Diana Zigerman.
Llega el lunes y me despido de mi cama apenas suena la alarma, llevo una falda de tubo negra con un largo abierto de lado y una camisa de vestir blanca y alzo mi altura con unos tacones punta de aguja. Salgo del pent- house y llego a mi auto, me monto y arranco.
Hay un nuevo caso, están traficando niños en Busan y joder, no quiero ni pensar en eso, soy una piedra cuando de sentimientos se trata pero no me gustan los traficantes de niños.
Llego a la central, aparco luego de pasar por la respectiva seguridad, tomo el ascensor y llego a mi dormitorio me cambio a la velocidad del rayo y me voy directo a la sala de reuniones. Me siento a la cabecera y a mi lado esta Seung-Min, ¡Gracias!, ¡gracias, el mayor no está! Es un dolor de ovarios.
—Empiecen.— me cruzo de brazos e intento evitar la mirada de mi novio.
¿Qué le voy a decir?
Hey, me cogí al tipo que investigamos en mi cama el sábado mientras tú pensabas que me sentía mal.No obvio no le diré eso. Lo mejor es evitar distracciones y dolores de cabeza.
—Por Lo que vemos, el mayor de los Jeon da pase libre para traficar
niños.— me quedo helada, ¿El mayor? ¿Será el capaz de vender niños?— Ya saben que nada se hace sin que él lo ordene y por nuestros rastreos tuvieron una reunión hace una semana, justo después de la escena de las chicas en el club. Cinco niños de cada orfanato de Seul desaparecieron, las autoridades se niegan a buscarlos ya que nadie sabe cómo salieron porque nadie habla.—¿Cuántos en total son?.— pregunto
—Si Lo redondeamos serian como cuarenta.
Enarco una ceja y el buen humor que tuve los días pasados se fueron por la borda. No es fácil tener que rescatar a cincuenta niños. Que si la confianza, que si los gritos, que si tienes que cargarlos, son muchas estupideces cuando de niños se trata.
—Tienen una reunión mañana a la una de la tarde y pidieron los servicios de las musas.— Completa Seung y es imposible no mirarlo en estos momentos.
La ira recorre mis venas y las ganas de vomitar también. Nada de lo que hace la mafia se realiza sin una orden, la orden es dada por el superior. Y el superior es Jungkook. Me acosté con un traficante de infantes.
Mi estómago se revuelve, mi mente empieza a recordar cómo me besaba esa noche. Vuelven a hablar interrumpiendo mis pensamientos.
—Coronel liderará la misión.
giro la mirada hacia Seung.
Se para y sale, aunque sé que me va a estar esperando en mi oficina. Todos se levantan pidiéndome permiso y salen. Me quedo sentada en mi puesto y comienzo a revisar los documentos, releo un documento que he visto cinco veces antes.
Del orfanato más prestigioso de Corea, se han declarado diez niños desapercibidos el pasado viernes.
Mi teléfono se prende pero no le hago caso, y luego vuelve a prenderse otra vez.
Número desconocido: Ancio verte mañana.
¿Mañana? "Mañana en la tarde hay una reunión" Agarro el móvil y lo llamo ¿Por qué? No sé, a mi me encanta hacer idioteces últimamente. Camino por la sala hacia el cuarto y contestan.
—Señorita Zigerman.— su voz me manda un escalofrío por toda mi columna. No le respondo intentando suprimir la ira y el asco.— ¿Esta bien?
—No.— respondo apretando la mandíbula.
—¿Qué pasa? —frunzo el
ceño.— Diana escucho tu respiración.
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•La Dama roja•🔞 [#1] biología y poder.
FanfictionDel odio y la persecución al amor solo hay un paso, y Diana Zigerman una no creyente de los refranes, ni de las religiones, ni si quiera del destino y la coincidencia, tuvo la oportunidad de verlo por sus propios ojos. Un hombre que no creía en los...