Siempre tuyo, siempre mía, siempre nuestro ©

Capítulo 3

Jade

– Demonios Jade, si fuera chico, sin duda saldría contigo. – Dice Jesy, mirándome de arriba a abajo, mientras movía sus cejas divertida.

Suelto una carcajada.

– ¿Pero qué crees? Estás condenada porque eres mi novia. – Le responde Jake, abrazándola por los hombros. Jesy ríe y le da un pico.

Los miro enternecida.

– Bien ya estoy lista, ¿Nos vamos? – Perrie entra a la habitación, luciendo un corto pero sexy vestido plateado. Leigh-Anne entra después de ella, con unos jeans a la cadera ajustados y un top amarillo. Mi vestido era negro, ajustado, sin ninguna decoración pero con una gran escote en la espalda.

Me gustaba ser sexy. ¿Qué puedo decir?

– Vámonos. – Respondo, tomando mi pequeño bolso y giramos a Jesy y Jake. – Nos vemos, chicos.

– Diviértanse. – Contestan al unisono.

Salimos de la casa de aquellos, habíamos estado todo el día juntas y al final decidimos ir a un club, sin embargo Jesy no tenía muchos ánimos de ir así que decidimos ir nosotras tres, y unos amigos.

Nos dirigimos a el auto, y subí junto con Marcus, Claudimar, Perrie y Leigh.

Gracias a Dios, Clau tenía una camioneta grande y cabíamos perfectamente en ella.

– ¿A dónde habíamos dicho? – Pregunta el susodicho, sin despegar la mirada del camino.

– Al club de la 27, ¿No? – Le responde Perrie, quién estaba junto a él, cambiando la canción de la radio.

Emprendimos camino hacia el club, cantamos un par de canciones que sonaban en la radio y grabamos un par de videos para Snapchat e Instagram.

Minutos después, llegamos al lugar, el cuál estaba repleto de paparazzis. Al bajar, la gente de seguridad del lugar nos ayudó a ingresar. Tomé la mano de Perrie, para no perderme entre la multitud.

Al final ingresamos y suspiré aliviada, entonces nos dirigimos a la barra para pedirnos unos tragos.

Pero antes de que pudiese ordenar uno, la morena me detiene.

– A bailar. – Me dice Leigh, tomando mi mano, guiandome a la pista.

Lean On sonaba por todo el lugar, junto a la morena, intentamos hacer los pasos de la canción, algo que evidentemente me hizo reír.

Pronto se nos unieron los demás. Perrie me entregó una bebida, algo que agradecí y seguí bailando, no sin antes darle un trago.

Seguimos bailando sin parar por unos treinta minutos, hasta que decidí ir por otro trago ya que tenía demasiada sed y me había acabado el primero hacía rato.

Claudimar me siguió de cerca para evitar que pasará algún incidente.

Una vez regresamos con los demás, me quedé perpleja al ver quién estaba bailando con Perrie.

Oh por Dios.

¿Ése era...? No, no puede ser. ¿O si? ¿Realmente era él? Lo reconocía. Creo que se llamaba... ¿Calum?

Un tanto extrañada, me fui acercando poco a poco.

– Hemos vuelto. – Anuncia Clau, reincorporándose con los demás.

Leigh se giró a verme sonriendo muy emocionada.

– ¡Hey! ¿No vas a creer quiénes están aquí? – Exclama, y señala detrás de ella donde pude ver dos grandes anatomías, sonrientes.