Tiempo y Realidades • Realidad Deseada Merodeadores

11. Ángeles y Demonios

El siguiente capitulo cuenta con contenido explicito (+18) favor de mantener discreción y leer bajo su responsabilidad

Bueno yo ya llevaba mi vestido rojo, cuernos, cola y guadaña de demonio, había quedado con Remus de verlo fuera de su sala común para poder ir juntos. No les voy a mentir, fue muy incómodo recorrer los pasillos desde mi sala común hasta la sala de los leones, las miradas que me llegaban no eran muy amigables, sobre todo de los chicos de séptimo año o de mi año que me veía como si nunca hubieran visto a una mujer con un disfraz o vestido muggle. Cuando llegué al retrato de la dama gorda Lily, Marlene, Alice y Frank salían de él y me dijeron que para no esperar afuera podía entrar a la sala común ya que era más cálida y esperar a Remus ahí, así que accedí y pues me metí. Con curiosidad y porque soy perfeccionista y poco paciente decidí subir las escaleras al dormitorio de los chicos para ayudar a Remus con su disfraz.

Cuando encontré la puerta con los nombres de los chicos no toqué la puerta por pendeja, así que la escena que me encontré fue un tanto extraña. Sirius convertido en perro gruñendo a James quién trataba de alejarlo con una almohada, Remus sin camisa y en boxers con las manos en las caderas dándome la espalda y Peter tratando de robar algo del cajón de la cama de James. El primero en saber de mi presencia fue Sirius, supuse que por su oído de perro, movió la cola y se acercó a mí lamiendo mis piernas descubiertas haciéndome reír ante la sensación extraña, acaricié detrás de sus orejas y después se convirtió en él revelando a un Sirius sin camisa y en pantalones de cuero negros.

—Lino vestido—me halago tomando mi mano para darme una vuelta— Lindo trasero también

—Sirius deja de coquetear con mi novia —dijo Remus ahora mirándolo con enojo pero estaba sonrojado, supuse que porque lo ví en boxers

—Si me van a recibir así todos los días me gusta—dije apuntando a cada uno que seguía en su posición anterior sólo que ahora me veían cerrar la puerta— Y sobre el halago Sirius gracias, puedes mirar todo lo que quieras pero el único que puede tocar es el chico en boxers en medio de la habitación. Toma Peter —le extendí la bolsa que estaba cargando acercándome a su cama—, mi madre dice que no comas muchos porque pueden causarte un dolor de estómago

Peter me había pedido un surtido de dulces mexicanos y pues le concedió el deseo. Me alejé de Peter y me acerqué un poco más a Remus que había comenzado a colocarse el pantalón blanco que llevaría.

—Ahora me explicaran porque le ladrabas a James—le dije a Sirius —y porque no tienes tu disfraz —le dije a Remus llevando mis manos a mis caderas

—Estaba apunto de ponermelo, pero Sirius y James comenzaron a pelear por una estupidez —dijo Remus tomándome por la cintura

—No es una estupidez —protesto Sirius

—¿Por qué se estaban peleando entonces? —pregunté mientras abrazaba a Remus por los hombros poniéndome un poco de puntitas

—James cortó un mechón de mi cabello —me mostró el mechón en el piso, solo eran una puntas, nada que no se pudiera disimular con un buen peinado—, el sabe lo importante que es mi cabello, es lo único bueno, además de mi belleza griega, que me dejó mi estupida familia

—Era una pequeña broma —se defendió James recibiendo un gruñido de Sirius

—Sirius, solo peina tu cabello, nadie lo notará. Y James no juegues con los sentimientos de las personas y las cosas que les gustan de sí mismos, puedes herirlos muy feo—los regañé y volví a mirar a Remis con una sonrisa—. Hola chico lindo

—Sobre el comentario que dijiste a Sirius...

—Es la verdad, sólo tú puedes tocar —le guiñe el ojo y él apretó su agarre en mi cintura haciéndome jadear