Fileia

5

El anciano, que se encontraba en cubierta, ascendió lentamente por las escaleras hacia la popa del navío. Al llegar, sus ojos se abrieron de par en par y se precipitó hacia el borde para obtener una mejor vista. La tormenta de relámpagos violetas se aproximaba rápidamente hacia el anclado Missing Millon.

_ ¡Leven anclas! ¡Una tormenta se aproxima! _ gritó desesperado.

Los marineros, que descansaban en cubierta, despertaron de golpe y se pusieron en movimiento con rapidez. Kidd, quien dormía apoyado en un barril de ron, golpeó su cabeza por la sorpresa y observó cómo algunos de sus compañeros ya estaban corriendo a toda velocidad para izar las anclas y desplegar las velas.

_ ¡NOO! ¡AGUARDEN! _ se escuchó en la cubierta.

Todos siguieron la dirección de la voz y vieron al Capitán Victam correr a toda velocidad hacia la popa del navío. Se colocó justo al lado del anciano y continuó observando la tormenta. Luego, se dirigió hacia el timón dorado y emitió sus órdenes.

_ ¡Caballeros! ¡Dejaremos que la tormenta venga hacia nosotros! ¡Anclen al Millon, aten los barriles y cúbranse bajo cubierta! ¡Rápido, no hay tiempo!

Kidd quedó helado ante la orden de su capitán. ¿Iban a dejar que la tormenta los alcanzara? Era sumamente peligroso, casi suicida.

_¿Qué estás haciendo muchacho? ¡Muévete! _ dijo Barry, el marinero que había lanzado la carcajada en la conversación entre Kidd y el anciano.

El joven observó cómo sus compañeros seguían con determinación las órdenes del Capitán Victam y se vio obligado a unirse a la acción. Comenzó a moverse sin estar seguro de lo que debía hacer y notó que la puerta del camarote del capitán estaba abierta.

Desde la cubierta, Kidd pudo ver el estante del capitán y allí estaba la planta dorada de la historia. ¡Era real! Ahora estaba rodeada por una luminosa luz violeta, pero las plantas eran del mismo color y brillo que el oro. Kidd no pudo evitar esbozar una leve sonrisa de emoción.

_¡Kidd! ¡Vamos, hijo! _ gritó el anciano.

El muchacho lo escuchó y se puso a trabajar.

El Capitán Victam observaba la tormenta con detenimiento mientras las enormes nubes se acercaban cada vez más. El Missing Millon parecía un diminuto barquito de juguete en comparación con la inmensa tormenta, con sus nubes gigantes y los rayos y relámpagos de color violeta. Lentamente, se dirigió hacia el borde del barco y las primeras gotas de lluvia cayeron sobre su rostro. Cerró los ojos y susurró para sí mismo.

_ Vamos...tiene que ser ahora...haz que sea ahora.

Rápidamente, el Capitán Victam se dio media vuelta y corrió a toda velocidad hacia su camarote. Cuando llegó, observó que ahora sus souvenirs no solo brillaban, sino que también vibraban de una manera muy extraña, como si estuvieran a punto de explotar.

_Vamos..._ susurró para sí mismo.

Un enorme rayo cayó sobre el Missing Millon, atravesando la madera y culminando precisamente en el mapa planisferio que se encontraba en el suelo del camarote del Capitán. Los souvenirs explotaron en una violenta reacción, y el Capitán Victam fue arrojado varios metros hacia atrás por el impacto, quedando completamente inconsciente.