- Pieck Finger ★

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— 𝐁𝐀𝐃 𝐈𝐃𝐄𝐀!
«ᴀᴏᴛ ʜɪɢʜ sᴄʜᴏᴏʟ»
(⚠️ subidito de tono!)

ᴛʜɪʀᴅ ᴘᴇʀsᴏɴ's ᴘᴏɪɴᴛ ғ ᴠɪᴇᴡ

Hoy era la cuarta vez que tu mejor amiga te hablaba de el chico con el que hablaba en los extra escolares.
Apretaste tu lápiz tan fuerte que escuchaste la madera partiéndose, pero por suerte el pobre lápiz aguanto tu molestia. No podías mentirte. Estabas celosa.

Tú siempre habías sido una chica decidida y que sabía lo que quería con bastante claridad y eso no sólo se limitaba a cosas académicas.
Desde un principio habías tenido en claro que los hombres/chicos no eran para ti; tú único interés amoroso y sexual eran las mujeres.
Desde una edad muy temprana comenzaste a sentir cosas diferentes hacia las mujeres.

Dando un pequeño ejemplo; te sentías rara al ver los carteles de modelos con lencería que estaban en exhibición en las tiendas, mientras que con los carteles de hombres en ropa interior no sentías esa corriente eléctrica que sentías al ver las fotos de las modelos.

Fue cuestión de tiempo que te dieras cuenta y aceptaras que lo tuyo eran las chicas.

Ahora te enfrentabas a la amenaza de un chico interponiéndose en las "grandes" posibilidades (que eran del 0.00000000005%) que tenías de que tú mejor amiga por fin se diera cuenta de tu existencia de otra manera que no fuese amistosa.

Desde que tienes memoria fuiste amiga de esta chica, Pieck Finger. Ambas crecieron juntas y se vieron crecer mutuamente, le tenías mucho aprecio a esa pelinegra, más del que te gustaría admitir.

Las primeras señales que te dejaron en claro que lo que sentías no era normal era que de pronto cuando la veías muy cerquita de alguna chica o chico no podías controlar tu impulso de tomarla de la muñeca y arrastrarla contigo lejos de esa persona.

Eras bastante...posesiva, vaya.

Tenías el aire de esperanza de que le gustaras también, pues hace unos años te confesó que su gusto por las chicas era igual al de los chicos, convirtiéndola en bisexual; no pudiste parar de hacerte ideas de que tal vez y solo tal vez ella pudiera compartir los mismos sentimientos que tú tenías hacia ella.

Suspiraste y giraste la cabeza de tu cuaderno dándole tu atención a tu mejor amiga que estaba sentada en el sofá de tu habitación cuando esta se calló. Miraste su semblante serio, te lanzaba una mirada tranquila pero curiosa a la vez.

—¿Por qué te callaste? —preguntaste tratando de sonar lo menos falsa posible.
Realmente lo único que querías era que parara de hablar de ese tal chico o explotarías ahí mismo.

—Es que te noto incómoda —te contestó Pieck aún con su mirada clavada en ti. Tú por el contrario volviste a tu cuaderno para seguir garabateándolo sin decir nada.

No sentías la necesidad de explicarle nada, sabías que Pieck pensaba que esos temas te incomodaban, por lo que seguiste con tu vida.

—¿O es que a caso estás celosa, Jasmine? —preguntó la pelinegra de un de repente dejándote paralizada.

—¿Q...qué?

Pieck sonrió con satisfacción al mirarte tan nerviosa por una simple pregunta.

—¿Te pone celosa que hablé de otros chicos o chicas? —te pregunto nuevamente con una voz seductora.

Sentiste como tu cara se calentó y tus manos dejaron el lápiz para girar tu silla de tu escritorio hacia el sofá donde se encontraba Pieck.

—¿De qué demonios hablas Pieck? —preguntaste con el entrecejo fruncido.

—Ay Jasmine, no te hagas la que no sabe nada. ¿Crees que no me he dado cuenta de como me miras o de cómo garabateas tu nombre junto al mío en tus libros?

La pelinegra se acercaba peligrosamente hacia ti, cuando llegó a estar frente a ti se sentó en tus piernas colocando sus brazos en tus hombros mirándote deseosa.

—Vamos Jas, se que quieres comerme la boca en este instante —susurró en tu oído—vamos, hazlo

No tuvo que decir una palabra más porque tú ya te estabas encargando de comerle la boca.

Era un beso desesperado en donde reflejaba no solo tú deseo por más, si no también el de Pick.

Conforme la intensidad subía metiste tus manos en la camiseta de la pelinegra sintiendo el tacto de su piel caliente contra tus manos frías. Comenzaste por acariciar su cintura con tus dedos a pasar a jugar con sus pechos mientras besabas su cuello y esta se retorcía de placer.

Pieck suspiraba y decía tu nombre vagamente dejando en claro lo mucho que le gustaba como la tratabas.

Terminaste dándole un último beso para separarte de ella mirando lo hinchados que sus labios lucían y las marcas rojas inflamadas de su cuello. Tus manos estaban aún dándole caricias a su cintura por debajo de su camiseta.

—¿Te puedo contar un secreto Jasmine? —murmuró.

—Dime —la miraste con una sonrisa.

—Me gustas y mucho —dijo de igual manera mirándote con una sonrisa boba—lo de Porco lo hacía para molestarte, siempre me gustaste, pero fue gracioso verte celosa

Tu sonrisa abarcó más espacio de tu cara al escuchar esas palabras salir de la boca de la pelinegra.

La tomaste por las piernas cargándola y te levantaste de tu silla.

—¿Te quedas a dormir?

—Claro —contestó Pieck abrazada a ti.

—Perfecto —dijiste antes de recostarla en la cama para seguir con lo que habían interrumpido hace unos momentos.


uno medio corto porque ando corta de inspiración (otra vez)

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uno medio corto porque ando corta de inspiración (otra vez).

me disculpo nuevamente por la ausencia, pero quería agradecer por las 1k vistas, de verdad gracias por leer mis pendejadas esquizofrénicas 😭

tratare de pensar en que más escribir para poder darles que leer y no se me aburran.

sin más que decir me despido.

hasta la proximaaaaaaaa, chao.

with love, lynn <3

ATTACK ON TITAN, One-ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora