Reencontrarse con su primer amor no estaba en los planes de Harry y Violette. Han transcurrido diez años desde que la aventura que tuvieron terminó, por lo que verse después de todo este tiempo, despertará en ellos aquella vulnerabilidad e inocencia...
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Mis ojos se abren de manera perezosa cuando algunos rayos de sol se escabullen entre las cortinas impactando con mi cara. Bostezo y parpadeo repetidas veces para poder ubicarme en tiempo y espacio. Logro percibir la tranquilidad que se siente, el canto de los pájaros proveniente del exterior y la habitación de Harry.
Frunzo el ceño al sentir un poco de frío a mis espaldas, extiendo mi mano derecha para tratar de encontrar a mi novio al otro lado de la cama, sin embargo, su figura no está presente.
- ¿Harry? - lo llamo, más no recibo respuesta
Me incorporo en la cama y de la mesita de noche tomo mi teléfono solo para corroborar que aún es temprano. En el intento de sentarme, una punzada golpea mi cabeza como recordatorio de la borrachera de la noche pasada; de hecho, tomando en cuenta la cantidad de cervezas que bebimos, supondría que con mayor razón Harry seguiría dormido, sobretodo porque de los dos, fue él quien terminó peor ¿en dónde se habrá metido?
Me dejo caer una vez más sobre el cómodo colchón, cierro mis ojos por unos cuantos minutos y con diversión recuerdo todo lo ocurrido en la celebración de Zayn y Sophia.
Como era de esperar, había sido una noche maravillosa y sin duda, todo indicaba que los prometidos, al igual que los invitados, lograron disfrutar el momento. A decir verdad, hablando desde lo personal, tenía meses sin sentirme envuelta entre tanta alegría, pues desde que perdí a mi padre, muchas emociones se desataron, emociones que había dejado en el pasado y ahora estaban de vuelta para recordarme mi origen de vida. Evidentemente era algo en lo que necesitaba trabajar, sin embargo, este no era el momento, por lo que intento sacudir este último pensamiento y busco concentrarme en las risas, los bailes, las bromas y las diversas conversaciones que nos envolvieron la noche pasada.
Sin esperarlo, mis ojos se abren de golpe cuando a mí impacta el recuerdo de un Harry borracho pidiéndome matrimonio en medio de la pista de baile.
A pesar de que me encuentro sola en la habitación, hago un intento por contener las emociones que se me generan cuando la imagen del ojiverde inunda mi cabeza, pero esto me sale fatal, pues pronto estoy con una sonrisa boba en el rostro que solo me hace sentir avergonzada. Cubro mi rostro con una almohada, pues a pesar de que soy consciente de que sus palabras fueron filtradas por el alcohol, esto no es impedimento para que en mi estómago comience una revolución de mariposas alocadas que no encuentran su lugar.
¡Dios mío! ¿Lo recordaría? Probablemente no tomando en cuenta su estado de ebriedad en ese momento.
¿Lo habría dicho en serio? Niego con la cabeza. Tal vez solo se sintió influenciado por el momento tan cargado de alegría que solo te invitaba a hablar tonterías; es decir, habíamos hablado sobre la idea del matrimonio pero siempre como una broma inocente. Ruedo los ojos. Era demasiado pronto para si quiera pensar en que existía esa posibilidad.
