36 | cláusula

10K 526 71
                                    


P E D R I


Desperté sobresaltado por el vibrar insistente de mi celular sobre la mesita de noche. Frotándome los ojos adormilados, me apresuré a contestar antes de que el sonido despertara a Sienna.

—¿Gavi? —murmuré con la voz entrecortada por el sueño.

—¡Pedri! ¿Dónde te metes, tío? Ayer te piraste sin dar señales de vida. En una hora vendrá un auto a buscarnos para el aeropuerto ¿Estás bien? —la voz preocupada de Gavi resonaba en el auricular.

Sentí cómo la adrenalina invadía mi cuerpo mientras me daba cuenta de la situación en la que me encontraba. Mientras tanto, la castaña, seguía durmiendo plácidamente a mi lado, ajena a la conversación.

— Ya, que estoy bien. Me quedé a dormir aquí, con Sienna. No te preocupes, que estoy allá en 30, fijo

—¿Qué? ¿Te quedaste a dormir con Sienna? —exclamó el sevillano, sorprendido—. ¿Qué cojones está pasando, Pedri? No entiendo nada.

Suspiré, intentando encontrar las palabras adecuadas para explicar la situación complicada en la que me encontraba.

—Es una larga historia, Gavi. Lo que necesito ahora es que me sigas cubriendo

El castaño, sin entender del todo la situación, solo suspiro. A regañadientes, accedió y finalizó la llamada.

Observé a Sienna mientras dormía, recordando los momentos felices que habíamos compartido antes de nuestra separación. Cada rasgo de su rostro me resultaba familiar y cálido. La conexión entre nosotros aún permanecía, a pesar de la ruptura.

Sabía que debía marcharme, pero no podía evitar sentirme tentado a quedarme, a sumergirme una vez más en el amor que todavía palpaba en el aire. No obstante, había algo más importante en juego.

Con cuidado, me levanté de la cama, intentando no perturbar el sueño de Sienna. Me vestí rápidamente, pero antes de irme, me detuve a contemplarla por última vez.

Me quedé parado junto a la cama, observando con devoción el rostro sereno de la portuguesa mientras dormía. 

Los recuerdos inundaron mi mente, recordándome los momentos de felicidad que habíamos compartido juntos. Pero también recordaba el día en que tuve que tomar la dolorosa decisión de elegir mi carrera sobre ella. Fue una elección difícil, pero en ese entonces creía que era lo mejor para ambos.

Sin embargo, en ese preciso instante, mientras acariciaba suavemente el rostro de Sienna, me di cuenta de que el sufrimiento de no estar con ella superaba con creces cualquier logro profesional que pudiera alcanzar.

Un nudo se formó en mi garganta mientras las lágrimas amenazaban con desbordarse. No había logro que pudiera llenar el vacío que Sienna dejaba en mi vida.

—Amor... —susurré suavemente— te amo, y prometo que haré algo solo necesito tiempo

No podía dejar que el destino dictara mi camino sin luchar por lo que realmente deseaba. Con delicadeza, besé suavemente su frente antes de alejarme lentamente de la cama.

Tomé mi celular y comencé a pedir un Uber que me llevara de regreso al hotel.

A medida que caminaba hacia la puerta, una sensación de inquietud se apoderó de mí. ¿Había olvidado algo?

Busque la billetera en mi pantalón, pero no estaba y era donde tenía la llave de la habitación del hotel así que di media vuelta y camine de regreso. Mi corazón se detuvo por un momento al encontrarme con la mirada dolida de Sienna. Ella estaba de pie junto a la cama, su cabello desordenado y sus ojos brillantes con una mezcla de emociones.

LACONE | 𝒑𝒆𝒅𝒓𝒊 | +𝟭𝟴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora