1

782 61 24
                                    

La rayos del sol iluminaba calidamente mi rostro, una brisa fresca entraba por la ventana abierta de la habitación y yo me desperté restregando mis ojos con delicadeza. Eran las 8:00 de la mañana y había sido una buena forma de iniciar el primer día para ir a la nueva academia.

¿A quién engaño? En realidad no pasó nada de eso, son las 8:30 Am, no he podido conciliar mi sueño durante toda la noche, mis ojeras se volvieron notorias y mis ojos denotaba la falta de sueño que tenía y todo por la emoción de entrar a una nueva academia.

—Hiromi ¿ya estás despierta? Te estoy llamando desde hace rato, ya es tarde, tu desayuno se va a enfriar, baja rápido.

Esa voz a esta hora era lo que más me molestaba porque significaba que ya había amanecido, yo no había dormido nada, la alarma que según había puesto nunca sonó, ya era tarde y mi uniforme no estaba planchado, al contrario, estaba todo arrugado.

—¡Si mamá, ya estoy lista! —Mentira, apenas me había puesto de pie regresando a mi realidad a la vez que me terminaba de poner la camisa.

Bajé a la sala corriendo, tropezandome en el camino con unas cuantas escaleras mientras me abotonaba la camisa blanca y me subía el cierre del pantalón.

Ate mi cabello en una cola alta al mismo tiempo que caminaba hacia el comedor con una sonrisa buscando mi deliciosa comida para empezar el día.

Vi la mesa e inmediatamente mi sonrisa se cayó.

La miré incrédula—. ¿Es en serio mamá? De todos los desayunos ¿Pan y café?

—Si, es en serio, no voy a prepararte un gran desayuno donde probablemente me tome horas hacerlo para que tú solo te comas una tostada o un pan.

—Es verdad, tienes toda la razón, aunque esperaba otra cosa. —Alcé mis hombros sin darle mucha importancia—. Bueno, da igual, comida es comida.

Me senté y comencé a masticar el pan tomando sorbos rápidos del café caliente, mamá se sentó a mi lado a la vez que me ofrecía el frasco de mermelada.

—Cuidado te quemas, sopla un poco. —advirtió mientras me observaba comer—. por cierto, por tu uniforme masculino esta vez también vas a ir con tu transformación ¿no?

—Si, esta vez también iré con la transformación. —respondí rápido.

Se acercaba el tema de conversación que no me agrada y no quería extender la conversación con ese tema.

—¿Y por qué no intentas ir con tu apariencia normal por este año? Ya sabes, en vez de ir como un chico. —me miró de arriba a abajo—. Te irá mejor y así conseguirás novio como las chicas de tu edad.

—Eso no está en discusión mamá y lo sabes. —Suspiré—. En primer lugar no me gusta como la gente me mira cuando salgo con mi apariencia real y en segundo lugar no me interesa tener ninguna relación romántica con alguien, al menos no ahora.

Antes de que mi mamá pudiera replicar me levanté de la silla al terminar de comer mi desayuno. Di un gran sorbo del sobrante de café mirando la hora.

Mis ojos casi se salen de la sorpresa, del descuido me queme la boca con el café haciendo que tosiera fuertemente. Auch

Eran las 9:15am y estaba llegando más que tarde, inmediatamente tomé mi maleta de mano junto con la chaqueta verde del uniforme que me faltaba poner.

—Bien mamá, ya me voy. —Hablé corriendo del comedor hacia la puerta de salida.

Me puse mis zapatos en la entrada y como era costumbre antes de salir cambie mi apariencia. Mi cabello se hizo corto, mi pecho se volvió plano y aumento mi estatura al igual que hacía presencia al amiguito de todo hombre.

Mi burbuja explosiva | Saiki Kusuo × OcDonde viven las historias. Descúbrelo ahora