Capítulo 14 [R+18]
Aziraphale estaba viviendo en un perpetuo, constante, brutal y tortuoso estado de excitación. Si no fuese porque ya eran su propio bando estaría asustado de ser mandado directo al infierno por toda esa... Toda esa lujuria.
Un ángel consumido por el deseo, era lujurioso, era pecaminoso como el recuerdo de las manos de Crowley por su cuerpo se había convertido en un interruptor mental para que las funciones reproductivas de su cuerpo se activaran. Lo que habían hecho no era suficiente para saciarlo, quería que lo tocara cada segundo de su existencia. Era un adolescente me miles de años, pero un adolescente, porque al igual que esos pobres pubescentes acababa de descubrir el:
S E X O.
El sexo húmedo, caluroso, duro y suave.
El sexo con Crowley.
Ahora estaban ahí sentados en su mesa del Ritz, esperando a que llegara su comida mientras sus manos estaban enlazadas sobre la mesa y su amante amenazaba con volverse una serpiente. Que él hiciese eso en Crowley era lo que más le afectaba, ser objeto de deseo de un ser tan exuberante y hermoso, no había palabras para describirlo.
Otros ángeles lo habían criticado por comer demasiado y "estropear" su vasija/su cuerpo, Crowley nunca lo criticó. Él disfrutaba llevándolo a comer por Londres, por todo el mundo. Crowley siempre iba tres pasos por delante suyo en los sentimientos, tal vez aún presentase un fuerte sentimiento de huida ante los conflictos, pero estaba trabajando en ello.
Él también tenía que trabajar en muchas cosas, la iniciativa era sin lugar a dudas una de esas cosas.
—Creo —comenzó a decir Aziraphale mientras su otra mano hizo un gesto— que la comida va a tardar un poco.
—¿Si? — Crowley estaba sonriente, pero no se esperaba la siguiente frase.
—Creo que podría necesitar ir al baño.
El ceño de Crowley se frunció unos instantes, seguramente preguntándose sobre la razón que tenía su ángel para ir al baño, no necesitaban hacer esas cosas por más que comiesen. Y entonces. Cómo un rayo de alumbramiento en su conciencia, lo entendió.
Aziraphale sonrió cuando las cejas de Crowley casi alcanzaron el nacimiento de su cabello y con un elegante movimiento se puso en pie mientras soltaba sus manos. Crowley sólo lo podía mirar a él. Lo siguió atentamente hasta que se perdió de su vista.
Le habría encantado quedarse a mirar la reacción completa de Crowley, aunque al parecer no existía mucho para lo que imaginar. La puerta del baño se abrió en poco más de un minuto tras su entrada en él. Su demonio se quitó las gafas antes de que esta se cerrara y se abalanzó sobre él.
Crowley lo empujó contra la pared con una fuerza que parecía más una lucha que un intercambio amoroso. Sus manos lo tenían agarrado del rostro mientras sus lenguas luchaban y sus pulmones hiperventilaban. Andaron prácticamente a ciegas hasta uno de los cubículos del fondo, y una parte del cerebro de Aziraphale anotó que los restaurantes de chefs tenían baños suficientemente amplios y limpios para esas labores.
Aziraphale se abrazó a su torso, bajó las manos por sus dorsales hasta hundirse en sus caderas. Una de las manos de Crowley bajó de su cara a su cuello, apretando dulcemente el agarre sobre él. Otra cosa que había descubierto: le gustaba cuando Crowley era brusco.
No, esa vez quería sorprenderlo, así que metió las manos entre sus cuerpos y desabrochó el cinturón de Crowley, después el pantalón y metió la mano dentro.
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Nada es para siempre, menos mi amor por ti [IneffableHusbands]
Roman d'amourCuando Aziraphale se va, la luz en la tierra mengua para Crowley. Pensó que nunca tendría que presenciar un dolor igual a cuando creyó que su ángel había muerto, pero ahora lo había abandonado. Estaba ahí, abriéndole su alma, y aún así se había ido...