Capitulo 1
Fost
Jack se tapó los oídos, desesperado, los viejos ya volvían a empezar, es que, en serio, ¿cuándo iban a dejar esa cantinela? Nicolás y Toothiana, llevaban peleándose por lo mismo
desde hace cincuenta años. Todo por el maldito chocolate extra especial de Norte. Él ya había aprendido a odiar al mendigo chocolate desde hace mucho tiempo, por supuesto, al principio le había encantado como a todo el mundo, como a todo el mundo menos a Toothiana, claro.
Ese maravilloso manjar de los dioses se le había derretido en el paladar, haciéndolo volar (literalmente) por las nubes. Por supuesto esa alegría no le duro mucho, Toothiana no estaba
contenta, de hecho, estaba indignadísima con Nicolás por haber inventado un veneno tan repugnante, el chocolate es un veneno letal para los dientes, decía, es pura azúcar y lo único que les va a dar son caries, ni siquiera les aporta un beneficio adicional, lo único que provocas es la obesidad del futuro de la humanidad, rezongaba. Por supuesto eso no le había agradado a
Nicolás por lo que se dedicó a producir aún más chocolate que antes. En consecuencia, Toothiana dejó de hablarle, ahora los dos se evitaban y apenas se dirigían la palabra si no era para discutir, como en ese momento.
- ¡Te estoy hablando a ti viejo gordo! Como es posible que te hayas olvidado de sacar esas horribles cosas del horno, ahora todo está lleno de humo ¡y es tu culpa asno desdentado! -bramo Toothiana enfurecida.
- ¡Uy! Discúlpeme su real majestad, no sabía que su delicadísima piel no podría soportar un poquito de humo, me disculpo por causarle tal malestar, por el humo que se encuentra
exclusivamente en mi parte de la guardia es una desgracia para la reina de los patosos.
- ¡Serás…!
Jack sabía lo que se avecinaba y con un gruñido de malhumor le lanzo una mirada a Rob para que lo ayudase.
- ¡Eeehh! ¿por qué yo? Esta vez le toca a Sandy agarrar a la vieja yo ya estoy harto.
Jack lo fulmino con la mirada hasta que el conejo gruño derrotado.
- Esta bien, está bien ya voy, pero que conste que a la próxima no lo voy a volver a hacer.
Con una mueca irritada se levantó de un salto y alcanzo al hada de los dientes por el brazo antes de que pudiera arrearle un golpe a Santa. Jack no tuvo tanta suerte, a pesar de que Nick era enorme, el viejo era rápido, cuando se lanzó sobre él, el anciano se había limitado a
esquivarlo, el muy bruto, lo hizo con tan mala suerte para él, que el exceso de impulso lo hizo rodar justo a sus pies, sólo para después ser arrollado, por lo que a él le pareció un elefante con
sobrepeso.
- ¡AYYY! Maldito elefante fíjate por donde pisas ¡me acabas de romper todos los huesos, animal!
Sus gritos fueron suficientes para acabar la pelea, lanzándose unas últimas miradas de odio, el hada de los dientes y Norte se retiraron de la sala.
- Paz, bendito silencio cuanto te extrañe. – Mascullo Robin.
Sandy asintió enérgicamente con la cabeza, al parecer todos estaban hasta la coronilla de esos dos.
Jack se preguntó que rayos había pasado con el felices para siempre, después de que derrotaran a Pitch Black, las cosas habían mejorado, incluso durante un tiempo creyó haber encontrado al lugar donde pertenecía, pero se había equivocado, los guardianes eran un equipo,
sí, pero cada uno tenía su propio hogar, su trabajo, responsabilidades, su propia vida, y esa era la diferencia él no, él no tenía nada más que esto. Incluso se veía obligado a pasar sus
vacaciones en la casa de uno de los otros guardianes.
Durante un tiempo eso había estado bien, pero las cosas se habían deteriorado rápidamente, al fin, sólo habían pasado un par de siglos ¿no? En el fondo sabía la verdad, no
quería admitirla, era demasiado doloroso. Lo demás en realidad no podían comprenderlo, para ellos era fácil, no se podían imaginar lo duro que era sonreír cada día, estar siempre alegre no importa cuánto doliera, no lo entendían, pero no importaba, era lo más cercano a una familia que tendría jamás lo más cercano a un hogar, lo único que tendría en su corazón helado.
Una campanilla aguda le tintineo en el oído, Sandy estaba tratando de llamar su atención, pobres duendes, pensó Jack con simpatía, se habían convertido en sus campanillas ambulantes desde que descubrió su utilidad, ahora todos le rehuían, aunque Sandy siempre los atrapaba.
- ¿Qué sucede, estas bien?
-Estoy perfectamente ¿no te habías dado cuenta? Hace unos segundos acabo de ser atropellado por una ballena vociferante con patas ¿Cómo no podría esta de maravilla?
Robin soltó una risilla, aun así, parecía un poco tenso, él no podía culparlo, todos estaban con los nervios a flor de piel desde que a esos dos se les había ocurrido que sería lindo pelearse. Sandy le lazo una mirada reprobatoria, Jack contuvo un escalofrío, de alguna forma le parecía que Sandy siempre conseguía ver más de lo que aparentaba, como si él pudiera ver hasta el fondo de su alma, y a Jack no le gustaba, no le gustaba en absoluto. De todas formas, en ese momento no estaba de humor, no quería hablar de eso, prefería
olvidarlo, al parecer Sandy lo comprendió pues su mirada se suavizó y desviando el tema acepto
su renuencia.
- Esta vez te toca quedarte conmigo.
Jack contuvo una mueca, menudo cambio de tema, este tema era casi tan malo como el anterior, la casa de Sandy estaba a entre las nubes y las estrellas, era tan silenciosa que su
dueño incluso parecía ruidoso en ella, Sandy ruidoso, la última vez que había estado allí se había aburrido tanto que, por supuesto había hecho de las suyas, el lío en el que se metió fue de los más gordos que podía recordar. Pitch Black era un dulce angelito en comparación de Sandy
enojado. Se preparo mentalmente para las vacaciones más aburridas de su vida, odiaba el calor, durante el verano no había nieve, no había mucho que hacer y se aburría, los demás guardianes lo invitaban a sus hogares y después de un tiempo se había vuelto tradición. Pero definitivamente se negaba a quedarse en casa de Sandy de nuevo, no cometería el mismo error dos veces, bueno, no otra vez.
- Genial, sería maravilloso poder ir a tu casa Sandy, de verdad, pero desgraciadamente hice planes para este año, decidí viajar un poco, ya sabes conocer el mundo y todo eso, me apena en el alma, pero tendré que posponerlo, será en otra ocasión.
- Sabes bien que no puedes marcharte, tienes que permanecer con alguno de nosotros, al
menos hasta que aprendas a controlarte.
Jack evito un gruñido de frustración, por eso jamás lo entenderían, no era tan sencillo, eso formaba parte de él, quitárselo sería como intentar quitarle un brazo.
- ¡Oh, vamos Sandy! Ya estoy mejorando, en estos últimos siglos ya casi ni me he metido en líos.
Rob estalló en carcajadas.
- Que casi no te has metido en líos ¿he chaval? Cielos, nunca he conocido a una persona más problemática.
Jack soltó un gruñido, si seguía un segundo más allí estallaría, así que soltó una carcajada, una carcajada de pura alegría, no importaba, sencillamente no valía la pena, con un brinco ágil salto sobre el conejo de pascua, tirándole de las orejas al pasar por encima de su
cabeza, luego con una pirueta de despedida salió corriendo al exterior gritando su última broma por encima del hombro.
- ¡Adiós vejestorios! La noche me llama, todavía soy joven y me niego a ir a la cama.
Una vez fuera soltó un suspiro sólo tenía paz, el silencio lo calmaba, era relajante. Estaba agotado, repaso su día, en efecto había estado muy ocupado, enmarañar toda la lana de los suéteres navideños era toda una proeza, salar las galletas de había requerido particular sigilo, al igual que llenar de confeti uno de los agujeros a la madriguera de Rob, eso había sido los más difícil pues sólo tenía un instante para hacerlo y debía tomar al conejo desprevenido,
por supuesto todo había sido un éxito.
Estaba cansado, sin embargo, estaba complacido con su día, había sido muy fructífero y productivo, se le cerraban los ojos de agotamiento, pero se negó a hacerlo, no los volvería a cerrar, nunca más, no volvería a cerrar los ojos jamás, no se dormiría ni, aunque se derrumbará
de cansancio, no se perdería un instante más de su vida.
Una luciérnaga se posó en su nariz sólo para marcharse volando al instante, su piel helada
alejaba a todos los animales, con un alegre cacareo dio un salto y se lanzó a perseguir la luciérnaga, perdiéndose en la noche bajo la mirada de las estrellas.
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Lo que sucede después de felices para siempre
Hayran KurguUn joven con un oscuro secreto oculto detrás de una sonrisa. Jack Un chico alegre y despistado que no quiere ser jefe. Hipo Una chica que detesta a los chicos y ama su arco. Merida Una joven que no sabe nada de la vida. Rapunzel Hola, este es mi p...