Mira ||smut||

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Antes de Borderland:

Eran alrededor de las 8 pm, Mizuki estaba algo cansada porque había pasado todo el día fuera de casa cazando mariposas para posteriormente disecarlas, de lo que se olvidó en cuanto salió es que Mira, su novia, quería que pasara el día con ella porque había pedido las vacaciones que le debían desde el año pasado para estar con ella más tiempo ya que últimamente pasaba bastante tiempo fuera y como toda mujer veterana con un mínimo de inteligencia en relaciones sabía bien que Mizuki era algo demandante, algo así como una niña pequeña atrapada en el cuerpo de una chica de 18 años.

La cría volvía a casa con un semblante nervioso, era evidente que en el camino había recordado lo que la mujer mayor deseaba y porqué. Apenas Mira la vió notó lo anteriormente mencionado y creyó que lo más conveniente era agarrar con cuidado su maletin de cristal con las mariposas y tomarla del brazo con brusquedad. El agarre era realmente firme y cuando intentó articular palabra una bofetada fue propiciada en su lindo rostro, una bofetada tan dura que ni su propia madre sería capaz de propiciarla.

Con lágrimas en los ojos se derrumbó encima de Mira, buscaba consuelo, las manos de la neurocientífica y psiquiatra no tardaron en viajar deliberadamente por las pequeñas curvas de la mujer menor.

-Tú lo has ganado con tus acciones, debes aceptar las consecuencias de tus actos.- arulló para luego cargarla y besar su frente.

Cuando su llanto cesó se sentó con Mizuki aún en sus brazos y la meció. Ella trataba de hablarle y decirle que lo sentía, que su reacción había sido exagerada pero la pequeña no mantenía contacto visual con ella, lo que en los autistas se puede traducir como no solo enfado si no pérdida de confianza ya que a muchos les incomoda mantener el contacto visual con las personas, debes ser muy especial para ello. Aún así su falso ego afirmaba que se le pasaría.

Pasaban los minutos y ya Mizuki se había bajado de su regazo para sentarse en la otra punta de la sala que contaba con dos sillones grandes. No la miraba y eso la desesperaba por lo que decidió ponerse de pie frente a ella acariciando su cabeza, eso siempre la calmaba sin importar qué, aunque se quedaba tranquila cuanto más era acariciada igualmente no era del todo efectivo. Sabía como arreglarlo...

Se arrodilló frente a la chica y abrió sus piernas, la pequeña no opuso resistencia pero lágrimas comenzaron de nuevo a salir de sus ojos. No tardó en comenzar a gritarle.

-¡Todo el tiempo intentas arreglar ese tipo de conductas así, ya no puedo seguir de esta forma, sé que eres consciente del control que tienes por encima de todo!- gritaba a medida que las lágrimas caían.

A Mira simplemente no le importó, ni siquiera cuando comenzó a decirle que no quería, solo continuó bajando su ropa interior hasta despojarla de todas sus prendas exceptuando el largo listón azul que usaba para recoger su cabello en una media cola. Con el mismo listón ató sus manos mientras trataba de que la mujer menor no la arañara, se estaba comportando realmente mal y eso conlleva un castigo.

No era la primera vez que algo así pasaba y mucho menos sería la última. Su lengua realizaba trazos descuidados y bruscos mientras el cuerpo de la víctima se retorcía debajo, sus manos simplemente sujetaba los labios de su vulva separándolos para que sea más cómodo.

Los gritos en busca de que parase se mezclaban con sus gemidos y a Mira le daba completamente igual, incluso en un momento dado comenzó a morder su intimidad con apenas fuerza, claro.

El llanto no paraba pero lejos de preocuparla empezó a besarla con brusquedad a pesar de que la menor intentaba alejar su rostro.

Apenas terminó Mira paró y la ayudó a lavarse en el baño para después ir de nuevo a la sala le pidió perdón con un beso en sus labios, beso que no fue correspondido hasta instante después. El resto de las horas hasta la cena se basaron en mimos por parte de la mujer mayor.

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One shots con Mizuki ||Aib Smuts||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora