Faltaban dos días para volver a la escuela.La comida familiar de Regulus había sido tan aburrida como cada año. Incluso mas, puesto que Sirius y Andromeda no habían montado ningún drama.
El menor de los Black ya no se pasaba los días en su cuarto. Ahora se pasaba el día en la biblioteca, leyendo libros muggles.
Descubrió que, de hecho, no eran unos completos inútiles, como le habían hecho creer.
En realidad, eran bastante inteligentes. Habían descubierto e inventado cosas con lo que los magos solo podían soñar.
Reg estaba ojeando un libro sobre algo llamado electricidad, cuando alguien entró en la biblioteca.
Por instinto, Regulus puso un libro de astronomía encima del muggle.
-¿Qué haces?- Preguntó Sirius, apoyándose en la mesa para ver los dibujos de estrellas en las hojas de su hermano.
-¿Que quieres?- Saltó Reg a la defensiva.
-Que me respondas.
-¿Por qué iba a hacer eso?- Preguntó Regulus, sin levantar los ojos del libro.
-¿Porque soy tu hermano?- Dijo Sirius, como si fuera obvio.
Pues no, pensó el Slytherin, no es obvio.
-¿A sí?- Dijo Regulus, impulsivamente, clavando su mirada en los ojos del mayor.
Sirius lo miró sorprendido. Regulus volvió a bajar la mirada, instantáneamente arrepentido. El Gryffindor se sentó en la silla frente al menor, con la mirada herida.
¿No te jode? Ahora es él el que está herido.
-¿Que se supone que significa eso?- Sirius esperaba una respuesta que él no iba a darle. Antes muerto.
-Nada, Sirius...- murmuró. Con inseguridad.
-No, respóndeme, mocoso, ¿Por qué has dicho eso?- Ahora sonaba impaciente y un poco bastante molesto.
Regulus se levantó seguido de cerca por Sirius. Intentó agarrar el libro de astronomía y el muggle a la vez, pero el segundo se cayó al suelo. Maldijo internamente, y su cara debió proyectarlo, porque su hermano se agachó mas rápido que él y se hizo con el libro.
Maldito libro.
-¿Que es esto?- Preguntó Sirius con aire divertido.
Ojeó la portada. Leyó el título y el autor, y su expresión cambió. Ahora su mirada era seria y sombría. Regulus nunca lo admitiría en voz alta, pero le recordó un poco a su madre. Y lo odiaba.
-¿De donde lo has sacado?- Preguntó lentamente.
-¿Que mas te da?- el niño intentó quitarle el libro pero lo apartó rápidamente de su alcance.- Es mío, Sirius. Dámelo.
-Reggie.- Insistió.
-No me llames así...- pidió bajando la cabeza.
A la expresión sombría de Sirius, volvió a sumársele la mirada herida. O eso cree Regulus, porque se va tan rápido como llega.
-¿De dónde. Lo has. Sacado?
Era obvio que no iba a rendirse hasta conseguir la explicación que quería. Regulus se movió hasta el único libro muggle de la biblioteca "no secreta", bajo la mirada expectante del contrario. Lo tiró hacia abajo y la trampilla se abrió. Es Sirius quien se asusta esta vez, para gran diversión de Reg.
Ambos entraron en la biblioteca muggle y Sirius parecía estar alucinando.
Se sintió como cuando eran niños. Aunque todo había cambiado.
-¿Desde cuando sabes que esto esta aquí?- Pregunta Sirius, ¿dolido?
-Lo encontré la primera semana de vacaciones.
-¿Porque no me lo dijiste?- El tono de Sirius era casual mientras ojeaba un libro sobre arte muggle. No estaba reprochándole nada.
Aún así la pregunta ofendió al menor.
-Llevas sin hablarme cuatro meses.- Dijo, sin emoción alguna en su voz.
Sirius parecía no estar seguro de que responder.
-Bueno... tú tampoco intentaste hablar conmigo...
-Creía que estabas enfadado.- Silbó el menor, confundido.
-Y lo estoy.
-¿Qué?
Vale, ahora estaba aún mas confundido.
-Regulus estás en Slytherin.
-¿Y...?
-¿Y? ¿En serio?- Sirius dejó el libro en su lugar y se acercó a su hermano.- Simplemente creía que eras diferente.
-¿Diferente de quién?
-Lo sabes perfectamente.
-No me creo que estés diciendo esto.
No había manera de que su hermano mayor, la persona a la que mas quería en este mundo, creyera eso de él.
Ciertamente le daban ganas de encerrarse en su habitación a llorar y no salir de allí nunca.
-¡Y yo no me creo que seas su fiel marioneta!- Gritó Sirius.
-Esta conversación no va a ningún lado...
Sirius lo interrumpió cuando se dio cuenta de que tenía intención de irse.
-No te atrevas a largarte.
-No me digas lo que tengo que hacer.- rebatió el menor. Acto seguido salió de la biblioteca dejando a su hermano mayor sorprendido y resignado.
ESTÁS LEYENDO
You should see me in a crown
أدب الهواةGrace Euphemia Potter, única hija del matrimonio Potter compuesto por Fleamont y Euphemia, y hermana pequeña del heredero de este, James Fleamont. Grace tuvo una infancia llena de amor y cariño. Tenía una buena relación con su hermano y sus padres...