La mujer tenía el cabello negro castaño y unos bellos ojos oscuros como perlas negras, una boca de labios finos, enormes pestañas, cejas marcadas y una pequeña nariz. El Capitán Victam quedó helado. La mirada de esa mujer era intensa, inmóvil y sumamente poderosa. Su cuerpo se relajó y su corazón comenzó a latir como nunca antes.

_ No buscan riquezas ni tampoco buscan cazarnos. No tiene sentido. _ seguía discutiendo la mujer de pelo rojizo junto con Kidd.

_ ¡Pero es la verdad, señorita! _ insistía el joven muchacho.

_ ¡No soy una señorita!

_ Bueno no, es cierto. No quería...me refería a q...

_ Entonces deben retirarse _ lo interrumpió ella _...No son bienvenidos aquí, es más que obvio que buscan algo y es...

_ "Amor". _ interrumpió el Capitán Victam.

Absolutamente todos los presentes en la cueva se volvieron para mirarlo mientras él mantenía un intenso contacto visual con esos maravillosos ojos negros que adornaban el rostro femenino.

_ Ahora lo entiendo, era amor. _ dijo en voz baja el Capitán Victam, casi para sí mismo.

La mujer que estaba mirando intensamente al líder de la tripulación comenzó a acercarse lentamente hacia él. La de pelo rojo, que hablaba por todas ellas, notó este movimiento e intentó intervenir.

_ Reina Fileia...no es seguro. No sab...

_ Está diciendo la verdad, Lirriel. _ le contestó la mujer mientras avanzaba por el agua hacia el Capitán Victam sin perder su contacto visual.

_ Pero mi reina, ¿cómo es posible? _ preguntó Lirriel.

_ Porque puedo verlo... _ contestó Fileia.

La Reina Fileia llegó al bote donde se encontraba el líder de la tripulación y extendió su mano, solicitando su ayuda para subir. Él tomó su mano y ayudó a Fileia a subir al bote, revelando su cuerpo por completo. Su pecho estaba descubierto, y cada uno de sus senos tenía dos pequeñas perlas en los pezones. Detrás de cada brazo tenía el tatuaje de una palmera, y debajo de su cintura, una enorme cola de color blanco brillante. Era una sirena, una maravillosa criatura del océano que ahora todos los marineros eran capaces de apreciar. El Capitán Victam, sin temor alguno, se sentó a su lado, y en ningún momento apartó la mirada de ella. Fileia lo observaba de la misma manera y, ya sentada en el bote, pasó su mano por el rostro del Capitán.

_ Puedo ver la verdad en sus ojos. _ dijo Fileia, que en ese momento se tomó menos de un segundo para observar la boca del capitán y volver a su intensa mirada mientras esbozaba una leve sonrisa y se acercaba lentamente a su rostro.

La pasión entre el Capitán Victam y Fileia era evidente, y comenzaron a besarse apasionadamente. Algunas sirenas tapaban sus bocas y reían entre ellas mientras observaban a los marineros. Algunos de los marineros les devolvían la sonrisa y parecían disfrutar del espectáculo, mientras que otros, como Barry, no podían moverse y quedaban completamente atónitos, con los ojos bien abiertos y sonrojados, sin saber cómo reaccionar ante la situación inusual.

El Capitán Victam interrumpió el beso unos segundos y miró a Fileia.

_ Lo siento, soy el Capitán Jullias Victam.

_ Reina Fileia. _ le contestó la sirena con una sonrisa mirándolo con sus ojos oscuros.

_ Fileia, un placer conocerte.

_ Un placer conocerlo, Capitán Victam. _ dijo ella volviendo a acercarse a su rostro para volver a besarlo.


FileiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora