The Only Exception || Misspreen

Capitulo 4 || Life, Death & Immortality

El curso de la historia no es una línea recta.

¿Mito o leyenda? ¿Tal vez una verdad? La existencia de estos seres es incierta para aquellos que no los conocen de frente a frente, pero Missa sabe que son totalmente reales.

—Did you really think it would be a good idea to just take him with us?— "¿En serio creíste que sería una buena idea traerlo con nosotros?" El primer ente frunce el ceño, el estrés de una persecución lo tiene con las pesadas alas estiradas y batiendo el aire con tal fuerza que un ave no tendría. Un rubio cargando de alguien mucho más voluminoso que él mismo y aquel que había dado la idea principal.

—What else were we supposed to do?!— "¡¿Qué otra cosa se supone que haríamos?!" Respondió. A diferencia del rubio de alas negras, el grande individuo mantenía un parecido abismal a los totems de inmortalidad, los mismos contaban incluso con su propia bendición para hacerse funcionar.

—Phil! Foolish! Stop, you're gonna wake him up.— "¡Phil! ¡Foolish! Alto, lo van a despertar." El tercer y final miembro de la triada que huía se hizo presente, una bella mujer de abundante cabello negro siendo acompañada por cuervos y un pequeño bebé en sus manos. Kristin cargaba a Missa.

Más allá del caos del que huían Philza, la vida; Kristin, la muerte y Foolish, la inmortalidad, tenían que proteger a aquel bebé a toda costa. Sus razones estaban completamente ocultas a todo oído mortal e inmortal, únicamente discutiéndolo ellos tres con la discreción necesaria para mantener al infante en la seguridad que les pudiera ser posible. Lo necesitaban vivo y necesitaban que creciera lo suficiente, pero no podían mantenerlo con ellos o atraería mucha atención. Lo peor del asunto era que los persecutores no los buscaban a ellos, querían al niño azabache.

Una vez llegaron a un lugar relativamente seguro se pusieron a discutir la estrategia más viable para ocultarlo. Tenían que dejarlo crecer en algún lado, uno que pasase lo suficiente por desapercibido para que él pudiera crecer seguro y feliz, así que una ardua y apresurada búsqueda comenzó. Era complicado decidir por los lugares que pasaban, algunos demasiado vistosos y comerciales, otros eran un foco de guerra, y otro par eran restos de civilizaciones que el matrimonio ya había recibido en los cálidos brazos del descanso eterno. Era un mar de posibilidades que no les agradaban para el menor. Hasta que un reino cautivó las tres miradas.

Una boda era hasta ahora lo único que había llamado la atención a aquel remoto lugar, de no ser porque la mujer debía guiar almas de todos lados entonces tal vez ni se hubiesen enterado de la existencia de aquella silenciosa civilización, era perfecto. Eran perfectos.

—Alexis Quackity Nevadas, are you up for the task? This child is extremely important and shall be taken care of at all costs.— "¿Estás dispuesto a cumplir con la tarea? Este niño es extremadamente importante y deberás cuidarlo a toda costa."  Philza habló con uno de los recién casados, un joven hibrido de pato que no dudó en aceptar después de tener un breve contexto. El mexicano y su pareja francesa eran líderes nobles de un pequeño pero próspero reino, al menos donde daba la luz porque en las sombras había desorden y duelos por apuestas desde tiempos antiguos, pero ese era probablemente el mayor y único problema.

Pero les era imposible alejarse. Lo dejaron y creció, creció sin mentiras por su propio bien y siempre estuvo consciente de que los reyes no eran sus padres y el reino no era su lugar natal, pero nunca lo mortificó estar consciente de tal información. Además, la nobleza, incluyéndolo a él, veían con cierta frecuencia anual a la tríada que nunca dejó de estar al pendiente de él. Le obsequiaron una máscara con un toque de magia otorgada por un sabio con la mirada de bugambilias, un regalo que ocultaría su identidad a cualquiera que no lo hubiera visto quitarse o ponerse la máscara al menos una vez. Así estaría seguro, tenían que permitir su maduración en óptimas condiciones hasta que estuviera listo para el trabajo al que estaba destinado.