Our Love Stories - MaxNat (One Shots)

⛸️ Skating to your heart ⛸️

☆ Sport romance.
☆ Advertencias: Kind of smut.
☆ Palabras: 1208

Nat estaba en la pista de hielo listo para comenzar nuevamente su rutina, las nacionales no estaba lejos y no podía parar de practicar por más que su cuerpo quisiera rendirse.

Era patinador artístico desde que tenía 7 años, su cuerpo había sido modelado y reforzado para cumplir la exigencia que este deporte requería.

Su vida a sido modificada para cumplir las expectativas de limpieza, pulcritud, gracia y fuerza, toda su vida se maneja alrededor de su vida deportiva.

La elegancia en sus movimientos era obligatoria, fluir con la música que estaba en los altavoces sin dejar de lado a la parte técnica, que siempre debía ser prioridad.

Estaba siendo una buena práctica, la rutina estaba saliendo perfecta, estaba a punto de dar sus primeros giros en el aire, cuando un montón de hombres ruidosos cortan su concentración.

Afortunadamente paro antes de dar algún salto y no sufrir un accidente por esos gorilas que aparentemente no saben como comportarse en el complejo deportivo.

Nat volteo a ver al grupo de animales para encontrar a sus peores enemigos, especialmente a la persona que más odia en el mundo quien esta viéndolo notando claramente su molestia.

Patina suavemente al borde de la pista cuando ve que el alto se acerca queriendo hablar con el y el menor claramente espera una disculpa por parte del líder del equipo de Hockey, Max.

- Estoy en medio de una rutina por si no te das cuenta ¿Tienen que ser tan ruidosos? - Dije el menor con desdén mientras mira a Max.

- Yo voy a entrar a practicar para un juego pero tienes que usar esas mallas ¿Tienes que ser tan caliente siempre?

El menor siempre se pone rojo de inmediato y claramente no es por su rutina.

- ¿Qué estás diciendo? - Dice tensando su cuerpo rápidamente.

- Hablo en serio, se te marca un trasero uff. - Dice mientras sigue mirándolo con morbo. - Y esa cintura se ve demasiado linda, tal vez con mis manos alrededor se vería perfecta.

- ¡Cállate Max! Estoy en medio de una práctica.

- Ya te lo dije, si necesitas una persona que pueda ayudarte a levantarte en el aire o alguna otra pirueta puedes decirme. - Responde mientras sonríe de forma coqueta llendose a los cuartos de cambio.

- ¡Max habló en serio! Deja de decir esas cosas. - Dice casi gritándole mientras se aleja.

- ¿No tenías una práctica que terminar?

El mayor se aleja mientras deja a un Nat completamente enojado en la pista de hielo, esa a sido su dinámica por los últimos tres meses.

Max es el capitán del equipo de Hockey, en su universidad solo tienen una pista por lo cuál el debe compartirla no solo con otros patinadores sino también con el equipo.

Nat al principio lo encontró demasiado guapo, le encantaba ese hombre, alto, con un cuerpo atlético, cabello negro y una sonrisa que simplemente podía conseguir el mundo entero si lo quería.

Pero cuando hablaba se convertía en un patán, sobretodo cuando después de sus primeras conversaciones, tenía su teléfono para ajustar sus horarios de práctica pero claramente no debía a recibir el mensaje "¿Quieres pasar un buen rato? Gatito" Acompañado de una foto del mayor sin camisa.

Claramente lo rechazo al principio, después de eso, sabía que Max era solo una distracción a su estricta rutina, no era lo que necesitaba si quería llegar a las nacionales.

O puede que si.

Sus ambiciones de querer llegar lejos en sus deportes no les permiten tener parejas a largo plazo si eran honestos consigo mismos, pero tampoco podían actuar como si no fueran humanos y no necesitarán de algo de sexo.

Por ello, la loca propuesta de Max a rondado su mente desde hace varios días cuando marturbarse dejó de ser suficiente para liberar las tensiones del día a día.

⛸️

Habían terminado las prácticas, Max se encontraba recogiendo sus últimas cosas en los lockers antes de entrar a las duchas, al ser el capitán siempre era el primero en llegar y el último en irse.

Pero esto le daba la oportunidad de quedarse unos minutos más a ver las últimas prácticas de Nat, sus rutinas siempre le robaban el aire por más que el menor se equivocara.

La elegancia con la que sus brazos se extendían, ese cabello platinado flotando por el aire, sus piernas sosteniendo con fuerza cualquier movimiento antes de dar algún impulso para girar en los aires.

Era la manera en la que sus mejillas se sonrojaban por el esfuerzo de la pista mientras cerraba los ojos denotando el más profundo placer de estar en el hielo lo que lo hacía malditamente sensual para el.

Lo hace ver tan sencillo, como si el simplemente fuera una extensión, casi parte de la pista, de la música y de la delicadeza de este deporte.

Acostumbrado a la rudeza, brusquedad y la forma tan grotesca en la que se maneja el Hockey, ver al menor fue como descubrir un nuevo universo al cual estaba obsesionado, no podía apartar su vista de él.

No quería hacerlo.

Estaba tan distraído en su pensamiento que entró por error a una de las duchas que ya se encontraba ocupada por aquel patinador que dejaba de hacer sus giros en su mente.

Nat claramente se asustó al ver que alguien había entrado a su ducha, pero algo le hizo bajar la guardia cuando se dio cuenta de quien era.

- Mierda Nat lo siento. - Dijo el mayor pero ni se molesto en apartar la mirada de ese cuerpo pequeño, delgado, lleno de algunos morados en las caderas que resaltan por el contraste por su piel tan pálida. - ¿Estas bien? - Dijo al ser lo primero que pasó por su mente.

- Algunos rasguños, el hielo no es suave cuando sale mal algún salto. - Respondió el menor viendo la misma zona que el mayor.

- Masajealo, así se quitan rápido, eso hacemos en el Hockey.

Nat se quedo viendo el cuerpo del mayor que tampoco estaba tan diferente a el, solo una toalla cubría su hombría pero claramente podía ver que Max no solo era grande de hombros.

Mordió su labio mientras continúo recorriendo su cuerpo con la mirada, viendo como la toalla en sus caderas podía caer tan fácil, pensando en como los baños estaban vacíos por la hora y como podía llevarlo a su dormitorio aprovechando que su compañero de habitación no estaba esta noche.

- ¿Porqué no entras y me enseñas a hacerlo?

El tono fue claramente sugerente no era imaginación de Max, quién como el menor cargaba con una tensión que claramente podían sacarse juntos.

Por lo que no dudo en entrar en la ducha mientras retiraba su toalla y procedía a cerrar la cortina para darles algo de privacidad mientras el vapor del agua caliente los envolvía.

Duraron bastante en la ducha pero eso no evito que también terminaran la noche juntos en la habitación de Nat.

Max no estaba seguro de en donde quedaba su relación con su crush de varios meses ahora que estaba acariciando el cabello de Nat mientras este dormía en su pecho completamente desnudos.

Soñaba que fuera algo más allá que los acostones de esta noche, definitivamente debía invitarlo a una cita, y seguramente lo haría en la mañana luego de otra ronda y rogaba no recibir un no por respuesta.