~Prefacio~

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Había pasado ya un tiempo luego de la desastrosa desaparición de aquella dimensión donde Miguel había irrumpido tiempo atrás.

Gabriela, su pequeña hija, era un recordatorio constante de aquel horrororífico día, puesto que fue a la única que pudo salvar luego de colocarle un Gizmo y sacarla de ahí a tiempo.

Desde ese día, O'hara no dejaba de atormentarse pensando en que por culpa suya su hija había perdido todo, y ahora la niña vivía bajo la colorida sombra de una mentira, atando su existencia a un Gizmo, el cual por órdenes de Miguel ella nunca se debía quitar. Gabriela siempre se cuestionaba el por qué de ésto, obteniendo como respuesta una mentira más, una que implicaba a su madre, madre la cual (para suerte del arácnido), nunca conoció, pero no perdía la esperanza de conocer algún día, puesto que ésta esperanza era alimentada cada día por más y más mentiras por parte de su padre.

Miguel salió de sus pensamientos al ver que un portal se habría justo detrás de él. Embonó una sonrisa al ver como su pequeña hija cruzaba a través de el mismo.

—¡Papá! —exclamó Gabriella felíz corriendo a los brazos de su padre.

—Hola princesa —respondió Miguel desactivado aquellas pantallas holográficas que lo rodeaban, y en veloz movimiento levantó a su hija en brazos.

—Te hice algo especial —respondió ella extendiendo una hoja de papel doblada por la mitad.

—Ah, que lindo —contesta desdoblando la hoja con curiosidad revelando el dibujo—. Wow, está muy bonito... ¿Qué es?

—¿En serio papá? —haciendo un puchero—¡Somos nosotros!

Miguel no pudo evitar reír ante el gesto de su hija.

—Bueno, bueno, ya sabía.

— Aquí estás tú —señalando—. Aquí estoy yo, ésta de aquí es Layla-

Iralaaadijo la mencionada asistente virtual apareciendo e interrumpiendo a la niña— ¿Yo?

Ambas sonrieron.

—Sí, también está Spider-lego, Peter B, Mayday, Jess y...

De pronto, una extraña atmósfera invadió el lugar.

—Y... ¿Quién más mija? —Respondió Miguel con cierta angustia, puesto que de un momento a otro la felicidad de su hija se había evaporado al señalar a una mujer desconocida para él en el dibujo.

—Y mamá...—gimió en voz baja.

El corazón del Spider-man se achicó al escuchar a Gabriella.

—Todas las mamás quieren a sus hijos ¿Verdad, papá?

Reflexionó un momento y luego le respondió:

—Claro que si, mi amor.

—La mía también me quiere ¿Verdad?

—¡Por supuesto que sí!

—¿Aunque se le olvide mi cumpleaños?

—No, no, mi cielo; Te aseguro que no.- limpió una lágrima de la mejilla de su hija—. Es más, te apuesto lo que sea a qué mañana te llegará otro regalo bien bonito por correo de parte de ella, como en éstos últimos cumpleaños.

—¿Creés que mamá vendrá pronto a verme? - dijo la niña acomodándose en el pecho de su padre—. Ya pasó mucho tiempo en la misión que la mandaste.

Miguel tragó saliva mostrándose exageradamente nervioso. Hacía tiempo que le preguntaba constantemente lo mismo.

—¿No te gusta estar conmigo?

—Sí, si me gusta... Pero, esque nunca la eh visto y ya quiero saber cómo es ella...

—Ya lo harás mi niña, ya lo harás -soltó una risa nerviosa y bajó a la pequeña con delicadeza—. Es hora de irnos, ya es tarde y aún debemos cenar —dirigió su vista a el Gizmo que traía en mano, abrió un portal directo a casa.

—¡Voy a lavarme las manos! —exclamó la niña cruzando el portal, apareciendo ya en el comedor—.

—Anda, anda ve.

Apenas la pequeña se retiró, sonó una alarma en el reloj de Miguel. Era Layla.

—Miguel, los marcadores indican que ha aparecido una anomalía.

Ahg...- rechistó el mayor con disgusto- ¿Ubicación?

Tierra 928, a salidas de Cambridge Massachusetts.

—Un momento ¿Aquí? ¿En ésta dimensión?

— Afirmativo.

—¿Nombre?

—______ Barrison.

—¿Qué dice el registro?

—Al parecer no tenemos información de ella, todo indica que es un simple civil desafortunado que terminó aquí por uno de los agujeros cuánticos al azar —respondió mostrando una foto de la susodicha tomada justo en el momento que llegó—. No parece una amenaza, puedes con ésta Miguel.

El mencionado echó un último vistazo a su hija quien ya hacía sentada en la sala viendo televisión, esperando ansiosa el llamado de su padre para cenar.

—Layla- llamó suspirando con pesar—. Pide comida a domicilio, lo mismo que la última vez —activó la máscara holográfica de su traje y seguido abrió un portal—. Activa todas las medidas de seguridad de la casa y de el Gizmo de Gabriella al igual que la ubicación, asegúrate de que no salga y de que dejen la comida justo al frente de la entrada principal.

—Entendido.

—Bien, hagamos ésto de una buena vez.- Murmuró para si mismo admirando la imagen de aquella joven de cabellos alborotados, y sin más, atravesó aquel portal para ir en busca de quién era no más que una simple anomalía, almenos, por ahora...


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✨To a Billion stars [Miguel O'hara]✨ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora