Capitulo cuatro

57 5 5
                                    

Logan Brolin miraba a Mark con enojo y desprecio. No le había gustado nada lo que vió la noche anterior cuando salieron.

Mientras todos se divertían bailando y bebiendo él salió a tomar aire y caminar un poco. Necesitaba despejar la mente y eso lo llevó hasta el pequeño parque del pueblo. Ya había oscurecido un poco pero aún así pudo distinguir quienes eran los dos hombres que se besaban apasionadamente.

Por un momento creyó que su vista lo engañaba. Estaba cansado por el arduo trabajo, pero claramente ese era su jefe Chance y el otro era Mark. Chan estaba con su mano en el interior de los pantalones de Mark y lo besaba como si el mundo se fuera a terminar.

Una punzada de algo que no sabía que era se instaló en su interior. La bilis le subió por la boca del estómago hacia su garganta e hizo arcadas. Corrió hacia un árbol donde descargó su estómago. Se limpió la boca con el dorso de su mano y volvió al bar, pero no entró. Su mente seguía en lo que vió.

- > todos esos malditos degenerados, deberían ser aniquilados< >todos deberían morir y arder en el infierno<

La voz de abuela y su madre sonaba en la cabeza de Logan. Los recuerdos que tenía de los pocos años que vivió con ellas eran así. El odio arraigado en sus vísceras hacia las personas homosexuales que le inculcaron esas dos mujeres lo llevó a casi matar a su propio padre.

- Hey. Aquí estás - dijo Ben saliendo del bar - te estaba buscando para ver si querías jugar al billar. Estamos apostando.

- Claro - Logan siguió a Ben adentro
- ¿Con quién jugamos?

- Contra Jax y Nate.

- Esto será rápido entonces - bromeó.

- Dinero fácil - se burló Ben - como quitarle un dulce a un niño. Casi que siento pena.

La risa salió en automático de la boca de Logan. No sentía ganas de reír o jugar al billar, pero siguió funcionando como se suponía.

- Hey, Logan - llamó Mark sacando a Logan de sus pensamientos y acercándose colocó su mano en el hombre del vaquero. Su hombro era ancho al igual que todo en él. Era grande, de un metro ochenta y ocho y puro músculo, con los abdominales bien marcados.

- No pongas tus putas manos sobre mi -Logan quitó la mano de Mark con un empujón y se alejó dejando a Mark completamente desconcertado.

-¿Y yo qué hice? - le preguntó a Nate.

Nate se encogió de hombros sin saber qué bicho le picó al tipo.

- Anda. Vamos - dijo Nate Brynn a Mark, pero siguió con la mirada a Logan que se dirigía a las habitaciones.

- Si. Nademos un poco.

El rancho tenía un lago en la propiedad y ellos lo aprovechaban cada fin de semana que podían.

Mark montó su yegua y Nate su caballo.

Ben y Jax se habían marchado temprano. Querían aprovechar al máximo el día de calor para estar en el agua. Siempre hacían lo mismo. Aunque cuando ellos llegaban los encontraban durmiendo bajo los árboles.

Una vez Mark los vio demasiado cerca uno del otro. Más bien algo como la pierna de Ben sobre el muslo de Jax y este con el brazo rodeándo a Ben. Nunca dijo nada al ver la incomodidad de ambos y lo mal que trato Ben a Jax por envolverlo con el brazo.
Había sido algo extraño pero no lo pensó mucho.

Cerca del mediodía, Chance llegó en la camioneta trayendo comida para todos.

Mark sonrió ampliamente cuando lo vio bajar con solo unos shorts y una camiseta de mangas cortas.

El semental blanco Donde viven las historias. Descúbrelo ahora