Capitulo nueve

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Mark bostezo y se estiró antes de sentarse en la cama. Miró la habitación y recordó que era la de Chance. Suspiró pesadamente al recordar porqué Chan no se quedó con él anoche. Una de las yeguas estaba por parir y el potrillo venía al revés, por lo que debían ayudarla.

El veterinario llegó justo a tiempo pero la yegua se puso aún peor y Chan decidió pasar la noche cuidando de ella. El potrillo nació bien pero la mamá no sabían si sobreviviría.

Mark decidió levantarse, ducharse y bajar a ver cómo iba todo todo.

  Veinte minutos después, Mark entró en las caballerizas. Vio al pequeño potrillo y a la yegua, había logrado pasar la noche.

— Chan — Mark movió al hombre suavemente por el brazo, noto lo agotado que se veía. Las ojeras bajo sus ojos eran oscuras — despierta. Ya es de mañana.

— ¿Qué hora es? — quiso saber Chan mientras se incorporaba en el banco.

— Las cinco — respondió Mark — los chicos están trabajando ya. Yo también voy a terminar mi parte ahora. Deberías darte una ducha, desayunar.

— Si. Probablemente sea lo mejor — Chan se puso de pie y vio a Mark a los ojos que tanto le gustaban —¿Tú estás bien? ¿la cabeza no te duele?

— Estoy bien. Puedo trabajar.

— Está bien. Pero si algo se siente mal vuelve de inmediato.

— Nos vemos luego — Mark se acercó y dejó un beso sobre los labios de Chan. Fue rápido y corto pero suficiente por ahora
— gracias por preocuparte.

— Espera — dijo Chan sujetando a Mark de la muñeca suavemente — no trabajes junto a Logan.

— Puedo manejarlo — respondió confiado
— Estaré bien.

Chan no estaba muy convencido pero lo dejó.

El mediodía llegó y todos se reunieron para almorzar. Chance estaba allí sentado ocupando su lugar cuando Mark entró.

La mirada de complicidad entre ambos hombres no pasó desapercibida por el resto de los chicos que comenzaron con sus bobos juegos de burlas y chistes. Parecían niños.

A Chan y a Mark no pareció importarles por lo que todo se calmó rápidamente.

Logan comió en completó silencio. Tanto en tanto respondía con monosílabas a Nate.

El día siguió su curso con normalidad.

La noche llegó y Chan tenía planeado una cita con Mark. Solo esperaba que no sucediera nada y poder pasar la mejor noche de su vida.

Mando un mensaje a Mark pidiendo que tomé la camioneta y se dirija al lago donde siempre nadaban.

>¿Qué planes tienes?

Mark sonrió al leer el texto enviado por Chance. Busco la camioneta de uso diario y manejo al encuentro del sexy vaquero.

La camioneta llegó justo frente a Chan y él se bajó.

— Llegastes al fin — dijo Chan sujetando de la mano a Mark y llevándolo hasta debajo de un árbol donde había cuidadosamente colocada una mesa para dos y en ella unas velas para alumbrar un poco el oscuro ambiente. También unos pequeños faroles de kerosene colgados de las ramas de los árboles.

— ¿Qué es todo esto? — los ojos de Mark brillaban intensamente. Se encontraba emocionado por lo que veía.

— Quería hacer algo romántico para tí.
— Chan rodeo a Mark con sus brazos por la cintura y acercando sus cuerpos quedando casi sin espacio entre ellos lo beso. Fue intenso y sumamente placentero

El semental blanco Donde viven las historias. Descúbrelo ahora