9. Fiesta Infantil

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Si bueno resultó que la fiesta de cumpleaños número tres de Nymphadora fue una semana después de que Sirius recibiera la carta, Andrómeda mando la dirección y yo me encargué de llevar a los chicos en el auto de mi madre, que me prestó si accedía a limpiar la casa en esa semana. Iba manejando mientra Remus me daba las indicaciones con un mapa en las manos, James y Sirius venían atrás con Peter jugando al snap explosivo tratando de calmar los nervios de Sirius, lo estaban logrando porque ahora no se veía nervioso sino enojado, iba perdiendo.

—Aquí vuelta a la derecha—dijo Remus apuntando la esquina de la calle—, después vas derecho hasta topar y después a la izquierda y comenzamos a buscar el número

—Bien —asentí sin despegar mi mirada del frente

En eso sentí la mano de Remus en mi muslo, me tensé un poco cuando el sonido de una explosión de los snap estalló en mi oído pero después me relajé al sentir las caricias del pulgar de Remus. Miré a los chicos con reproche por el retrovisor, ellos solo me miraban como avergonzados, negué y volví a mirar al frente.

—¿Se han dado cuenta que parecemos una familia? —preguntó Peter

—No digas tonterías colagusano —le dijo James

—Solo piensenlo, las dos personas responsables del grupo son pareja y van en los asientos de adelante. Nosotros parecemos sus hijos, Alba nos mandó una mirada de los voy a matar por el retrovisor y todos nos quedamos mirándola con pena. Además vamos a una fiesta infantil. —explicó

—Tiene sentido —concordé divertida— son cómo mis hijos

—Tu jamás serás una madre para mí —dijo James con reproche

—James hazle caso a tu madre, ella siempre tiene la razón —me siguió el juego Remus haciendo reír a Peter y a mí

—Gracias cariño, siempre tan comprensivo, por eso me case contigo

—No están casados —renegó Sirius

—Niños, dejen esos pucheros que después se van a arrugar muy rápido —dije divertida dando vuelta en la calle para comenzar a buscar el número y haciéndolos callar

No fue difícil encontrar el lugar. Bajamos y tocamos el timbre, todos llevábamos un regalo para la niña. Una mujer joven nos abrió la puerta y sonrió al ver a Sirius lo dejó entrar junto a todos. Había un montón de niños corriendo por el jardín trasero, caminamos hasta una mesa mientras Sirius hablaba con Andrómeda poniéndose al día. Miré a mi alrededor hasta notar algunas cabezas pelirrojas, una pareja con tres niños, dos de aproximadamente cinco y tres años y un bebé en brazos junto a los gemelos pelirrojos de Hogwarts los Prewett. Les sonreí en cuanto la mujer me miró respondiendo igual. El niño de cinco años parecía muy entretenido jugando con un pequeño juguete de madera, parecía un caballo, mientras que él de tres años me miraba con los ojos muy abiertos y un poco ruborizado.

Me puse de pie, avise a los chicos que me acercaría a saludar porqué los niños me parecían tiernos y me presenté con la pareja.

—Alba Flores, mucho gusto. Sus hijos son adorables —dije sentándome en una silla libre mientras extendía mi mano al hombre y la mujer

—Arthur y Molly Weasley —me contestó la mujer con un tono amable—, ellos son mis hermanos Gideon y Fabian—saludé a los chicos con una sonrisa y un apretón de manos—. Y estos pequeños son William, Charles y Percival

—Un gusto muchachos —les dije con una sonrisa

—Bonita —dijo Charlie haciéndome reír

—Gracias, tú también eres muy lindo. ¿y a qué estaban jugando? —le pregunté cuando noté un peluche de dragón siendo sostenido por Charlie que jugaba con Bill

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