Our Love Stories - MaxNat (One Shots)

Loser

☆ Fluff, Enemies to lovers.
☆ 655 palabras.

Max a pesar de ser bastante alto trataba tontamente de pasar desapercibido por el pasillo de la universidad, creía que si caminaba lo suficientemente rápido nadie llegaría a molestarlo y...

- Max, altote ven aquí. - Dijo esa voz chillona de nuevo.

El joven intentó caminar pretendiendo que no era el a quien llamaba mientras subía el volumen de sus audífonos. Lastimosamente no funcionó.

A los pocos minutos una cabeza con el cabello blanco platinado con una sonrisa traviesa llego a molestarlo, ese pequeño martirio era Nat.

Desde que entró a la carrera de administración no esperaba que la gente fuera tan inmadura para seguir actuando como la escuela donde los populares reinaban y gente como el era blanco de estos pero continuaba solo que eran los de arquitectura quienes hacían su vida una pesadilla.

Todas las burlas llegaron, desde por su manera de caminar hasta por el echo de que nadie creía por su tamaño que tuviera un gran cerebro.

Lo que jamás se imagino es que aquel joven tan pequeñito fuera tan altanero y grosero fuera quién se dedicaría a hacer su vida imposible o quién crearia tantas burlas.

Nat era uno de los mejores en su clase de arquitectura, a decir verdad también podría considerarse un nerd pero a diferencia de Max quién prefería ir a un café y leer, el menor prefería ir a fiestas.

Jamás entendió el porque Nat tendía a molestarlo tanto, no se trataban, compartían como 2 clases únicamente y el mayor era lo suficientemente callado para querer intentar meterse en problemas.

O bueno pensó que nunca lo entendería hasta hoy.

Había sido una semana difícil, para ser honestos las estregas, los proyectos, el autobús y todo lo que implicaba ser un estudiante lo tenía a tope, lo último que necesitaba era los comentarios de aquel chico.

- Max, te llame y no respondes. Creo que tus brazos ya no son un reflejo de tu cerebro.

- Nat hoy no, hablo en serio.

- ¿Acaso la nenita aprendió a defenderse? Carga mis libros Max.

- Nat no pienso cargar nada, quiero ir a casa déjame en paz.

Max sentía que su paciencia estaba al límite, el dolor de cabeza era de los peores rozando la migraña y el pequeño solo se puso a hablar.

Escuchaba una voz en el fondo soltando insultos a su persona y burlas, veía en su cara la arrogancia desquiciandolo al punto en el que no pudo más.

Tomo al menor por el cuello de su camisa blanca, claramente no iba a golpearlo pero si quería callarlo de una buena vez.

Por ello junto sus cuerpos hasta que lo beso. El menor estaba de puntitas y él estaba casi agachado alcanzando sus labios.

Diría que escuchó las reacciones de los demás quienes veían asombrados, pero en realidad se enfoco en los labios rosas, dulces que estaban sobre los suyos, al principio Nat se sintió tenso en sus brazos pero al momento se relajo por completo.

Sabía a fresas y mentas, sentía sus pequeñas manos tratando de agarrarse a sus hombros para buscar estabilidad, una vez la encontró el menor comenzó a girar el rostro para profundizar el beso, movimiento que lo hizo parar.

- Creo que con esto tuviste lo que querías. - Le dijo a Nat quien estaba helado en el pasillo mientras limpiaba parte de sus labios retirando el lipgloss que el chico usaba.

Comenzó a caminar en dirección a la salida con el impulso de girar y volver a besarlo pero lo contuvo para ir a casa. Debía reconsiderar desde cuando le gustaba ese chico fastidioso.

Mientras Nat terminaba de procesar que su crush de hacía un año lo había besado dulcemente, delante de todos, aún tocaba sus labios calientes por lo sucedido.

Molestarlo por fin funcionaba, por ello no se contuvo en seguirlo, si seguía así tal vez volvería a besarlo. Ese lipgloss de fresas de Nu si que funcionaba.

- ¡Oye Max espera! Aún no acabo contigo loser.