Capítulo 8

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Una vez regresan a casa Yeonjun se desprende del abrigo mostrando su ropa tan exactamente seleccionada, una camisa color ceniza con espacios que dejan ver su clavícula y marca su delgada cintura acompañado por un pantalón color negro bastante pegado a sus piernas marcando sus caderas y trasero exageradamente, va hacia la habitación de nuevo mientras Soobin va a la suya respectiva, pero Yeonjun nunca planea quedarse así, razón por la cual llega hasta el pelinegro y lo envuelve entre sus brazos mientras este escribe en su computadora sentado frente a un escritorio similar al de la habitación del castaño.

— Binnie — reparte caricias por su cabello mientras este se dedica mucho a teclear sin voltear hacia él — Soobinnie ¿no me vas a prestar tu atención?

— Lo siento Jun, tengo que hacer este informe que mi padre pidió — dice en tono lastimero, Yeonjun le da un beso en la nuca que genera un escalofrío en él.

— Eso lo haces luego estoy aburrido — Soobin dedica un poco de atención al castaño, se queda casi infartado al ver lo que lleva que lo hace lucir como un ser propio del cielo o del infierno, Yeonjun lo besa sutilmente — hagamos algo por favor.

— podemos ir al cine si quieres, abajo está vacío porque nadie usa la sala de cine nunca — Yeonjun sonríe.

— No quieres algo más? — Soobin piensa un momento.

— Quieres ir a un parque de diversiones? — y Yeonjun suspira, se coloca de nuevo en su sitio, piensa un momento hasta que da en la conclusión de que puede hacerlo.

— Bien, vamos prepárate.

Minutos después Yeonjun regresa a la habitación encontrándose con un Soobin vestido con ropa informal, el cabello medio peinado y una cámara a la cual le sonríe sin parar, el castaño se acerca a ver y nota que son fotos con Kang, no entiende por qué Taehyun no va con él en vacaciones pero supone que es porque pasan todo el tiempo juntos en el instituto, pedirle que sigan juntos sería para él como tener que soportar a Changbin todo el verano, o a Beomgyu, eso definitivamente sería una pesadilla, una muy horrible.

Llegan a un parque lleno en totalidad, música por aquí y por allá, miles de niños jugando, adultos gritando y otros en lo suyo, Yeonjun extrañaba ir a uno, la última vez que estuvo en un o fue terrible, ahora no lo será, de eso se asegura él.

Soobin es llevado por un chico enérgico y lleno de emociones, Yeonjun va de aquí para allá de sitio en sitio, ahora están en uno de los juegos donde debe disparar al blanco tan solo en tres tiros pero Soobin nota al chico del lugar perdido en la parte baja del castaño indiscretamente.

— Binnie puedes tirar tú — dice Yeonjun dejando el arma luego de dos disparos fallidos, el pelinegro le dedica una sonrisa dejando de lado la mirada fría que llevaba hacia el chico que sigue igual.

— Claro, dame el arma — este se la entrega con una sonrisa.

Se concentra en el tiro cuando nota al chico hablarle a Yeonjun, no quiere distraerse pero es imposible cuando Yeonjun parece hablar con él, suelta el gatillo que da en el blanco, justo donde quería.

— ¡Soobin!

+++

Ambos toman asiento en una de las bancas del sitio, ya es demasiado tarde y deberán volver en algún momento pero por ahora solo desean la compañía contraria, Soobin se acomoda sobre las piernas del castaño que se queda sentado con la cabeza de Soobin en su regazo. Se dedica a jugar un rato con sus cabellos mientras este cierra sus ojos, al sentir que dejó su cabello frunce el entrecejo pero recibe un beso corto.

— Binnie, eres muy lindo.

— Me lo dices siempre que nos vemos pronto me cansaré. —se queja Soobin.

— Y qué quieres que diga? ¿que me vuelves loco? — abre los ojos y brazos con dramatismo

— Y tú a mí — sonríe a lo que Yeonjun baja sus brazos.

— Tonto

— Lindo— un ligero puchero en los labios de un lindo castaño.

— Te odio.

— Bésame — y lo hace pero esta vez con más pasión,

Una niña que pasaba por allí grita emocionada haciendo a ambos reír, al parecer ella disfruta verlos juntos y se acerca para ver más de cerca con una enorme sonrisa que deja ver un hueco de su diente recién mudado.

— Yeji cariño ven aquí no veas eso — dice su madre, Yeonjun contempla a la mujer que toma a su hija molesta, la pequeña sonríe y grita — mi amor eso no es normal vámonos no veas eso cariño.

Yeonjun le dio una mirada despectiva a la mujer que se llevó a su hija quien se despidió de ambos con una sonrisa moviendo la manito efusivamente, Soobin se levantó despedirse al igual que Yeonjun con una sonrisa.

La noche cubre todo, caminan por el estacionamiento con las manos entrelazadas, Yeonjun puede sentir el calor de una compañía que nunca antes pudo tener, aún duele pero ahora ha sentido lo que es la verdadera compañía, lo que es no sentirse tan solo, sentir que nadie juzgará, simplemente estar en un buen silencio mientras todo pasa.

Las luces del camino llenan todo su campo de visión, el sonido del viento corriendo y chocando contra el auto es lo que llena todo, Soobin da un leve vistazo, Yeonjun se quedó dormido con su abrigo como manta.

Una vez llegan a casa lo toma con cuidado y lo lleva cargado en forma nupcial hasta la habitación asignada, deposita con cuidado su cuerpo sobre la cama, Yeonjun simplemente se deja llevar sedado en un sueño intenso.

— Ma-mmá — dice con una pequeña lágrima corriendo por su mejilla, Soobin se dedica a limpiar con cuidado su rostro — ma...

— Tranquilo, estás bien solo duerme un poco mañana será mejor verás — dice quitando los mechones de cabello de su frente.

Se acomoda a su lado y sin saber como Yeonjun lo envuelve en un abrazo haciendo que en unos minutos se quede dormido a su lado escuchando pequeños quejidos y llamados a su madre hasta que logra detener el llanto ante su calor, abraza su cuerpo con cuidado haciendo que deje de derramar lágrimas y se acomode entre su cuello.

Querido Sr.Choi SoojunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora