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No puedo negarlo, Saiki es un buen consejero... Solo cuando quiere, muchas veces sus consejos no tienen mucha empatía, aunque esta vez me he sorprendido.

Su primer consejo es: «Habla con uno de sus amigos y pregúntales sobre ella.»

Eso hice, o al menos lo intenté, porque ahora todo el grupito de chicas me tienen rodeada mirándome de una manera no tan amigable.

—Entonces, tú la rechazaste sabiendo todo lo que ella hizo por ti, la hiciste llorar y ahora tienes el descaro de venir hacia nosotras y preguntarnos ¿qué si ella está bien? —Mera chasqueo su lengua con una sonrisa sarcástica.

—Oye..., si lo dices así me haces sonar como si fuera el villano. No la rechace solo porque si, para mi también fue muy difícil porque es mi amiga. —al decir esto Teruhashi frunció sus cejas sin dejar de mirarme—. Solo necesito saber si de verdad se encuentra bien, Chiyo es una persona sensible así que...

—Ella está bien, en realidad esta mejor de lo que piensas. —aquellas palabras hicieron que respirara con tranquilidad—. Ella te ignora porque esta avergonzada, es decir, cualquier lo estaría si te rechaza la persona que te gusta, así que no intentes hablarle a menos que ella lo haga, y lo hará pronto, no te preocupes.

—Teruhashi ¡Eres la mejor! —tomé sus manos entre las mías con una sonrisa—. Sabía que eras alguien increíble, le hablaré más a Saiki sobre ti.

—O-oye ¡¿qué haces?! —su voz se volvió inestable mientras miraba alrededor y se alejaba de mi—. ¿Hablar más de mi... A Saiki? Entonces a Saiki yo le... Digo... Esto...

Salí del salón con una sonrisa de oreja a oreja, esta tan feliz de saber que ella de verdad estaba bien y no solo fingía. Puede que muchos no lo sepan pero ella sabe ocultar muy bien sus sentimientos... Solo cuando se trata de estar deprimida, en otras cosas si qué se le puede notar a kilómetros.

—¿Y esa sonrisa? Supongo que todo salió bien. —Saiki se puso al frente mio dirigiendo su mirada a mis manos.

—¡Si, salió excelente! ¿Puedes creerlo? Ella se encuentra bien y pronto hablaremos como siempre y volveremos a ser amigos. Me emociona tanto que no puedo dejar de sonreir.

Él llevó su mano a mi cabeza dándome una palmaditas suaves, mis ojos se abrieron con sorpresa y lo miré fijamente sin entender su acción tan inesperada.

Su mirada no había cambiado en lo absoluto, aun así sentía como si él estuviera mirándome de una manera dulce. Tal vez y solo sea mi imaginación... O este poder mágico del contacto.

—¿Y por eso lloras? Tú también eres muy sensible. —una pequeña sonrisa burlona se asomó en su rostro a la vez que bajaba su mano—. Ya deja de llorar, tonto, los demás pensarán que te hice algo.

Ni siquiera me había dado cuenta de que estaba llorando y eso me estaba avergonzado porque por más que limpiaba mis ojos las lágrimas seguían saliendo.

—Lo siento... Dejaré de llorar, perdón por ser muy sensible.

Los estudiantes que pasaban por ahí se me quedaban mirando con rareza y curiosidad. Eso provocó que bajara mi cabeza en un intento de ocultar mis lágrimas.

Cuando dije que eras muy sensible no me refería a algo negativo. —golpeó mi frente con sus dedos—. ¿Quieres un postre? Tengo uno de sobra.

—¿En serio?

Si, aunque si no quieres no tengo problema, mejor para mi. —sacó las gelatinas mientras las atraía hacia si mismo para no darme.

—No, no, si voy a comerlo. —tomé la gelatina de su manos y seque por última vez mis ojos—. Gracias.

Ahora ya no llores, dijiste que estabas feliz así que sonríe, así como me enseñaste. —señaló con su dedo su boca la cual mostraba una sonrisa torpe.

Mi burbuja explosiva | Saiki Kusuo × OcDonde viven las historias. Descúbrelo ahora