Capítulo 2

2 0 0
                                    

                              Hipo

Debí de haber volado más lento, fue lo primero que pensó Hipo al aterrizar y encontrarse con el ceño fruncido de su padre, estaba metido en un buen lío.
- ¡TIERRAAAAA! MUA… ¡Ay! tierra querida, cuanto te extrañe, te prometo que nunca jamás me volveré a subir a un dragón. – Dijo el tal Jack sin dejar de besar el piso.
¿Será tonto? Se pregunto Hipo confundido, al ver como el chico abrazaba a Chimuelo y se iba corriendo, por supuesto no llegó muy lejos pues corrió en dirección a su papá, lo cual le confirmo que en efecto, era muy tonto, Estoico no tuvo más que estirar el brazo para cazar el cuello de la camisa de Jack y alzarlo en vilo como un gatito mal portado.
- ¡Eh! Oiga señor ¿Qué le pasa? ¡Bájeme de inmediato! – Exclamo Jack ofendido sin dejar de retorcerse.
Hipo trago saliva, Jack no sólo era un tonto de remate, era un loco con instintos suicidas. Ahora su padre estaba enojado y lo su mirada no auguraba nada bueno para él.
- Hijo – Bramo Estoico con voz de trueno.
Ay no, fue todo lo que pudo pensar, la voz de su padre retumbaba como el trueno.
- Pasare por alto un segundo, que llevas toda la mañana desaparecido para que me digas ¿quién rayos es este mocoso? – Preguntó Estoico.
Hipo trago saliva, pero antes de que pudiera decir nada, Jack abrió la boca, su maldita bocaza.
- ¿Mocoso? – Pregunto indignadamente - ¿A quién le llama mocoso? Yo soy un guardián responsable.
Hipo no pudo evitar resoplar ante estas palabras, su papá lo fulminó con la mirada, maldito Jack.
- Se llama Jack papá – Empezó con nerviosismo – Lo encontré escalando un islote, se me hizo raro así que lo traje aquí, no creo que sea peligroso, pero es un loco tonto de remate con instintos suicidas, creo que lo mejor sería arrojarlo al mar.
Estoico lo miro arqueando una ceja.
- Ummm… Ya veo
- ¿LOCO, TONTO DE REMATE? ¿En serio? – Vocifero Jack con aire indignadísimo – Nadie me había insultado tanto en tan poco tiempo, niñato malcriado ¡ven acá! Te voy a arrear una buena… - Jack se debatió inútilmente del agarre de Estoico - ¡Bájame! ¡que me bajes te digo!
Hipo miro a Jack al borde de la risa, definitivamente le recordaba a un gatito mal portado. Estoico lo acudió con tranquilidad y por fin se quedó quieto, Hipo nunca había conocido a nadie capaz de oponerse a su papá mucho tiempo.
- ¡Ja! Creo que voy viendo por qué le demostraste tanta hostilidad – comento Estoico con aire divertido – Jamás creí que tú siendo tan pacifico pudieras mostrar verdadero desagrado por alguien en tan poco tiempo, pero creo que este mocoso de aquí tiene un don especial para eso.
- ¿Mocoso? – Preguntó Jack indignado – Mi nombre es Jack, mendigo gigante apestoso…
Hipo contuvo el aliento, su padre iba despellejar vivo a Jack y tal vez también a él de paso, por suerte una voz aguda surgió de la mochila salvando la situación en el último segundo, ya va a salir el conejo gigante de la mochila, pensó aliviado.
- Por favor disculpe al mocoso – Dijo el conejo surgiendo de la mochila – yo soy… bueno digamos que soy su niñera, me llamo Rob, dejémoslo en que me tengo que encargar de que Jack no se meta en líos demasiado gordos.
Estoico, que había permanecido impasible ante la aparición de Rob, le preguntó tranquilamente al conejo:
- ¿Me estás diciendo que este mocoso tiene una habilidad especial para meterse en líos?
- Lo has entendido a la perfección. – Dijo Rob ignorando los ruidos de indignación de Jack que no dejaba de retorcerse bajo la presa de su papá.
- Comprendo, en ese caso, me gustaría pedirte que me dejaras cuidar al muchacho durante un tiempo, creo que sería de gran ayuda para ti, descuida no será mucho tiempo, a lo mucho un par de semanas. – Termino Estoico.
- ¡Por mi encantado jefe! Sencillamente le advierto que no me hago responsable de lo que pueda hacer ese mocoso, y no se preocupe, tres semanas, un mes, un año, puede quedárselo todo el tiempo que quiera, por mí no hay ningún problema, ahora si me pudieran mostrar donde puedo hallar una buena colina para dormir…
- No hay problema, entonces ¿tenemos un acuerdo? – Pregunto Estoico, ante la mirada incrédula de Hipo.
- Requete sí ¡ah, estes es el día más feliz de mi vida! ¡adiós mocoso, no le des demasiados problemas! – Dijo Rob ignorando los gritos furiosos de Jack.
Y así sin más el conejo se fue de un enorme brinco como si nada. Hipo miro incrédulamente a su papá ¿Por qué rayos querría un Ragnarok ambulante? Miro a Jack que en ese momento estaba mordiendo el antebrazo de su padre en un intento inútil de soltarse, el tipo no podía ser más imbécil.
Estoico lo miro severamente antes de decir con voz de trueno:
- ¡Hipo!
Hipo intentó no sobresaltarse, aunque no creía que hubiera tenido mucho éxito con eso.
- Tu castigo será hacerte cargo de este mocoso durante dos semanas, si el conejo vuelve antes (cosa que dudo) ya no tendrás que cuidarlo. Asegúrate de que no cause problemas.
Con esto Estoico le arrojo a un muy quejoso Jack, Hipo miro incrédulo a su papá, esto no podía estar pasando.
- ¡Papá! ¡Papá no, por favor espera, no me hagas esto!
Estoico se giró a mirarlo interrogativamente.
- No me dejes con él – Le rogo Hipo desesperado – ese tipo es un desastre con patas, ni siquiera su niñera lo quiere, va a ser un desastre ¿Por qué no se lo damos de comer al dragón de Bocón? Ya sabes que siempre tiene hambre.
Hipo miro a su papá con aire suplicante ¿Por qué demonios lo castigaba de esa forma? Se negaba a cuidar a ese tipo, prefería limpiar los establos de los dragones por un año si era necesario.
- ¿Eh, hola? Recuerdan que sigo aquí ¿verdad? Puedo oírlos perfectamente, me importa un pimiento lo que os haya dicho Rob, yo nunca dije que sí, no necesito ninguna niñera, me puedo cuidar sólo perfectamente, gracias. – Dijo Jack con aire de marquesa ofendida.
Justo antes de tirar de la cola a un Pesadilla Monstruosa, este, por supuesto, no se lo tomo nada bien y tenía que ser, lanzo un chorro de fuego que incendio un tejado mientras entraba en ignición achicharrando las pestañas de todos los que tenía cerca.
- Ups. – Murmuró Jack sin el menor signo de arrepentimiento.
Hipo miro a su papá intencionadamente, su mirada más potente de “te lo dije” grabada en sus ojos. Estoico se limito a encogerse de hombros.
- Bueno hijo, ya has visto lo que te toca, que Odín te acompañe, te deseo suerte la necesitaras.
Y así sin más Estoico se marcho para ordenar que apagaran ese fuego, genial, Hipo miro incrédulamente al chico albino, que como no, ya estaba molestando a Chimuelo tratando de atraparle la cola. Estos van a ser los días más largos de mi vida, si es que no los últimos días de mi vida, pensó Hipo descorazonado.
- Tu mocoso, sígueme, será mejor que te mantengas pegado a mí y no toques nada o terminaras incendiando toda la aldea o algo así. – Le gruño resignado.
El chico, Jack, lo miro con sus ojos helados cargados de malicia.
- Detrás de ti. – Dijo con aire inocente.
Hipo suspiro, los próximos días iban a ser un infierno.

                            Frost

Indignación era poco para describir lo que sentía en esos momentos ¿Cómo se atrevían a tratarlo como si fuera un niño? Rob era un maldito traidor ¿Es que todos eran tontos o algo así, o no podían notar que él era un guardián perfectamente responsable? Y eso de hablar sobre él como si no estuviera allí…
Ya se vengaría, él nunca había hecho tratos con nadie, se aseguraría de que pronto la aldea se convirtiera en un infierno, haría que ese oso gigante de Estoico deseara no haberlo conocido jamás.
Ocultando sus perversas intenciones detrás de su sonrisa más inocente y angelical Jack siguió pacíficamente a Hipo.
- Prepárense que Jack Frost está aquí – Susurro.

Lo que sucede después de felices para siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora