Una Familia, ¿de Mentiras?

[•Extra I•]

La inclinación de las letras, más adelante, significa que están hablando en otro idioma.

[…]

Sannie, la última de los trillizos de la famosa pareja Mikasa Ackerman y Annie Leonhardt, reconocida en todo el mundo de la moda.

Eran el orgullo de todo para sus padres, o eso decían siempre en la calle, pero ella nunca se sintió como uno.

Nació el 21 de abril del 2000, junto a sus dos hermanos mayores, Asawa y Miketsu, ya pronto tendrían 24 y eso le fastidiaba mucho.

Ella nació de milagro, y no era exageración, los doctores no se habían dado cuenta de su crecimiento en el vientre, resultó que estuvo detrás de su hermana siempre, sus latidos estuvieron coordinados y ella era súper pequeña.

Fue la que menos nutrientes absorbió y eso la dejo en estado crítico dos meses.

Ella siempre recordaba su crecimiento, empezó a caminar dos años después que sus hermanos, aunque era muy inteligente, siempre fue la más pequeña y debilucha.

Tomo clases privadas hasta la secundaria, por miedo a que le pasara algo, vivió aislada del mundo, y aunque eso pudo haber afectado si interacción con otros, no paso, es un Ackerman, obviamente no le afectaría en nada, su orgullo era mucho más grande que esas pequeñeces.

O eso pensó.

En secundaria decidió ser atleta, claro que sin que se enteraran sus padres, su salud era buena ya y no veía el problema.

Estuvo el grupo de esgrima, debido a sus reflejos y talento atlético, llegó a ser la mejor de sus secundaria y llegó a representar a su institución, venciendo en todas y ganando la medalla de oro.

Todo estaba bien, su carrera como atleta estaba creciendo, sus notas eran buenas y sus padres estaban felices, pero llegó el momento de la presentación de casta.

Su hermano Miketsu fue el primero, claro estaba que sería Omega y por eso ya estaba todo preparado, luego fue Asawa, quien eran alfa, pero nunca llegó su turno.

Sus padres estaban preocupada por ella, de nuevo, así que decidieron llevarla al médico, sus madres eran sangre pura, lo que garantizaba que ella se revelará como omega o alfa, pero no pasó ninguna.

El doctor les digo que eran alfa, sus colmillos estaban presentes, todo estaba en buen estado, les explico que podría ser por su lento crecimiento, pero que llegaría, en días, semana, meses e incluso años, pero nunca pasó.

Eso la hirió mucho, sentía que era una basura, pero nunca lo dijo en voz alta, pero estaba segura que todos sabían eso.

Para despejar su mente y mostrar que no estaba mal, seguia practicando el deporte hasta graduarse de la secundaria, consiguió varía betas en muchas universidades y actualmente representaba a Japón nacional e Internacionalmente.

—Sannie, espérame — se escuchó una voz a lo lejos.

—No quiero, mejor vete a dormir, yo voy a darle una vuelta al lugar — contesto sin voltear y sin detenerse.

—Ay vamos, yo quiero ir contigo.

—Mina, no quiero salir contigo, ya habíamos hablado de eso — dijo deteniéndose y la miro a los ojos — No sigas, te vas a lastimar si sigues empeñada en mi, haste una buena vida, yo no quiero salir contigo — termino de hablar para seguir su rumbo.

—Sannie — fue lo último que escucho.

Las calles de Moscú siempre le pareció bella y relajante, podías estar tranquilo por todo la seguridad que había y sus habitantes eran amigables, aunque habían excepciones.

Estaban en invierno, todo bestia de color blanco, el agua estaba congelada y podían patinar en ella

Russia era una de los mejores países en atletismo, era famosa por sus patinadores de hielo y sus rutinas, de niña nunca perdió un episodio de las competencias, le parecían genia.

Estaba tan distraída que no se fijó en el camino, chocando alguien.

—Lo lamento, no estaba viendo por dónde caminaba — Sannie dijo inclinado su cabeza.

—Jeje, fue culpa mía, estoy retrasada, así que salí corriendo y no me dió chance de pararme cuando te vi.

Sannie levanto el rostro mirando a su víctima.

Era una muchacha de unos veintitantos años, peli blanco, ojos verde grisáceos, era hermosa, no pudo disimular su trance, había quedado hechizada por su belleza.

—Permítame ayudarle — Es lo que logro salir, después del shock, de sus labios.

—Muchas gracias — Dijo aceptando la mano de la rubia que tenía frente a ella la muchacha — Puedo ver qué eres asiática, ¿A qué país perteneces? — Dijo curiosa las peli blanco.

—Mi nombre es Sannie Ackerman, pertenezco a la selección esgrima nacional de Japón, un gusto conocerte.

—Oh, eres de Japón, que bueno, a mi gusta mucho Japón, tanto que aprendí a hablar su idioma, aunque puedo ver qué tú también sabes ruso.

—Como a ti, a mi me gusta Russia, en mi infancia tuve mucho tiempo libre, así que lo invertir en clases de idioma — Respondió Sannie — ¿A donde ibas con tanta prisa?

—Ay, me van a matar, debo irme, fue un gusto conocerte, espero nos encontremos de nuevo más adelante, Sannie — dijo empezando a corres otra vez.

—Espera,  ¿Cuál es tu nombre? — grito.

—Soy Jullia Ivanova.

XiaoLuaYue.