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Una vida normal y tranquila es lo que no tengo.

Lo peor de todo esto es que ya no me molesta tanto como antes, ahora es soportable y algo..., repito, algo agradable.

Lo llamaré evolución humana porque eso es normal en todos ¿y yo? Yo intento ser normal.

—Y como te decía, la gente más creativa se baña con agua caliente. —sus manos se movían elocuentemente mientras sonreía—. Es muy curioso ¿no?

Ella llevaba un buen rato lanzándome datos raros sobre cosas y personas, pero no me molestaba en absoluto que me hablara con esa sonrisa.

No por la sonrisa, claramente no es por eso.

Entonces tú te bañas en agua fría. —volteé a verla directamente.

—Creo que te estas volviendo mi hater. —hizo una pequeña mueca rodando sus ojos—. No me sorprenderías si llegas a hacer un club de 'odio a Hiromi'. Estos últimos días me haz tratado horrible ¿te caigo mal de nuevo?

Creo que es al contrario, tú te has vuelto más sensible. —le di un pequeño golpe en la frente obteniendo su quejido—. ¿Ves? Sensible, y si, fíjate, me caes muy mal.

Su nariz se arrugó en señal de desagrado y sus mejillas se tornaron rosadas antes de volver su mirada al frente haciendo su típico berrinche.

Que infantil. —la observé caminar delante mio.

Mientras la veía caminar, algo en su risa resonaba en mi pecho, como un eco que nunca antes había sentido. No entendía por qué, pero su forma auténtica comenzaba a mezclarse con la imagen que tenía de ella. ¿Por qué esto se sentía tan familiar y tan ajeno al mismo tiempo?

Comencé a sentír una opresión en el pecho en cuanto vi aquello y por un momento deje de pestañear, su transformación se desvaneció de mi vista logrando ver su verdadero aspecto.

Su cabello ahora estaba largo y la estructura de su cuerpo era diferente, a su vez su risa se volvía más sutil que de costumbre.

¿Qué me esta pasando? —pense inmediatamente.

Mi cuerpo dejó de reaccionar por varios minutos e inmediatamente miré mis manos. No la estaba tocando ¿por qué mi cuerpo reacciona así? ¿Acaso estoy muriéndome?

—¡Kusuo! —gritó agitando mi cuerpo y trayéndome a la realidad—. ¡No te mueras, aún eres muy joven!

No respondí, solo mantuve mi mirada en ella. El calor de nuestro tacto se había vuelto más intenso para mi, todo está sensación me hacia sentir tan raro y tan bien al mismo tiempo.

—¡Kusuo! No te mueras, aún eres muy joven. —Su voz temblaba mientras buscaba su teléfono.

Miré como sus manos marcaron rápidamente un número y atendían de inmediato.

—Sí, emergencia. Mi amigo se está muriendo... ¡No lo sé, parece un infarto o algo así! —Su voz tembló más, y por un momento creí que iba a llorar.

¿Yo estaba teniendo una taquicardia? Latidos rápidos, dolor en el pecho, debilidad, falta de aire... Todo indica a que tengo un problema en el corazón.

—Te extraño tanto desde el momento en que partiste de aquí... —su voz se quebró alejando su mano de mi—. Recuerdame cuando estes volando en el cielo mientras ríes con tus amigos ángeles.

Mi mente volvió a la tierra, mis ojos se cerraron y mi cuerpo finalmente reaccionó con rapidez regulando la temperatura que había subido durante este tiempo.

Cuando abrí mis ojos y dirigí mi vista hacia ella la vi llorar.

No me mates aún, créeme, viviré por demasiado tiempo. —me burlé un poco para calmar la situación

Mi burbuja explosiva | Saiki Kusuo × OcDonde viven las historias. Descúbrelo ahora