⋆𝘊𝘢𝘱í𝘵𝘶𝘭𝘰 3

9 2 1
                                    

¿La policía? 。。・

Me detengo en el marco de la puerta de entrada de mi casa antes de abrirla. Doy un suspiro, y cruzo los dedos para que mis padres no estén en casa. He visto las luces prendidas afuera, pero no sé si están o no.

Por fin decido abrir la puerta. Inserto la llave, y la giro. Lo primero que veo al entrar, es a mi madre, con un vestido de fiesta, retocándose el maquillaje en el espejo del vestíbulo.

Ella me mira dejando su pinta labios cerca de su boca, y vuelve su mirada al espejo:

-Tienes que sacar la basura de los baños y la cocina -Me ordena mientras se acomoda su oscuro cabello en su pálido rostro. Agradezco que no he heredado ese color. Mi pelo es castaño, y tengo rulos. El de ella es liso.

Lo que no faltaba que no pudiera heredar: El color de ojos.

Ambas tenemos los ojos color verde.

No es que no me gusten, pero el que me haga recordar su mirada cada vez que me veo en el espejo me incomoda.

Mis padres, desde que soy muy pequeña, han sido muy ausentes. Y no porque sean doctores y trabajen todo el día. Simplemente, no les importo. Fui un embarazo no planeado, y digamos que le arruiné su perfecta vida a ambos.

Ahora solo se la pasan en fiestas.

Y no es que me importe. He aprendido a ser independiente.

Para que no se me olvide, prefiero hacer lo que mi madre me ha ordenado antes de relajarme, porque de seguro se me va a olvidar.

Luego de sacar todas las bolsas de basura al patio, mis padres ya se han ido.

Voy a mi habitación por un pote de maruchan y me dirijo a la cocina para cocerlo. Pongo a hervir agua, y espero. La persona que creó los fideos instantáneos necesita un lugar en el cielo. Sin ellos, yo no viviría.

Ok, eso sonó algo extraño.

Sí que lo fue

Luego de haber echado el agua en el pote, tomo mi mochila y voy a mi habitación. Hoy he llegado tarde del colegio porque pasé al parque. Cualquier cosa por estar el menor tiempo posible en mi casa.

Cuando ya estoy en mi habitación, abro el libro que estaba leyendo en mi computadora y dejo los fideos a un lado de ella. Dejo mi mochila en mi cama, y saco unos documentos de ella. Es un permiso para ir a una galería de arte con el taller.

A la que iremos hay que pagar un poco de dinero, y dudo que mis papás me lo den, así como dudo que me firmen el permiso.

Para eso, hace unos años me inventé una firma. Es la que uso cada vez que mi "adulto responsable" tiene que firmar algo.

Firmo la hoja rápidamente y dejo diez dólares encima de ella para que no se me olvide llevarlos. La entrada no cuesta eso, pero me dará hambre y quiero tener dinero para comprar algo.

Luego de haber hecho esto, me siento en la silla de mi escritorio. Miro la pantalla:

Strange, parte 2

Unidos por unas tejas | Booabyjvibe | (En proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora