Destellos de ti [Hualian]

9. Contrato

—Se lo ruego, el rumor nos está comiendo vivos, Hua Chengzhu, si esto sigue así, las ventas bajarán aun más. Tienes que negarlo todo en la entrevista y pedir perdón a sus fans por el inconveniente, quizá así logremos resanar este daño. —el manager estaba temblando al otro lado de la mesa. La sala parecía haber enfriado desde que dijo aquella última oración, pero no podía echarse para atrás. Los directivos echaban fuego desde hacía una semana por aquellos escándalos que iban comiendo cual incendio forestal la reputación de Calamity. 

Si bien nadie lo mencionaba, la verdad era que no habría habido tanto problema si el rumor hubiera sido con una chica linda, o con un chico cualquiera, pero justo el vocalista de la banda había decidido juntarse con la escoria de la alta sociedad y destapar uno de los escándalos más fuertes desde hacía ocho años. Lo que había iniciado con un artículo pequeño se había vuelto una conspiración que incluso había salido en los medios. 

Unos decían que la empresa de Calamity había tenido que ver con el fraude de hacía ocho años con el grupo Xianle y sus filiales. Todo empezó por la familia Yong'an que había logrado obtener tanto dinero cuando el caso se cerró que lograron abrir su propio conglomerado. No duró mucho más de dos años, pero en el momento, aquellos grupos dominaban gran parte de la economía del país y el evento había dejado una gran crisis en China. Esos tiempos habían quedado grabados en la memoria de los ciudadanos. Mucho tiempo buscaron qué había sido del heredero del extinto grupo, pero nadie tuvo suerte, muchos dijeron que se suicidó junto con su familia, sin embargo la policía no reveló nada nunca. 

"Están mejor ahí" "Debería darle vergüenza vivir sabiendo cómo explotaron a los trabajadores" "Mi tío se suicidó por culpa de esos parásitos, tuvo su merecido"

En esa época, no había persona en China que no tuviera resentimiento hacia el grupo Xianle. Poco después se enteraron de que había varios huecos en las acusasiones de Yong'an y en los cargos de los que se supone acusaban al conglomerado, pero para ese momento a la gente solo le importaba encontrar a quién echarle la culpa. 

Luego de la muerte de los líderes, el grupo se deshizo y vendió todos sus activos para pagar a cada trabajador lo que le correspondía, incluso más. Se donó a los hospitales y fundaciones sin ánimo de lucro, pero de eso casi no se habló. Simplemente la gente siguió, considerando que era obra del gobierno que había destrozado la empresa para hacer justicia. Solo Hua Cheng supo cuán duro trabajó Xie Lian a pesar de estar hundido en el dolor para lograr resanar un poco de la dignidad que le habían quitado a su familia y cómo después, él mismo cayó en desgracia. Incluso utilizó los fondos que sus padres le habían destinado a su educación para apoyar a las personas que habían sufrido. Un chico de diecisiéte años, resentido por la sociedad y luego por su propia familia al querer hacer lo correcto, terminó quedando en la calle, quebrando su cuerpo en trabajos de mala paga para llegar al final del día y lograr estudiar. 

Pensando en eso, Hua Cheng volvió a molestarse. 

—Los papparazzi fueron los que hicieron el daño, ¿por qué yo debería pedir perdón? —el cantante habló con tanta calma que el aire se enfrió a su alrededor, sin embargo ni siquiera miró en dirección al manager. El hombre de mediana edad no sabía lo que sucedía, pero sintió que un paso en falso podría acabar con su carrera en ese momento. Tragó saliva y tomó unos instantes para recoger sus palabras. 

—Señor, con el debido respeto, yo entiendo su sentir, pero si acepta los rumores o sigue callado, la persona involucrada saldrá aún más herida. No sé qué relación tengan, pero usted ya ha sido testigo de la jaula de cristal que se vive en este medio. No creo que quiera lo mismo para su persona amada. 

Hua Cheng soltó una pequeña risa sin alegría y tomó el celular que estaba en su regazo. La pantalla apagada brilló cuando lo sacudió, pero encontró lo mismo que hacía días, nada. Ningún mensaje, ninguna llamada. Pensar que Xie Lian llegaría a despreciarlo tan pronto lo dejó con la garganta seca. Todavía no tenía todas las piezas, no podía dar pasos en falso. No le importarían los insultos si fueran solo para él, había vivido toda su infancia y adolescencia así, pero una cosa muy diferente era hablar mal de Xie Lian.