Reencontrarse con su primer amor no estaba en los planes de Harry y Violette. Han transcurrido diez años desde que la aventura que tuvieron terminó, por lo que verse después de todo este tiempo, despertará en ellos aquella vulnerabilidad e inocencia...
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El cambio de clima no era un problema, pero la diferencia horaria sí.
Llegar a Seattle significaba muchas cosas y ahora, estando de regreso, sabía que había llegado el momento de afrontar el conflicto que se presentaba. Amaba mi ciudad natal, eso no lo iba a negar, sin embargo, en esta ocasión es inevitable que una presión en mi pecho se instale en cuanto piso el aeropuerto de la ciudad americana.
Con fuerza, sujeto las maletas que están entre mis manos y no me muevo por lo que parece una eternidad. Frunzo el ceño y contengo la sensación que estoy experimentando; era como si no quisiera afrontar lo que estaba sucediendo. De hecho, siendo sincera, me atemorizaba la escena con la que me encontraría.
Intento analizar la situación tratando de no ser demasiado pesimista.
Este viaje también era una oportunidad para ver a mi familia ¿cierto? Tenía casi seis meses sin verlos, sin abrazarlos, tenerlos cerca sonaba bien ¿no?
- ¿Quieres tomar asiento? - Harry pregunta a mi lado como si se percatara de mi resistencia. Niego con la cabeza
- No, estoy bien. Además, Adam debe estar esperando por nosotros y es muy desesperado, si no llegamos terminaré regañada
El chico a mi lado asiente y con maletas en mano, caminamos por el aeropuerto haciendo nuestro mayor esfuerzo por esquivar a la gente que se cruza en nuestro andar. En algún punto, Harry se detiene en uno de los tantos negocios que hay en el lugar y aunque le cuesta una fortuna tomando en cuenta el sitio, me compra una botella de agua fría que, sin duda, me ayuda demasiado.
Atravesamos el aeropuerto sin complicaciones y cuando llegamos a la entrada principal del mismo, tengo que entrecerrar mis ojos para visualizar a mi hermano, quien espera con brazos cruzados y observa a su alrededor probablemente en mi búsqueda. Por un mini segundo, toda la preocupación se va. Con una sonrisa, levanto el brazo en el aire y lo agito con velocidad buscando llamar su atención, casi me pongo a saltar solo por ganarme su mirada, sin embargo, cuando sus ojos verdes nos visualizan, su seriedad también se aleja para abrirle paso a su característica sonrisa.
- ¡Vamos! - le indico a Harry de forma alegre
Los tres buscamos la manera de acortar la distancia que nos separa y convirtiéndome en la típica persona que detesto y le estorba el paso a la gente, salto a los brazos de mi hermano cuando lo tengo cerca.
- ¡Adam! - grito su nombre feliz y dejo que mi hermano mayor me reciba con cariño, incluso, puedo sentir que deja un beso en mi cabeza - ¡Dios! Tengo que irme más seguido para que me quieras tanto - bromeo
- No me juzgues, tenía años sin sentirme tan alejado de ti - habla y aunque no lo veo, sé que hay una sonrisa en su rostro - ¿Cómo estás? ¡Harry! ¡qué gusto verte!
