Cap 3- Prejuicios

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Ese fin de semana se lo pasaron explorando el castillo. Para cuando llegó el lunes eran capaz de moverse por los pasillos sin perderse completamente.

La primera semana fue sumamente aburrida. No aprendieron casi nada, solo les dieron discursos infinitos para explicarles como funcionaría el curso y los siete años de Hogwarts en general.

Grace, Sophie y Megan se dirigían al comedor un miércoles por la mañana cuando se encontraron un chico y una chica de Hufflepuff.

-Sophie, Megan.- Saludó él- ¿Qué tal?

-Hola Amos, Aitana.- Contestó Megan- Grace, estos son Amos Diggory y Aitana Stump.

-Grace Potter, un placer.

Resulta que las chicas los conocieron una tarde estudiando en la biblioteca y desde entonces habían estado pasando mucho tiempo juntos. A Grace le pareció bien. Amos y Aitana eran ciertamente encantadores.

Las nuevas amistades de Sophie y Megan solo hicieron que Grace y Mia se acercaran mas. No tenían mucho en común. Mia era una Slytherin de pies a cabeza. Grace no tardó en deducir que ella tendría que ser la prudente de la amistad. No le importó. Le gustaba pasar el tiempo con ella.

Regulus, Evan y Barty tampoco tardaron en entablar amistad. Evan y Barty se habían ganado tantas detenciones como puntos para Slytherin que obtenían en clases. Es decir, muchas.

Regulus prefería aprovechar el tiempo para cosas de mas importancia que sus estupideces. Aun así, era difícil no cogerles cariño, tanto para él como para las chicas, aunque no fuera a admitirlo en esta vida, ni en ninguna otra.

Una mañana cualquiera, Grace estaba caminando sola por el pasillo por primera vez. Mia se había quedado durmiendo, puesto que era fin de semana, y la pelirroja fue a dar una vuelta.

Se planteó avisar a los chicos para que fueran con ella, pero necesitaba un rato para si misma.

Primero fue a las cocinas. Los elfos eran monísimos en su opinión. Ninguno le pidió que se fuera, todos le ofrecieron comida. Ella aceptó un par de galletas y salió a dar unas vueltas por el terreno. Cogió un libro de su bolsa y se sentó debajo de la sombra de un árbol.

No sabe cuanto tiempo pasó allí hasta que alguien la interrumpió. Pudo escuchar la voz de su hermano a pocos metros.

-...Hablar con ella...

-...¿Estas seguro?...

-...Intentarlo...

Grace juraría que la segunda voz era de Sirius Black. No estaba segura, solo pudo escuchar pequeños fragmentos de su conversación.

Su instinto le decía que hablaban de ella pero no iba a darles la satisfacción de girarse. Sus sospechas se confirmaron cuando apareció James y se sentó a su lado con aires de seguridad y diversión.

-Hola hermanita.

Hacía semanas que no hablaban. Desde su clasificación, así que no estaba segura de que se supone que debería responder.

-Hola...- Dijo, no muy segura- ¿Pasa algo?

-¿Tiene que pasar algo para querer hablar contigo?- Rebatió James.

-No finjas que no estas molesto por que esté en Slytherin.- Dijo, ahora a la defensiva.

No iba a descontrolarse. En casa no tendría ningún problema con gritarle a su hermano, pero ahora, sabía perfectamente que los otros tres merodeadores estaban escuchando por alguna parte.

-No estoy molesto... solo me pilló por sorpresa.

-Excusas.- Soltó Grace.

-Oye mira, entiéndeme, en Slytherin son todos unos supremacistas, crueles y se creen superiores, y...

James no pudo acabar la frase porque su hermana lo interrumpió.

-¡Eso no es verdad!- James no tenía ni idea sobre los Sly, y fingía que sí. Grace no estaba dispuesta a escuchar toda esa clase de prejuicios que salían de la boca de su hermano mayor, al cual admiraba de niña.

Pensó en Mia, con quien pasaba la mayor parte de su tiempo. Ella era sangre pura y no la despreció en ningún momento por ser "traidora de sangre".

Pensó en Megan, Sophie y los chicos. Ellas no le harían daño a una mosca, o eso quería creer Grace. ¿Ellos podían ser superficiales y supremacistas? Pues tal vez, un poco sí, pero no eran crueles, en realidad Barty y Evan eran muy simpáticos con todo el mundo y Regulus era educado y encantador.

James no podía despreciar a toda una casa porque el grupito del tal Snape le cayera mal.

-¿Ves? Ya te están lavando el coco.- Fue la única respuesta que le dio su hermano.- ¿Porque no te sientas conmigo y mis amigos hoy para comer? Será divertido.

-No, gracias.- Estaba indignada y no se molestó en darle explicaciones.

Sin embargo, el chico de gafas insistió y siguió insistiendo hasta que la menor aceptó muy a su pesar.

Total, solo sería una comida, no tenía nada que perder.

You should see me in a crownDonde viven las historias. Descúbrelo ahora