de pintar el día anterior de color turquesa.
Había llegado a la puerta, repentinamente abierta por Mira al escuchar pasos que rápidamente pudo identificar ya que ella era la única que faltaba allí. Apenas la vió se apartó para que se sentara y así hacerlo también.
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La reunión transcurrió con normalidad
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Cuando Mizuki iba saliendo sintió unas frías manos que no tardó en identificar, las de Mira. En silencio la atrajo de nuevo a la sala de reuniones luego de que los demás salieran, cerró la puerta y puso el pestillo, Mizuki sabía qué pasaría. La pequeña quería provocar a su dueña por lo que se recostó sobre la mesa exponiendo su bonito culo. No tardó en lograr su cometido y la game máster levantó con delicadeza su vestido dejando caer la delgada tela sobre su espalda baja dejando su trasero al descubierto, como a ella le gustaba. A Mira no le gustaban demasiado los colores claros pero ese vestido de tela tan delgada como el pequeño cuerpo de su niña era particular.
Después de contemplar su bonito culo y su coño asomando entre sus delicadas piernas dejó caer su mano dando un fuerte azote, uno que en su cara la hubiese dejado desorientada. Mizuki gimió.
-Por lo que veo te gusta andar de puta, tu vestido es muy corto, mucho más de lo que me gustaría.- Soltó con voz oscurecida.
-Lo siento, sabía que existía la posibilidad de que no te gustara y aún así me lo puse, lo siento mucho.- Dijo Mizuki con voz calmada y tono inocente.
Mira le dió otro azote en el culo por atreverse a responderle, la verdad le gustaba tener poder sobre ella y que fuera Mizuki quien colmara su "paciencia" con su comportamiento de brat.
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Minutos después estaba lamiendo lascivamente su lindo coño mientras tenía sus bragas celestes de encaje en su bolsillo. Adoraba llevárselas durante unos días y luego devolvérselas a su tierna dueña. Nadie sería capaz de saber cuánto adoraba Mira lamer la intimidad de esa pequeña mocosa, menor que ella por al menos 14 años. Acto seguido Mizuki se vino mientras lloraba rogando que Mira introdujera algo por su dilatado y húmedo agujero, uno que solo había probado ella, uno que se le había otorgado como si fuera un regalo de cumpleaños.
La mujer mayor ya era experimentada por lo que no necesitaba palabras para saber que debía meter algunos de sus dedos en su interior, la verdad solo necesitaba su llanto el cual se hizo audible minutos después para excitarse aún más. Estaba demasiado caliente a punto de perder los estribos pero cuando se separó de la vagina de su sumisa no tardó en meter 2 dedos dentro masajeando su punto G de forma suave, casi como una especie de cosquilla. 2 dedos, luego 3, a continuación 4 y así hasta que su puño entero estaba dentro...
Mizuki lloraba sin parar mientras gemía su nombre, ya nisiquiera sabía lo que estaba gimiendo, solo seguía su instinto más básico. Mira en un momento dado del juego pocisionó su cuerpo cerca de su rostro agachándose un poco hasta quedar a la altura del rostro de Mizuki y comenzó a secar sus lágrimas mientras le cantaba una dulce canción de cuna, aunque parezca mentira realmente calmó un poco su desesperación para que cuando menos lo esperara la mujer dominante su coño goteara los jugos provenientes de su dulce orgasmo. Así fue. Posteriormente se escabulleron a la habitación de Mizuki y ambas se ducharon juntas para comer algo. Follar da hambre.
