Eva
La universidad es un asco.
Francamente no sé en qué estaba pensando a los diecisiete cuando mi único sueño era graduarme de la escuela para tener mi experiencia universitaria.
Actualmente la universidad solo es el motivo de todas mis desgracias, mis problemas de autoestima y autoconfianza.
¿Quién iba a pensarlo?
En la adolescencia te venden la idea de que la universidad solo es salir de fiesta, y convivir entre fraternidades. Cuando la realidad es que apenas he logrado hacer dos amigos en mis dos años universitarios.
-¿Crees que logremos aprobar? -susurró Esteban, mi mejor amigo.
Hice a un lado uno de mis mechones pelirrojos para poder observarlo, su cara era la de un chico muy preocupado. Traté de darle mi mejor intento de una sonrisa para calmar sus nervios, pero era imposible.
-Tú tienes más probabilidades que yo -le hice saber, dándole un empujón amistoso.
Si algo es verdad es que mi carrera no se me daba bien.
A veces pensaba que el mayor error de mi vida había sido meterme a Derecho.
-Los exámenes están ordenados de la nota más alta a la nota más baja -anunció el profesor, erizandome la piel de los nervios, al igual que Esteban- Cuando llame su nombre, por favor acerquése conmigo.
-¿A quién se le ocurre ordenarlos así? -susurré para mí misma.
Yo era de la opinión de que ordenar los exámenes de la nota más alta a la más baja, simplemente era para satisfacer un placer oscuro de los profesores.
El profesor Muñoz, era quien se encargaba de hacer que los viernes fueran el peor día de mi semana. Lo cual, se me hacía algo totalmente estúpido. Sabía que destrás de su escritorio, lo hacía feliz verme sufrir.
Estaba segura que iba a reprobar Derecho Penal. Los puntos que había acumulado por ejercicios y tareas, no se comparaban en nada a todos los exámenes que había reprobado.
Esteban bufó a mi lado.
-Viejo mierda, ya sé a quien va a llamar de primero.
Reí por lo bajo ante la acusación de mi amigo. Era verdad. Todo el salón sabía a quién iba a llamar primero.
-Imposible adivinar... -contesté con ironía.
-El favorito de la clase -respondió Esteban, en un susurro.
Douglas Saavedra.
Era por mucho, el favorito de todos los profesores. Se había ganado la confianza y admiración de prácticamente todos, en el primer año de universidad. Hasta había ido a recoger un par de veces reconocimientos con el decano por su excelencia académica.
Amado por muchos y odiado por algunos pocos como yo.
El profesor no tardó más de cinco segundos en mencionar el nombre del favorito de la promoción y él se levantó de su asiento.
Acomodó sus gafas antes de iniciar su camino hacia el escritorio del profesor, atrayendo varias de las miradas de mis compañeros. Era un chico alto, de complexión delgada pero bien formada, usualmente utilizaba camisetas sueltas y jeans oscuros. Su cabello era corto y oscuro y tenía la fortuna de presumir unos ojos verde olivo.
Salvo por su inteligencia, no era alguien que llamara mi atención.
Douglas tomó su examen y el profesor no perdió la oportunidad de felicitarlo con una sonrisa. Esteban bufó a mi lado, completamente fastidiado. Él tenía la teoría de que había comprado a toda la fraternidad para siempre obtener las mejores calificaciones.

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Encuentro Accidental
RomanceUna chica que acaba de obtener su licencia de conducir y un chico que necesita un aventón.