XXIV

72 6 1
                                    

Hanma

21:30 hrs- Departamento de Chifuyu y Kazutora:

—¿Kazutora?...— Pregunta cuando el silencio absoluto comienza a aterrarlo.

Ya no hay mas quejas, ni insultos, ni intentos de lucha. Ya no hay nada en lo absoluto

—Oye, Kazu... No juegues ¿si?... Te dejaré ir, lo prometo. Solo quería que te quedaras quieto. Yo no... no quería lastimarte con la aguja...

No hay respuesta de ningún tipo, ni siquiera un quejido, algo que le indique que está bien.

Las lágrimas bajan por sus mejillas con desesperación, sin que pueda contenerlas

—Kazu...— murmura observándolo, viendo ahora con toda claridad como un charco inmenso rojo y viscoso lo rodea y no hace mas que crecer

Hanma retrocede. El chico al que tanto llama no es mas que sangre y huesos rotos por obra suya. El estómago se le hace un nudo y el corazón se le congela dentro dominado por el miedo.

—No, oye, oye... deja de jugar— su tono es desesperado y en un intento psicótico de "arreglar" lo que hizo, quita la sangre de su rostro, como si al limpiarlo todo fuera a estar bien, pero nada cambia

Hanma acerca sus labios a la frente de Kazutora dejando un beso sutil

—No tenías que recordar... Yo no quería que tu recordaras, por eso estaba aquí. No quería hacerte esto, no quería...

Un ruido lo interrumpe y se levanta rápido, sin llamar demasiado la atención.

Toma la jeringa que aún contiene el líquido, guardándola cuidadosamente en su chaqueta y contempla ese rostro delicado que sabe no volverá a ver otra vez.
Hanma huye en la oscuridad antes de que esos pasos que ha oído lo encuentren.
Al salir pierde algo significativo, una parte de él, una parte de su corazón.

***

3 HORAS ANTES DE EL ATENTADO AL EDIFICIO

Mikey:

—Es muy difícil encontrarte, Tienes que decirme cómo haces para desaparecer así. Bueno, supongo que lo harás, tenemos mucho tiempo y tienes mucho que contarme.

Mikey sonríe, aun sin voltear

—Tenemos un trato. Te diré lo que quieras cuando vea que tu parte del trato se ha cumplido

—Ah, descuida. Puedes confiar en mi... ¿Nos vamos?

Mikey camina hacia su dirección, respondiendo así su pregunta. No pone quejas, no tiene un plan de escape, no hay una trampa de por medio.

Nunca el invencible Mikey se había visto tan dócil, tan vulnerable, tan débil.

—Entregame todas tus armas por favor y ponte esto— dice con autoridad, pasándole unas esposas

Mikey sonríe sin ánimo por segunda vez en la tarde

—No llevo ningún tipo de arma, no las necesito— deja ver algo de orgullo en su respuesta, poniéndose un lado de las esposas en su delgada y aparentemente frágil muñeca

El otro chico hace lo mismo en su mano y ambos quedan unidos

—Por fin se acabó— piensa en voz alta

—Si— responde Mikey. —Ya terminé...

***

12 HORAS ANTES DE EL ATENTADO AL EDIFICIO

Healing an angel (Kazufuyu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora