Our Love Stories - MaxNat (One Shots)

Halloween Special - 2. 🎃

☆ 2372 palabras.
☆ Vampiros.

Nat estaba caminando en la helada noche.

A pesar de las bajas temperaturas, usaba una chaqueta que poco cubría su torso, el cual se adornaba con una camisa de mallas que exponía todo su cuerpo y el relicario plateado con rubies en su cuello en forma de chocker, acompañado de unos muy apretados jeans de cuero.

Su caminar era relajado, realmente no le importaba que fuera pasada la 1 am, la noche era su lugar, las sombras su refugio, su piel no sufría el frio de aquella noche y esta luna llena era perfecta.

Llego al bar indicado dónde la música tecno hacía vibrar lo más profundo de sus entrañas pero no aturdia ninguno de sus sentidos, no como a otros.

Muchos ya estaban al borde, por drogas, las luces o la exigencia propia de un rave tan grande y lleno de excesos. Creado especialmente para personas como él.

La lujuria flotaba en el aire y sus colmillos se sentían cada vez más afilados, su garganta picaba por la sed y sus encías se cortaban con el borde de sus dientes, era hora de actuar.

Una de las tantas meseras paso con una cerveza que tomo y comenzó a beber de a pocos mientras espero la transición a la canción perfecta para comenzar a bailar.

Era una canción que conocía bien, era de Donna Summer y hacía que sus caderas pronunciaran más su movimiento, amaba esta canción, por ello, cerró los ojos mientras comenzaba a pasar la mano libre que tenía por su cuello acariciándolo, despertando sus más bajos instintos.

A penas abrió los ojos de su hipnótico baile, vio a un hombre alto, cabello negro y tez morena con la mirada perdida en su cuerpo, ese era el efecto que el tenía, ese era su don. Aquel hombre no reaccionaba solo lo veía con los ojos perdidos queriendo poseerlo mientras el veía su cuello.

Si agudizaba sus sentidos podría jurar que escuchaba el correr de su sangre, su corazón bombeando y el dulce aroma del líquido carmesí ya estaba impregnando su nariz, picando por ser tomada.

Iba a lanzarse cuál animal contra el cuello de ese hombre, estaba tan ido en las drogas que ni notaria en que momento murió o que lo ataco, a menos que los gritos de la gente lo alertaran pero eso ya sería caso perdido.

Estaba a punto de atacar pero unas manos en su cadera lo trajeron de regreso a ese momento.

Sintió el pene grueso, duro y familiar en su trasero, una de esas curiosas manos acarició su pecho hasta llegar a sus pezones con tranquilidad pero no por ello menos excitante.

- Aún no bebé. - Esa voz gruesa que lo volvía loco susurró en su oído cargada de pura lujuria.

Max comenzó a guiar su cadera a un ritmo tortuoso y casi satisfactio, sabia que estaba sonriendo, el mayor estaba tranquilo, claramente el no moría de sed.

Todo comenzó en 1992, Nat en esa época tenía 18 recién cumplidos y era un desastre en su vida.

Padres violentos, problemas económicos hicieron que Nat hiciera parte de muchas labores del bajo mundo, un mundo donde ya no quería vivir para trabajar por aquellos que no lo merecían.

Por otro lado estaba Max, un vampiro que se transformo en 1903 cuando el menor nisiquiera había nacido. Uno que con los años aprendió como funcionan los humanos, recaudo una fortuna en poco tiempo y con bastante dinero terminó por visitar el club donde Nat trabajaba como mesero.

Al principio trato de ocultarlo, no quería espantar al chico con su peculiar condición. Pero realmente no sirvio de mucho el menor era demasiado inteligente para no darse cuenta que no salía de día.