Capítulo 2

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Cuatro días pasaron más rápido de lo que creí, todos se me fueron ensayando, leyendo informes e insultando al montón de sargentos que no pueden mover la puta cadera.

Abordo mi auto y lo arranco saliendo de la central, tengo que buscar los vestuarios, y de allí tengo que ir al
bar/prostíbulo. Min yu va a mi lado, discutiendo por el teléfono con su esposo, y yo me limito a presionar el acelerador para unirme al centro rápidamente.

—Es un idiota.— chilla la coreana.— Debería cortarle las pelotas.

—Uou. ¿A qué se debe tanta agresividad?.— pregunto divertida.

Min yu es mi mejor amiga, nos conocimos cuando éramos apenas unos cadetes.

—La niña no ha parado de llorar y él no sabía qué hacer así que llamo a nuestra vecina, la cual se le insinúa a cada rato, para que tranquilice a MI hija.— hace énfasis en mi, esta roja de la ira y temo que le dé algo.— Juro que si le da un hipo a mi niña, lo mato tanto a la vecina como a él.

Cambio de tema para evitar que se le reviente la vena que se le marca en el cuello cada vez que se molesta.

Llegamos a la boutique, retiramos la ropa y nos devolvemos, faltan diez minutos para las cinco y debemos estar allí a esa hora. Aprieto el acelerador y manejo hasta el otro lado de la ciudad; al entrar nos pasan a un sitio detrás de la tarima que es dónde está el camerino. Min, Hyun su, Li, May, Klein, y Kim, ya están allí maquillándose.

—Coronel— todas se paran firme ante mi llegada.

Kim iras con Jeon Su, Min con Jeon San. Las demás buscarán información por el bar sin alzar sospechas, tendrán un mini-micrófono entre la ropa.— Min yu extiende los brazos donde carga los vestuarios. Todas asienten y agarran sus trajes. «Lo otro, de nada de nombres, pueden inventarse uno falso pero entre nosotras no nos llamamos, al menos que alguna quiera que la estén persiguiendo como ratas en busca de comida.

—Si, señor— responden al unísono.

—Y, hagan lo que hagan y vean lo que vean no se salgan del papel o estaremos en muy jodidos problemas. Y si lo llegan hacer tengan por seguro que les pateo el culo fuera de mi ejército.

—Si, señor.— responden nuevamente al unísono.

Me acerco hasta el tocador y comienzo a maquillarme, no hago gran cosa, resalto mis ojos grandes delineándolos y mis labios gruesos con un labial rojo vino. Mi cabello lo dejo suelto llegando a la parte baja de mi espalda, decoro el nacimiento del cabello con pedrería. Mi traje no cubre mucho, el mío va de un sostén hecho de tiras de pedrería y la falda es igual ambos de color rojo, llevo una mascara del mismo material que el vestido, cubriéndome la mitad de la cara, dejando solo mis ojos libres.

Todas ya están listas, al yo ser la principal soy la que más resalta. Todas van de negro a mi excepción que voy como una puta.

Al llegar el momento salimos de los camerinos.

—Les tenemos una sorpresa a nuestros invitados especiales, siempre es un honor tenerlos aquí.— Nos paramos en fila detrás de la tela roja que nos separa del escenario, por mi parte voy de última. ¿Invitados especiales? Los Jeon.— Un show... ¿les gutan los shows?— todos gritan afuera.— Muy bien, les traemos unas preciosuras de mujeres, tres de ellas serán un regalo. Y las otras son de nosotros.— las telas comienzan abrirse y Seung min nos anuncia.

—Ellas son las musas.

Mis chicas se abren paso armando una fila a cada lado de la tarima,mi traje resalta cuando la luz me da de frente. El griterío es ensordecedor. Busco con la mirada una mesa que este aparte, o que sea especial, que tenga algo diferente y la consigo, es la única mesa con mantel rojo. Hay tres hombres, entre ellos Jeon Sun y Jeon san, al tercero no logro distinguirle el rostro.

•La Dama roja•🔞  [#1] biología y poder.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora