You should see me in a crown

Cap 7- Navidad

Era Navidad.

Grace se despertó en la comodidad de sus sabanas en la mansión Potter.

Mia y los chicos se habían quedado en Hogwarts. Excepto Regulus, los padres del cual habían requerido su presencia y la de Sirius en la tradicional cena de nochebuena de los Black.

Desde que llegaron a casa, James la había ignorado olímpicamente, así que ella hizo lo mismo. A sus padres no les gusto mucho esa novedad. Siempre habían estado unidos en su infancia.

Hablando de sus padres, al contrario que James, ellos habían estado felices por su selección. No tenían ningún prejuicio por ninguna de las cuatro casas.

James podría aprender de ellos.

A parte de ignorar a su hermano y pasar el rato con sus padres, Grace no tuvo un verano muy interesante.

Se dedico a jugar al Quidditch. Su hermano se había hecho cazador de Gryffindor y ella tenía los mismos planes para su segundo año.

Cada día escribía cartas a sus amigos, Megan y Sophie incluidas.

Regulus era el único que no contestaba.

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Regulus había tomado una decisión. Odiaba la navidad.

La odiaría siempre si significaba marcharse de Hogwarts. Marcharse de sus amigos.

No entraba en los planes del menor de los Black hacer amigos. No necesitaba a nadie mas que a Sirius. Pero ahora Sirius pasaba de él. Tenía otras personas que le hacían feliz. Tenía un nuevo hermano.

Regulus estaba acostumbrado a no ser suficiente. Nunca fue suficiente para sus padres. Pero que su hermano lo reemplazara por James maldito Potter fue un golpe bajo.

Si la vida quería decirle algo, es que no se puede confiar en nadie. Pero Reg no escuchó. Nunca escucha. Y dejó que Evan y Barty lo convencieran para ir a buscar pasadizos secretos. ¿Porqué? Regulus no lo sabe.

Para su desgracia, se lo pasó bien. Muy bien, en realidad, y ahora había decidido que esos chicos no estaban tan mal.

Luego se les unió Mia. Nunca había oído su apellido antes, pero ella afirmaba ser sangre pura.

A Regulus se le había enseñado a darle importancia a la sangre, así que, al contrario que Sirius, él se la daba. No en exceso, pero se la daba.

Por lo tanto, juntarse con Crouch y Potter, iba en contra de sus ideales. O los ideales de sus padres. ¿Eran sangre pura? Sí. ¿Eran traidores? También. Aunque si sus padres no se enteran, no tiene porque pasar nada.

La navidad estaba siendo aburrida para ambos hermanos Black. Se seguían sin hablar, todo el día encerrados en sus respectivas habitaciones. No se habían dirigido la palabra desde la selección de Regulus.

Hace casi cuatro meses.

Por lo tanto, sin poder contar con su hermano, Regulus decidió ir a la biblioteca de la casa para hacer algo productivo con su tiempo.

Se dedicó a responder las cartas de Evan. No pudo arriesgarse a que sus padres lo pillaran escribiendo a sus otros amigos, así que solo le escribió a Rosier, y de vez en cuando a Megan Farley, que también era sangre pura.

Según sus cartas Evan estaba en Francia de vacaciones con sus padres y su hermana. Regulus había estado en Francia muchas veces, pero su familia prefería ir en verano.

Se puso a buscar libros en su biblioteca y le vino a la mente un pensamiento.

¿Y si en su casa también había pasadizos y salas secretas?

Regulus encontró una sección de libros antiguos en Hogwarts. En realidad lo encontró Mia, al tirar de un libro que estaba en la sección equivocada.

El chico empezó a hacer eso: tirar de libros que parecieran no estar en su sitio. No funciono, al principio, hasta que vio un libro que le llamó muchísimo la atención.

Era muggle.

Un libro muggle en la biblioteca de su casa.

"Imposible" pensó Regulus.

Sus padres quemarían la biblioteca entera si supieran que eso estaba allí. Regulus cogió el libro, pero solo se movió un poco hasta que oyó un ruido sordo de madera cayendo.

Se estremeció. Era una trampilla que se había abierto al mover el libro.

Entró por la trampilla y descubrió tres estanterías llenas de libros muggles.

Sí, a sus padres les daría un infarto.

Y por eso no se lo diría.