F I N

13.6K 606 176
                                    


S I E N N A


Bruno estaba en su cuarto, sumido en la penumbra, solo iluminado por la suave luz de una lámpara de noche que proyectaba sombras danzantes en las paredes. Me encontraba sentada en el borde de su cama, sosteniendo un libro de cuentos en mis manos. Estaba a punto de leerle una historia a mi pequeño de cuatro años, en un intento de ayudarlo a conciliar el sueño. Sin embargo, Bruno estaba lejos de estar interesado en los cuentos en ese momento.

Yacía en la cama, con sus ojos curiosos y llenos de admiración, clavados en el abultado bulto de mi barriga. Bruno había notado los cambios en su madre durante los últimos meses y estaba ansioso por comprender todo lo que estaba sucediendo.

—¿Mamá? — murmuró con voz soñolienta, haciendo que levantara la vista del libro y lo mirara con ternura.

—Sí, cariño — respondí suavemente, dejando el libro a un lado.

—¿Cuándo va a nacer el bebé? —preguntó Bruno con curiosidad, frunciendo ligeramente el ceño.

Sonreí ante la pregunta que ha estado haciendo los últimos 8 meses y acaricié con ternura su cabello desordenado.

—Faltan cuatro semanas, mi amor

Bruno entrecerró los ojos, procesando la información en su pequeña mente.

—¡Cuatro semanas es mucho tiempo, mamá!

Rió suavemente ante la expresión de impaciencia de Bruno.

—Sé que parece mucho tiempo, cariño, pero la bebé necesita crecer un poco más dentro de mí antes de estar lista para conocerlos a todos

Asintió con solemnidad, pero su curiosidad aún no estaba satisfecha.

—¿Cómo el bebé puede estar dentro de tu barriga?

Traté de encontrar palabras adecuadas para explicarle.

—La bebé está en una especie de lugar especial dentro de mi barriga, donde está cómoda y segura. Crece y se desarrolla allí hasta que esté lo suficientemente grande como para salir

Los ojos de Bruno se iluminaron con asombro.

—¿Y cómo sabe cuándo salir?

—Es como si tuviera su propio reloj interno. Cuando esté lista, enviará señales para decirme que quiere salir, y entonces iremos al hospital y la traeremos al mundo

Asintió con la cabeza, como si estuviera procesando esta nueva información. Pero antes de que pudiera continuar la conversación, sentí una patadita en mi barriga, seguida de otra.

—Oh, Brunito, mira — dije emocionada, tomando su mano pequeña y guiándola hacia mi barriga. — La bebé acaba de darme una patadita. ¿Puedes sentirla?

Sus ojos se abrieron ampliamente con sorpresa y emoción mientras su mano descansaba sobre la abultada barriga. Sintió una leve sacudida debajo de sus dedos y una sonrisa iluminó su rostro.

—¡Lo sentí, mami! ¡La bebé me dio una patadita! —exclamó con alegría.

Me sentí conmovida por la emoción de Bruno y le di un beso en la frente.

—Sí, cariño, está muy emocionada de conocerte también

Bruno suspiró con impaciencia. 

—Quería que fuese hermanito para jugar a la pelota

—Que sea niña no significa que no puedas jugar a la pelota con ella. Puedes enseñarle cómo hacerlo, igual que tu prima Carla juega contigo. — le explique

LACONE | 𝒑𝒆𝒅𝒓𝒊 | +𝟭𝟴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora