Hey, ¿quieres dar un paseo conmigo esta noche?
Leí por tercera vez el mensaje mientras mordisqueaba mi labio interior e intentaba convencerme de que la intensidad de los latidos de mi corazón y la calidez en el pecho se debían a la emoción que me generaba el solo pensamiento de dar un paseo nocturno en moto.
No por la persona que enviaba el mensaje.
Tecleé un par de veces, pero negaba y borraba el mensaje cuando notaba que sonaba muy soso o muy atrevido. Probé con un par de respuestas más hasta que solo una me convenció:
Me gustaría:)
Me di una palmada en la frente y estuve a punto de borrar el mensaje cuando la respuesta de Jared llegó de inmediato, indicando que vendría a mi casa a buscarme, avivando el nerviosismo que había tratado de ignorar los últimos segundos.
Mordisqueé la punta de mi pulgar y tiré el teléfono a la cama para caminar hacia mi armario a dar un vistazo de lo que podría ponerme para la ocasión.
Probé un par de atuendos, hasta que un pantalón negro, con camiseta blanca sencilla logró convencerme.
No sabía la razón, pero sentía la necesidad de impresionarle de alguna forma, aunque fuese con mi vestimenta.
Apliqué un poco de perfume y bajé las escaleras con prisa, aprovechando que mis padres habían salido a cenar y mis hermanos no estaban a la vista, para mí alivio.
Salí a la calle y vislumbré a Jared apoyado contra el costado de la motocicleta, mirando a su alrededor. Vestía unos pantalones ajustados y su característica chaqueta de blue jeans sobre lo que parecía una camiseta que se ajustaba perfectamente a su cuerpo.
Cuando notó mi presencia, se enderezó de inmediato, me regaló una pequeña sonrisa y metió las manos en los bolsillos delanteros de su pantalón. Me detuve frente a él mientras intentaba ocultar la sonrisa que quiso deslizarse de mis labios cuando nos quedamos mirándonos como si nunca nos hubiésemos visto antes.
Aunque esa torpeza que mostraba solo me hizo sentir un poco más relajado, porque no era el único que se sentía nervioso.
Aun con una sonrisa en mis labios, me aclaré la garganta.
―¿Y bien? ―Le miré de arriba abajo―. ¿A dónde me llevarás?
La pregunta pareció desconcertarle.
―Uh, en realidad en todo lo que pensé fue en llevarte a comer. ―Hizo una mueca inconforme―. Supongo que a partir de allí depende de ti y lo que quieras hacer. Espero que no te importe improvisar.
Desvié mi mirada lejos de la tuya, rezando porque no se notara el sonrojo que comenzaba a instalarse en mis mejillas ante lo especial que me sentí por sus palabras.
―Me parece bien ―respondí segundos después, pensando en lo agradable que sonaba su idea y lo lindo que me parecía que tomara en cuenta mi opinión.
Jared asintió y se dio la vuelta para subir a su motocicleta, conmigo siguiéndole. Tomé asiento y me aferré a él por lo que duró el viaje, hasta que se detuvo en un pequeño local de comida rápida. Bajamos de la moto, pero algo pareció inquietarle porque se detuvo frente a mí con seriedad.
—No sé a qué tipo de lugares estés acostumbrado a ir, pero una noche en uno de mis paseos nocturnos encontré este local en donde preparan unos sándwiches increíbles, así que... quise traerte aquí —reveló—. Aunque, si no es de tu agrado, podemos ir a otro-
Tomé su mano, provocando que las palabras muriesen en su boca mientras desviaba la mirada al lugar en el que nuestras pieles se tocaban.
—No soy para nada exigente y ahora estoy ansioso por probar esos sándwiches —confesé—. Así que no hay ningún problema.
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El enigma de Derek [P#2]
RomanceCon cada evento de su vida planeado en una pequeña agenda, Derek Blut creía tener el control de todo lo que haría. Sin embargo, una serie de acontecimientos echarán por tierra sus planes y la llegada de un chico que sacudirá su mundo, le hará dudar...