Capítulo 6

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—Nina, Maggie, —empezó a hablar Aziraphale cuando llegó a su lado — ¡qué placer veros tan vivas y resplandecientes!

Sus dos vecinas habían presenciado su segundo beso con Crowley desde el otro lado de la calle, estaba algo cohibido por ello, aunque no se arrepentía. Pero tenía algo en el estómago que no lo dejaba aún volver a tener una respiración normal, una molestia no del todo desagradable, y su cuerpo... Su cuerpo humano realmente estaba teniendo algunas reacciones muy nuevas, que sabía que estaban operativas, pero que nunca había... ¿Usado?

—Menudo beso, después de todo sí que lo tenías dentro. — Le dijo Maggie antes de golpear amistosamente su hombro con el puño.

—¿Qué? — No la estaba entendiendo muy bien.

—Oh, cuando le pregunté a Anthony desde hacía cuando eran amantes, me dijo que no eras el amante de nadie, que eras demasiado "puro de corazón" para serlo.

Aziraphale arqueó ambas cejas al escuchar el extracto de la conversación que en algún momento Nina y Crowley habían compartido. No es que fuese "demasiado puro de corazón" sino que nunca jamás se había interesado por ser el amante de nadie. Obviamente en el cielo era algo que no se llevaba, aunque ya tampoco se llevaba el querer a los humanos realmente.

—Los placeres de la carne en el cielo resultaban... — le costó dar con una palabra para ello, pero la más cercana era — vulgares.

—¿Cómo comer? — Intervino Maggie.

—Si. — Le contestó.

—¡Ah! ¡Por eso esa ángel estaba tan emocionada con mi tarta de mañana! — Dijo Nina algo más alto de lo que Aziraphale habría elegido, pero estaba en lo cierto.

—Si, es por eso. — Le dijo Aziraphale. — Aunque, procurad decir lo de "ángel" más bajito.

Cuando Crowley sacó de la tienda a ambas mujeres para evitar que las convirtiera en piedra ya supuso que no les iba a borrar la memoria ni hacer nada malo, podía convivir con humanos que supiesen lo que eran. Lo habían hecho antes, aunque nadie más lo sabía a parte de ellos dos.

El ángel se giró para ver al demonio que estaba hablando con Muriel, dejándose caer suavemente contra su coche cuando el humo ya se fue esfumando de todo su cuerpo. Sí que había estado muy cerca de prenderse fuego.

—¿Entonces —empezó a preguntar Maggie— están ya juntos?

—Supongo que sí.

Si, ahora estaban juntos. Aunque siempre habían estado juntos. Pero otro tipo de juntos. Era bastante extraño, pero un extraño bueno.

—Me alegro mucho por ustedes. — Le dijo Maggie con esa dulce sonrisa tan característica de la dueña de su tienda de vinilos de confianza.

—Ángel — la voz de Crowley fue cómo un golpe en su pecho que hizo a su corazón meter tercera. Crowley había cruzado la calle y estaba junto a él, pero un paso por detrás, sintiendo como se presionaba un poco contra su espalda. — Muriel irá mañana a buscar a Gabriel y Belzebú. — Crowley habló muy cerca de su oreja antes de separarse y mirar a sus otros dos acompañantes. — Hola, Nina, Maggie.

—Hola a ti también — lo saludó Nina, pero tras intercambiar unas palabras a las que Aziraphale no prestó atención, las dos se fueron.

Se fueron y una mano de Crowley viajó a su cintura, ¿estaban yendo muy deprisa? No. No creía que fuese muy rápido, pero estaba ansioso por cada roce.

—¿Has oído lo que te he dicho de Muriel? — Volvió a susurrarle Crowley al oído.

—Si, me parece una idea maravillosa. — Le contestó Aziraphale, balanceando algo de su peso para presionarse más contra el demonio.— Merecen ser también aquí felices.

Nada es para siempre, menos mi amor por ti [IneffableHusbands]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora