- Levi Ackerman ★

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— 𝐊𝐍𝐎𝐖 𝐘𝐎𝐔 —
«ᴀᴏᴛ ʜɪɢʜ sᴄʜᴏᴏʟ»
(⚠️! none)

ᴛʜɪʀᴅ ᴘᴇʀsᴏɴ's ᴘᴏɪɴᴛ ғ ᴠɪᴇᴡ

El invierno había llegado, consigo traía un clima más frío, así como también los exámenes finales.

Para Miel el semestre no había sido fácil, apenas pudo pasar sus exámenes con sietes y ochos; no consideraba que su rendimiento fuera el mejor pero le hechaba muchas ganas.
Nunca fue una alumna ejemplar o que resaltara por sus calificaciones, pero a pesar de ser pésima para lo académico se le daban bastante bien los deportes.

Miel era capitana del equipo de volleyball, la mejor desde hace generaciones.
Su condición y su estatura la ayudaban a ganar cada partido al que se presentaba, dejando a los contrincantes (e incluso a veces a sus compañeros) en ridículo ante el talento su talento.

La rubia se encontraba caminando tranquila por los pasillos de la escuela junto a su amiga de cabellos negros, Pieck.
La antes mencionada iba aferrada a la camisa de su amiga como de costumbre.
Miel saludaba a los compañeros/as que la saludaban; ella no era súper popular, pero su nombre era uno de los más sonados por toda la escuela, era imposible que no la ubicaras.

Cuando llegaron al salón de clases su profesor y titular la llamó antes de siquiera poder tocar su asiento.

—Necesito que tomes asesorías de por lo menos matemáticas, francés y física para que puedas mantener el promedio —le advirtió el señor de lentes. Miel lo miró con susto y con los ojos muy abiertos.

—¿Tan mal me va? pensé que iba normal —el señor enfrente suyo tomó asiento en su silla y le dirigió un papel que la de cabellos dorados tomó entre manos.

—Esas son todas tus calificaciones de lo que llevas del semestre, no vas mal, pero si sigues así no alcanzarás el mínimo de la beca —Miel bufó mientras miraba la serie de ochos y sietes plasmados en el papel.—saqué cuentas y si sacas por lo menos tres nueves alcanzas a promediar el nueve de la beca

—Okay, —asintió la rubia—¿tiene a alguien en mente para tutearme?

El de lentes asintió—Levi Ackerman —la rubia suspiró y asintió sin protestar—es el mejor de la clase y seguro te ayudará mucho con tus calificaciones—alagó el señor tomando otra hoja para entregársela a Miel—mañana empiezan tus clases extra después de la escuela, exceptuando, claro tus días de entrenamiento, ahí están los horarios y todo lo que ocupas saber.

—Bien, gracias profesor —le agradeció la chica. El señor asintió y preparó sus cosas para salir del salón. Girando en su eje para ir hacia su asiento, Miel miró a su amiga con una sonrisa grande.

—Uh, suena a que alguien va a pasar tiempo a solas con el callado de la clase —dijo Pieck burlona—escuché por ahí que los callados son los menos inocentes... —le pegaste en el hombro molesta. La pelinegra carcajeaba divertida ante la situación.

—Tienes suerte de que estemos solas, porque si no te hubiese hecho callar antes de que volvieras a abrir tu bocota —expresó la rubia rodeando los ojos irritada. Sabía que uno de los hobbies de su mejor amiga era molestarla hasta que terminara enfadada y con ganas de darle un zape.

—Ya pues, que poco aguante —Pieck la miró aburrida—no sabía que te irritaban tanto las clases extra, siempre te miró enfocada en la clase, es más ¡ni siquiera chismeas conmigo por estar prestando atención! ¡eso no es justo!

Miel sonrió por los berrinches de su amiga, le resultaba graciosa la manera en la que arrugaba la nariz por el enojo.

—Pongo atención para sacar buenas notas, para ti es fácil entenderle a todo "por lógica" pero yo lo único que entiendo son los deportes y literatura —la rubia acomodó sus cosas en su mochila.

ATTACK ON TITAN, One-ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora