Este es mi destino DxD

capitulo 28 la huida

Opening

La batalla se libraba en medio del caos. Demonios acosaban a Juvia, que corría aterrorizada mientras intentaba evadir los ataques que venían de todas partes. Issei, Black y Kabuto se adelantaron para enfrentar a los demonios, cada uno desplegando sus habilidades únicas.

Issei desenvainó su espada, que ahora estaba imbuida de fuego gracias a su habilidad. Con movimientos precisos y rápidos, cortaba a través de las filas de demonios, creando una danza mortal de llamas que los consumía. Los demonios retrocedían ante el poder ardiente de su espada, y algunos de ellos quedaban reducidos a cenizas.

Black, por su parte, empuñaba su espada maldita con determinación. A pesar de sus reservas iniciales, no tenía más opción que luchar. Cada golpe que daba asestaba un corte profundo en los demonios, y su espada parecía tener una sed de sangre insaciable. No obstante, Black tenía un control increíble sobre la espada, evitando que se descontrolara completamente.

Kabuto, con sus pistolas en ambas manos, disparaba a una velocidad asombrosa. Las balas de plata y demoníacas atravesaban el aire, alcanzando a los demonios antes de que pudieran acercarse demasiado. Su precisión era sorprendente, y los demonios caían uno tras otro bajo su fuego constante.

Mientras tanto, Juvia continuaba corriendo, tratando de mantenerse a salvo mientras observaba la feroz batalla detrás de ella. Pero no pudo evitar notar que la situación estaba empeorando, ya que más demonios se unían a la lucha.

De repente, un repentino viento pasó junto a Juvia, y un poderoso golpe impactó contra uno de los demonios que se acercaba sigilosamente por detrás. Era Hide, quien había llegado corriendo a gran velocidad, demostrando una habilidad impresionante en combate.

Hide: "¿Necesitan ayuda?"

Black, todavía un poco molesto por la actitud de Hide, respondió con sarcasmo: "Oh, claro, un refuerzo sorpresa. Justo lo que necesitábamos."

Hide frunció el ceño ante el comentario de Black y respondió con una mirada seria: "No es momento para bromas. Estamos en medio de una batalla. Cuantas más manos tengamos, mejor."

Issei, siempre tratando de mantener la paz, intervino rápidamente: "Tienen razón. No importa quiénes somos o de dónde venimos en este momento. Todos estamos luchando por sobrevivir. Sigamos adelante."

Kabuto sugirió un plan sensato: "Creo que deberíamos considerar la posibilidad de huir. Hay demasiados demonios y estamos en clara desventaja aquí."

Los demás asintieron, reconociendo que la retirada era la mejor opción en ese momento. A regañadientes, dejaron a los demonios atrás mientras corrían en busca de un lugar seguro. Los demonios, ahora sin un objetivo claro, se quedaron atrás, aunque la amenaza persistía.

Mientras escapaban, el grupo se dio cuenta de que su encuentro con Hide podría haberles salvado la vida. Pero también comprendieron que no tenían todas las respuestas y que las cosas se estaban volviendo cada vez más extrañas. Su viaje estaba lleno de misterios y desafíos, y solo el tiempo diría qué les deparaba el futuro.