゜ ・ El chico del tejado 。。・
Muevo mi mano energéticamente haciendo círculos con el tenedor dentro del pote de maruchan. Hace unos minutos le eché el agua caliente, y ya deberían estar cocidos los fideos.
Sí, deberían. Porque a penas se han movido. Siguen duros. ¿Es que acaso el agua no se calentó lo suficiente?
Saco y vuelvo a meter el tenedor en medio de los fideos. Ya los he cortado todos a la mitad. Tomo el pote de maruchan con mi mano izquierda, y volteo los ojos. El pote está frío.
Con razón no se han calentado los fideos. Me levanto de mi escritorio de una forma demasiado perezosa y abro la puerta de mi habitación. Antes de eso le bajo el volumen a la música. A mis padres les molesta que la tenga fuerte.
Abro la puerta y salgo por el pasillo. Cuido de que el agua no se me caiga del pote. Bajo las escaleras haciendo sonar mis pies contra el suelo. Al parecer me he estresado un poco.
Al llegar al final de esta, avanzo hacia la cocina. No es muy grande, pero no es pequeña. Tiene gabinetes blancos y pared con azulejos del mismo color, pero con diseños negros.
Lleno el hervidor de agua, y lo pongo a calentar. Me apoyo en el mesón mirando como la lucecita del aparato se ha prendido. Apoyo mi codo en el mesón sosteniendo mi cabeza en mi mano, y con la otra repiqueteo los dedos en el mesón.
Cuando veo el agua burbujear y se apaga la luz, se que es señal de que el agua ha hervido. Vierto el agua que estaba en el pote de fideos instantáneos y le echo el agua caliente. Hecho esto, me devuelvo a mi cuarto.
Ya en él, prendo nuevamente la música y dejo los fideos en mi escritorio. Mientras espero a que se terminen de coser, sigo haciendo lo que estaba haciendo antes:
Leyendo en mi computadora.
Si. En mi computadora.
Es fácil adivinar el porqué: A penas tengo dinero propio.
Y los libros son muy caros.
Entrecierro los ojos buscando la parte en la que quedé, y continúo. No se por qué, pero me estoy leyendo un libro de amor. Y de enemies to lovers. Ese definitivamente no es el género de libros que suelo leer, pero creo que me va a hacer bien leer algo así y descansar de leer libros de asesinos y psicópatas.
Cuando por fin me ubico en donde estaba, comienzo a leer.
Mi gato se sube a mi regazo, y empiezo a acariciar su suave y blanco pelaje con manchas grises. Leer de este modo es muy relajante. Tengo una ventana bastante grande en la pared de enfrente mío. La tengo abierta, y por ahí se cola el aire nocturno que me refresca el rostro.
Mi cama se encuentra a mi izquierda, de forma horizontal. Tiene un cobertor azul con planetas. Las paredes de mi cuarto son blancas, y están llenas de posters de cualquier cosa que se vea bien en mi pieza. La puerta está detrás de mi, y creo que cabe recalcar que mi cuarto está hecho un desorden. Tengo tarros de fideos instantáneos, ropa, papeles con ideas aleatorias escritas y pinceles por doquier.
Supongo que ahí se explican mis hobbies favoritos:
Pintar
Leer
Escribir
No diré comer maruchan porque no creo que sea un hobbie.
Doy un suspiro. Levanto mi vista de la computadora y miro por la ventana. El cielo está oscuro, ya es de noche desde hace dos horas aproximadamente.
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Unidos por unas tejas | Booabyjvibe | (En proceso)
Teen FictionEllie no tiene una vida especialmente bonita. Padres ausentes, sin amigos; su único refugio son la música, los fideos instantáneos y su habitación. Hasta que por un accidente, conoce a su vecino. Ellie empieza a tener mucha curiosidad sobre él: ¿Po...