6. Admitido

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Hua Cheng volvió a casa ese día totalmente humillado. Por más vueltas que daba en su cama, no podía conciliar el sueño. Y es que seguía repitiendo en su mente el giro que había dado la conversación esa noche. 

Después de que le dijera a Xie Lian que era arte, la mirada de este se quedó en blanco y poco a poco comenzó a sonrojarse. Y ni un segundo después, a Hua Cheng lo golpeó el miedo de alejar o haber espantado a Xie Lian con sus sentimientos demasiado intensos. 

Así, sin otra opción, decidió reírse y decir que en realidad le había interesado la forma en que veía al arte y quería aprender más sobre él y le gustaba su compañía, pero que si Xie Lian no quería, no lo molestaría más.

Xie Lian lo miró con el cejo fruncido mientras le reclamaba que no podía ir por la vida soltando lo primero que se le venía a la cabeza o terminaría causando confusiones, pero aceptó continuar a su lado y luego de eso, fueron a comer a aquel pequeño restaurante donde charlaron un rato más, ya sin la incomodidad y al final, Xie Lian dejó que lo llevara a su casa.

No eres digno de su corazón, tan solo viniste a ayudarle desde las sombras, se había repetido Hua Cheng cuando vio la vecindad donde vivía Xie Lian. Tuvo que dejar la camioneta estacionada en la parte de abajo y subir varias escaleras como si de una excursión se tratara, hasta llegar a una pequeña casa en la azotea de un edificio de pintura descuidada, apenas suficientemente grande para dos personas. 

Xie Lian pareció avergonzarse cuando llegaron y comenzó a explicarse, pero Hua Cheng solo sonrió y le aseguró que no le importaba, no lo vería diferente por esto, seguía siendo él y no debería sentirse avergonzado.

Pero en el camino de regreso, no pudo evitar suspirar. Sabía el origen de Xie Lian, sabía lo que había sufrido tras la muerte de sus padres y la bancarrota de su conglomerado... lo único que quería era ayudarlo. Le tomó tiempo construir contactos y dinero para ayudarlo, pero ahora que lo había encontrado, no lo dejaría. Si pudiera darle todo de una vez, se lo daría, pero sabía que él jamás aceptaría. Así que tuvo que mantenerse callado. 

Sin embargo, había otras maneras en las que podía ayudarlo... 

Se sentó de nuevo en el escritorio y tomó las revistas y hojas con gráficas del mercado que había estudiado. Las caras influyentes que aparecían ahí...era hora de pagar por lo que hicieron.


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El fin de semana se pasó en un borrón de aturdimiento. A Xie Lian le costó mucho concentrarse. Su mente oscilaba entre la vergüenza y la emoción. Por lo que había pasado el viernes...y por un paquete extraño que llegó ese domingo temprano, pero había estado ignorándolo desde hacía dos horas y pensar en Hua Cheng era más agradable, así que su mente siguió repasando el primer evento.

Si bien Hua Cheng no había confirmado nada, Xie Lian finalmente pudo verlo sin su fachada coqueta y notó que sí tenía un lugar en el corazón de Hua Cheng; la forma tan vulnerable en que lo vio y cómo intentó usar las palabras correctas le quitaron parte de la duda de si solo estaba siendo usado. 

Y ya fuese solo amistad, saber que se acercaba a él con sentimientos genuinos lo hizo sentirse más seguro. Le agradaba Hua Cheng y quería conocerlo en verdad, saber más de él. 

Las preguntas abundaban en su mente, sobre su confesión y sobre la increíble coincidencia de su cena, ¿cómo es que Hua Cheng había escogido un lugar que justo estaba en la misma zona de la preparatoria de Xie Lian? Nadie sabía nada sobre el pasado de los miembros de Calamity y eso en parte era uno de los más grandes misterios. 

Destellos de ti [Hualian]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora