Esa mañana me había levantado más nervioso de lo que nunca me sentí en toda mi vida. Pasé toda la noche en vela mientras pensaba en el beso que había compartido en la fiesta con Jared y en el cual estaba empezando a pensar como un error.
En mi interior se había desatado una batalla entre los pros y los contras de haberme besado con Jared Miller porque no sabía qué tan adecuado era haber cruzado la línea con el hermano de Stephen.
No parecía correcto, ni aunque mi corazón pidiese a gritos repetir los sucesos de la noche anterior.
Me encontraba tan nervioso y ansioso por lo que ocurriría, que esa mañana evité desayunar con mi familia y me compré un par de galletas de camino para tener algo en qué entretenerme mientras consideraba seriamente lo que haría de ahora en adelante.
Porque indiscutiblemente las cosas se habían complicado para mí.
Ahora no solo tenía más motivos para pensar en Jared, sino que también habíamos compartido un beso que me hacía incapaz de negar que sentía algo por él.
Había perdido el control total de mi vida y no sabía cómo sentirme al respecto. Me sentía tan perdido y desorientado que quería llorar.
Entré a la universidad, limpiando las migas que habían quedado en mis dedos para dirigirme al casillero, mientras comenzaba a buscar las llaves para abrirlo. Hice un puchero cuando las llaves de mi casillero no estaban a simple vista, por lo que comencé a revolver el interior de mi mochila en un intento de encontrarlas.
Cuando logré sujetarlas, suspiré con alivio y encajé la llave en el cerrojo, antes de abrir la caja metálica para sacar la guía de textos que necesitaría.
—Derek.
Su voz me hizo sobresaltar y al mismo tiempo generó un temblor en mi cuerpo que no pude evitar ni aunque lo hubiese previsto. Mordí el interior de mi mejilla y respiré un par de veces para controlar a mi corazón desbocado mientras me repetía que todo estaría bien.
Le diría que todo había sido un error y que no teníamos que preocuparnos por nada.
Aunque una opresión se hubiese instalado en mi pecho... tenía que terminar con esto.
Me di la vuelta y le encontré junto a su gemelo que, como de costumbre, me miraba como si fuese un insecto. Este me dio un vistazo de arriba abajo y bufó para luego encaminarse por el pasillo.
Pero yo no pude detallarle más que eso, porque en ningún momento mis ojos quisieron apartarse de Jared, como si su sola presencia estuviese llamando a la mía y ésta fuese incapaz de ignorar el llamado.
Me sentía tan atraído por él que me asustaba.
No sabía porqué, pero mis sentidos se encontraban más alerta que nunca y todo mi ser estaba a la espera de lo que Jared tuviese que decirme.
—Jared —respondí, cuando noté que había quedado mudo desde su llegada.
—¿Cómo estás?
Sin saber la razón, su pregunta me hizo sentir nervioso.
—Yo... bien, sí. Bien. Estoy estupendo. —Mordí mi labio y bajé la mirada al suelo, sintiéndome avergonzado y vulnerable con su presencia.
Odiaba pensar que no podía actuar como quería frente a él.
—Derek, bonito... —Cerré mis ojos con fuerza cuando el apodo que me había colocado salió de sus labios—. Tenemos que hablar.
Alcé la mirada y me encontré con sus ojos plagados de incertidumbre.
Sabía que tenía que terminar con esto antes de que las consecuencias de haber cruzado la línea con él me alcanzaran. No podía permitirnos adentrarnos en un terreno tan peligroso como el que habíamos profanado, pero... al mismo tiempo, sentí una punzada en mi pecho ante la sola idea de alejarme de él.
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El enigma de Derek [P#2]
RomanceCon cada evento de su vida planeado en una pequeña agenda, Derek Blut creía tener el control de todo lo que haría. Sin embargo, una serie de acontecimientos echarán por tierra sus planes y la llegada de un chico que sacudirá su mundo, le hará dudar...