E P I L O G O

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E P I L O G O

"Harry"

La carretera de la Costa Almafitana se extiende frente a nosotros, el descapotable que he rentado se mueve por el pavimento mientras que mis manos sostienen el volante que me ayuda a conducirlo, la brisa del aire italiano despeina un poco mi cabel...

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La carretera de la Costa Almafitana se extiende frente a nosotros, el descapotable que he rentado se mueve por el pavimento mientras que mis manos sostienen el volante que me ayuda a conducirlo, la brisa del aire italiano despeina un poco mi cabello gracias a la temporada y a la par, disfruto la frescura que ayuda a contrarrestar el calor que emana el sol que cubre nuestras cabezas. A mi lado, Violette aprecia la vista y permite que su cabello rojizo se despeine por el aire, el vestido blanco que lleva consigo envuelve su cuerpo y el anillo que reposa sobre su dedo anular izquierdo nos sirve como recordatorio de la increíble tarde que tuvimos tres días atrás cuando finalmente celebramos nuestro matrimonio junto a nuestros cercanos.

Sonrío y mis ojos rápidamente aterrizan en el anillo que también llevo conmigo, aquel que me une a ella de por vida y que porto con orgullo.

Regreso la vista a la carretera, giro en la primera desviación que encuentro y me permito maravillarme con la satisfactoria vista que tenemos frente a nosotros.

Las fachadas de las casas son coloridas, los distintos acantilados se elevan conforme avanzamos y las bellas playas de Almafitana, junto con el mar Tirreno, nos brindan una bienvenida cálida que solo genera emoción en nuestros cuerpos.

- Esto es precioso - escucho que Violette murmura a mi lado

- Lo es - concuerdo

- ¿Falta mucho para llegar a la casa? - pregunta sin despegar la mirada de la vista que tenemos

- El mapa dice que quince minutos más y estaremos ahí - anuncio refiriéndome a la casa que alquilamos por dos semanas, lugar en el que pasaríamos nuestra luna de miel

- Eso es mucho para mí - la pelirroja se queja y sonrío divertido

- Ya tuvimos un vuelo de casi tres horas, un traslado de cinco horas en tren y hemos conducido un buen rato - menciono - Podemos esperar un poco más

- Justo por todo lo que dijiste considero que llevamos una eternidad

Hago una mueca dándole la razón, pues aunque hemos hecho todo el viaje de manera grata entre risas, horas de sueño, anécdotas repetidas y nuevas, charlas sobre la boda, besos robados y manos entrelazadas, a mí también me urge llegar a mi destino para seguir disfrutando sin tener que estar sentado tanto tiempo.

En medio de un impulso, observando a través de los espejos, me aseguro de que la carretera siga libre para poder desviar el automóvil hacia la orilla de la autopista.

Vi me observa confundida y mira a todos lados tratando de comprender la situación.

- ¿Pasa algo? ¿le ocurre algo al automóvil? - cuestiona extrañada

Sin decir nada en un inicio, logro aparcar y apagar el vehículo. Me deshago de mi cinturón de seguridad y despego las llaves guardándolas en un lugar seguro.

- ¿Harry? ¿qué haces? - vuelve a preguntar la pelirroja

- Vamos a darnos un chapuzón en el mar - sugiero con una sonrisa y bajo del carro

- Pero... no llevamos trajes de baño, además ¿no tenemos que llegar a...?

- Nadie nos espera en casa, somos solo nosotros dos, no creo que ocurra nada si nos detenemos un momento a disfrutar - la invito mientras abro su puerta y extiendo mi mano en su dirección

Violette me sigue observando confundida, nuevamente mira a todos lados como si buscara encontrar algo que le apruebe aceptar mi invitación y por último, analizando la situación, sonríe divertida, como si estuviera a punto de hacer una travesura y se deshace de su cinturón de seguridad para unirse conmigo.

Todo estaba asegurado, así que sin preocupaciones y sintiendo la calidez de su mano envolviendo la mía, caminamos entre algunas rocas que dividen la carretera de la playa y después de un minuto, nuestros zapatos logran tocar la arena. Sin pensarlo, nos deshacemos de ellos dejando que nuestros pies descalzos gocen de la calidez de la arena y ahora, tomando la iniciativa, mi esposa me conduce hasta la orilla del mar, lugar en el que dejamos nuestros zapatos.

Me mira con entusiasmo, me guiña el ojo y sin soltar mi mano, entre risas, nos adentra con pequeños pasos al mar.

- ¡Está fría! - grita divertida

- ¿En qué momento pensaste que esto era una buena idea? - juego con ella como si Violette hubiera sido la de la idea de detenernos a hacer esto

- ¡Pero si todo esto es obra tuya!

- Y ¡¿cómo porqué lo permitiste?! - río

- Porque como tu esposa te debo apoyar en todo, por más estúpido que parezca

Suelto una carcajada y tomándola de la cintura para vengarme, nos adentro aún más en el mar hasta que este logra cubrir nuestros pechos y ambos, en lugar de seguir gritando por el impacto del cambio de temperatura, reímos sintiéndonos aquellos adolescentes que en el pasado disfrutaban del lago del pueblo.

Agosto se convierte en nuestro cómplice, no solo en el pasado, sino ahora también que hemos dejado que el libro de nuestra historia avance con su rumbo natural.

Su clima, su ambiente y lo que representa nos demuestra que sin duda es algo para nosotros, que su sol nos ilumina en una vida pasada, en la presente y en la que sigue para ambos, su aire salado nos aligera no solo del calor, sino también del temor que en un pasado existía al futuro, ahora, nos conduce hacía una nueva vista, una que luce prometedora. Agosto ya no se siente más como solo un momento en el tiempo, ahora se siente nuestro, hemos logrado adueñarnos de él.

Dejo un beso inocente en la garganta de Violette y la pelirroja vuelve sus brazos alrededor de mi cuello mientras que mis manos siguen descansando en su cintura.

- Te amo, cherry - murmuro sintiendo la plenitud

- Te amo, ojos de aceituna - canturrea y sonrío satisfecho sin quejarme por primera vez de aquel apodo tan horrendo y poco creativo que me ha puesto

- Nunca necesité nada más que esto, que a ti

Los ojos de Violette se achican debido a la sonrisa que aparece en su rostro, incluso, puedo ver cómo me sonríe a través de la mirada, así que enternecido, deposito un beso en la punta de su nariz.

- Siempre serás mi amor de verano - menciona y siento la forma en que acaricia suavemente los rulos húmedos de mi cabello que se alojan en mi nuca

- Siempre he sido tuyo - anuncio

Sus labios cálidos besan mi frente y yo escondo mi rostro en el hueco entre su cuello y su hombro derecho.

Ahora, era turno de vivir con la esperanza de que esto lo fuera todo para ambos: Agosto, gracias por traerla a mi vida.

F I N

- WHAT A TIME -

(segunda temporada)

WHAT A TIME | H.S. (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora