I

44 10 22
                                    

Hyejoo despertó mientras intentaba agarrar todo el aire posible para sus pulmones. Su corazón estaba acelerado y sus manos sudaban. Abrió los ojos y notó que se encontraba en el suelo de una calle que no podía reconocer. Era de noche, las luces de neón estaban en cada tienda, el piso estaba mojado, las calles estaban limpias, pero ralladas y lo más extraño, la gente se veía feliz y joven. 

Se levantó con dificultad, sentía su cuerpo más liviano de lo que debería, se sentía joven, como si sus 32 años se habían ido de su cuerpo y al verse en el reflejo de una ventana pudo verse como cuando tenía 18 años o menos. Se acercó para ver mejor su piel joven y suave. Sus caderas menos marcadas y su cuerpo más infantil. Eso le hizo darse cuenta donde estaba. Se abofeteó y sonrió como idiota. 

-Lo he logrado. 

Las lágrimas salieron de sus ojos y dejó su reflejo detrás para dedicarse a correr ¿Cuándo fue la última vez que corrió así? Recordó sus años en el colegio, cuando corría junto a Hyunjin y Heejin para ir a la fila del almuerzo. Sus piernas no dolían y podía respirar con normalidad, sonrió por eso. No se había dado cuenta los años que habían pasado y el cómo el tiempo pasaba por su cuerpo, todo fue tan lento que no lo notó. Estaba muy ocupada para notarlo. Aceleró sus pasos, saltó ante la emoción y soltó un grito ante la felicidad. Sabía que ningún conocido la viera, era la única en ese mundo. Solo era ella y Gowon, aunque debía de buscarla entre todos la gente falsa. 

No sabía a donde correr, ni siquiera le importaba, ya que ni sabía donde estaba. Tenía muchas teorias que luego discutiría con Hyunjin y Kahei. Se detuvo al ver un cúmulo de gente entrando a un edificio, pensó que tal vez esté entre ellos. Empujó a unos cuantos para meterse entre ellos, no les importaba, todos eran tan solo un código de Kahei, una copia de gente que estaba en el mundo real pero sin la parte de sentir y pensar. 

-¡Auch!-escuchó una voz femenina, tirando todas las teorías a la basura. 

No le importó, siguió avanzando para buscar entre la gente la versión joven de Chaewon. La reconocería en menos de un segundo, la reconocería aunque se encontrara en su versión infante o en su versión más anciana. La reconocería en todas sus formas. 

-¡Oye, tú! ¡No puedes hacer eso!-volvió a escuchar a la misma chica-¡Ven para acá!- 

Se detuvo al poder entrar al edificio. Estaba lleno de gente, bailando ante la música que escucho alguna vez en la radio a los 16. Caminó en busca de algo que la hiciera ver entre la multitud y fue hacia una silla. Al subirse pudo ver que el lugar era más grande de lo que pensaba, pero no tanto. Todos bailaban y disfrutaban del momento ¿Cómo un código podría ser feliz? Se imaginó a Hyunjin haciendo un sin fin de preguntas y anotando todo lo que miraba. Ella solo se dedicó a buscar a alguien que conociera, especialmente a Chaewon. 

-¡Oye tú! ¡Bájate! Tenemos que hablar- miró hacia abajo e inclino su cabeza a un lado. Era una mujer de tal vez 17 años. Su ropa no eran tan genérica como todas las personas a su alrededor, usaba ropa de alguien que se quedó mirando el closet por más de un minuto, pasa saber que ponerse para una fiesta y estaba maquillada y peinada con dedicación-Maldita sea-susurró y le agarró la mano a Hyejoo. 

-Suéltame, ya la encontré-dijo al ver a lo lejos una chica rubia. Bajó de la silla y trato tirar de su mano para que la soltara-Suéltame, idiota- 

-No te puedo soltar ¿Qué hacer acá? No deberías de estar acá, Hyejoo-La nombrada se detuvo y la miró asustada. 

-¿Cómo sabes como me llamo?- La chica se tapó la boca-Si no me lo dirás, suéltame, tengo que ir por Gowon-

-¿Chaewon? ¿Viniste por ella?-

Nevertheless [Hyewon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora